Buenos Aires (AW).-"¡SPF botón, SPF botón/sos cobani asesino/ la yuta madre que te pario" gritaron dos centenares de gargantas ante las mismas puertas de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal, en Lavalle y Pueyrredón, ayer por la tarde. La concentración fue convocada por familiares, compañeras y amigos de Laura Acosta y Cecilia "Bebu" Hidalgo, asesinadas a mansalva en el pabellón 8 de ex la Unidad 3 de Ezeiza -el pasado 28 de agosto-. Dos crímenes más del plan represivo , estatal y clandestino destinado a los más pobres en las cárceles de mala muerte de la Argentina.
Una gran bandera de fondo negro, rezaba: Cecilia Hidalgo, María Laura Acosta: Presentes, frente al sórdido edificio, mientras tanto desde las ventanas superiores filmaban minuciosamente lo que ocurría en la calle. Precisamente sobre ella, agitando los brazos y saltando, familiares y militantes entonaron: "Se va acabar/ se va a acabar/esa costumbre de matar".
Pintadas en la vereda reclamaban la "desmilitarización" de esta fuerza asesina y torturadora, como lo demuestran, por caso, las ocho chicas ultimadas en Ezeiza en casi 5 años, la investigación "Cuerpos Castigados", de los sociólogos Alcira Daroqui y Carlos Motto y las miles de denuncias que gozan de reparador descanso en los cajones judiciales.
A la vez, los presentes estamparon los nombres de las penitenciarias más brutales en carteles y calle: Aquino, Meza, Alcaráz, Leytes: Jefas de la Muerte.
La concentración incluyó un corte de la calle Lavalle, el acercamiento de los transeúntes a interiorizarse por lo sucedido, la incorporación de nuevos compañeros que se sumaron a la lucha y el compromiso de continuar una y otra vez con las acciones para que el crimen de Laura y Bebu no quede impune. Banderas de luto y anarquistas se agitaron en la tarde lluviosa, al grito de: "Olelé/olalá/ las muertes de las chicas/la tienen que pagar".
"Toda muerte en prisión es un crimen de Estado"
Así lo expresaba la bandera que colgaba en Pueyrredón y Lavalle. Tanta exactitud contrasta con las recientes palabras de la de presidenta Cristina Fernández quien elogió al Servicio Penitenciario Federal, como uno de los mejores. ¿Es que la presidenta ignora que el índice de muerte en las cárceles argentinas supera altamente a las muertes en la sociedad "libre"? ¿Acaso Cristina Fernández desconoce que pasa lo mismo con los "suicidios"¿Tan mal estudió abogacía la presidenta que no sabe que NADIE deber morir en una cárcel? Luego de 9 años de kirchnerismo, fuerza campeona verbal de la defensa de los derechos humanos, queda claro que tanto dolor, tormentos y humillaciones en los sitios de encierro del país es SU política. El gobierno que chapea diciendo que es atacado por "la derecha" y por ende sería de izquierda o cuanto menos "progre", ENCABEZA LA GESTIÓN MÁS ASESINA EN LAS PRISIONES Y LOS BARRIOS HUMILDES, después de la dictadura militar.
¿Qué izquierda, qué progresismo mataría cada día a los hijos e hijas más vulnerables del pueblo? Los hombres que eligió, mantuvo y defiende al frente del SPF el Ejecutivo nacional, hablan de derechos humanos y cambios pero la muerte y el escarnio no se ha modificado ni una minúscula hojita de comino: la Argentina mantiene campos de concentración en los sitios de encierro. Así lo hizo Alejandro Marambio Avaría y así lo hace su reemplazante Víctor Hortel, quien además se desempeña como puntero político intramuros, se disfraza de hombre araña, encabeza una agrupación autollamada "negros de mierda" y no deja de hacer esfuerzos para que el mundo se entere. Pero uno es solo lo que es y anda siempre con lo puesto: "Los negros de mierda", en el sentido que lo patentó la oligarquía en nuestro país, ya que nunca esa frase formó ni formará parte de nuestro vocabulario, no son hijos de jueces, no son altos abogados de un gobierno, ni son los dueños de los candados . Tal vez Hortel se entere por estas líneas que "los negros de mierda" habitan los calabozos/buzones que él dirige, son asesinados por los hombres que él comanda, son picaneados por torturadores bajo sus órdenes y mueren por uniformados de su fuerza o por los coches-bomba reclutados al servicio de la misma.
Alejandro Marambio, Cristina Fernández, Julio Alak, Víctor Hortel, entre muchos otros, son responsables de crímenes atroces y aberrantes. Y en un sentido son peores que la tiranía, porque de un dictador uno espera que vulnere todos los derechos y de un gobierno de constitucional que los tutele y los proteja. Existen instancias internacionales que advirtieron al Estado argentino por sus crímenes en las cárceles. Por otra parte, cada vez hay más pueblo organizado para denunciar la ferocidad descargada contra los que habitan el último bastión de la exclusión y la pobreza. Cuando la organización crezca, estos funcionarios del marketing que multiplicaron sus fortunas y nuestros muertos van a necesitar a alguien más que Peter Parker para los salve de la responsabilidad de sus crímenes.
Oscar Castelnovo
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