López fue sobreviente de la dictadura, estuvo preso y fue torturado en varios centros clandestinos de la zona de La Plata. En 2006 declaró en el histórico juicio en el que fue condenado a prisión perpetua el represor Miguel Etchecolatz, uno de sus torturadores. El 18 de septiembre de 2006, horas antes de la sentencia, desapareció por segunda vez y nunca más se supo de él. El juez que hoy está a cargo del caso es el juez federal Manuel Blanco. Hnatiuk explicó que “lamentablemente no hay muchas novedades que podamos contar.
Nosotros a veces decimos que aburrimos diciendo esto que voy a decir ahora, que es nuestra denuncia de que la causa está paralizada o semi paralizada, que no hay una investigación seria y que de ninguna manera con este despliegue investigativo se va a llegar a la verdad, salvo por alguna casualidad”.
El abogado reconoció que a 6 años “las posibilidades de llegar a la verdad hoy son muy reducidas” pero dijo que “existen mecanismos investigativos a los cuales se puede apelar”, como los entrecruzamientos de llamadas telefónicas que vienen solicitando que se realicen. Por eso aseguró que “las posibilidades, con esta forma de investigación, no existen” por lo que propuso “torcer el rumbo de la investigación y poner un montón de recursos para que ello ocurra que es lo que no se está haciendo”. Hnatiuk también marcó la necesidad de que el estado nacional ponga a disposición “los recursos técnicos y humanos necesarios para que se investigue, estamos hablando de personal, equipos técnicos y eso no está. No está y podemos decir que, si bien antes hubo más recursos, nunca estuvo”.
Con respecto a los posibles responsables del crimen, el letrado explicó que Jorge Julio López “no solamente señaló a Etchecolatz sino a otros represores que estuvieron en su primer secuestro y fueron los responsables de los centros clandestinos donde él estuvo. Esas personas son para nosotros en principio las que tendrían ese móvil”. No sólo integrantes de la policía bonaerense sino “miembros del aparato represivo que tuvieron que ver con la desaparición de López o con operaciones del terrorismo de estado en la zona donde López vívía, acá en La Plata”.
En relación a las responsabilidades por la falta de avances, Hnatiuk expresó que “no quiero hablar de un organismo específico sino de todos los que han participado, que quizás no estuvieron a la altura de la circunstancia de entender que en un crimen y un proceso de este tipo debe investigarse a grupos determinados que aún, aparentemente, siguen teniendo poder en algunas fuerzas de seguridad como puede ser la policía de la provincia de Buenos Aires, que tiene hace muchos años en sus puestos más altos a personas que fueron formadas en la policía de la dictadura”.
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