Un estudio presentado en el juicio que se sigue en Córdoba a dos ruralistas y un piloto acusados por las fumigaciones en el barrio Ituzaingó Anexo muestra que de 142 chicos de esa localidad hay 114 que tienen agroquímicos en su organismo.
Por Darío Aranda
Buenos Aires, 16 de junio de 2012 (Página 12).- Sobre 142 niños del barrio cordobés Ituzaingó Anexo, a 114
se les detectó contaminación con agroquímicos, según reveló un estudio oficial
durante el juicio que realiza contra dos productores y un fumigador por
presunta contaminación. “El 80 por ciento de los chicos tiene agroquímicos en
sangre”, explicó la médica
Inés Flamini, de la Unidad de Pronta Atención 28 (UPA,
centro de salud vecinal), una de las responsables del informe sanitario. La
médica reveló que viven niños con hasta cinco y seis herbicidas e insecticidas
en el cuerpo, e incluso se detectó presencia de agroquímicos en chicos fuera
del barrio. “Es una prueba más de que el modelo afecta la salud, ya no se puede
ocultar”, resumió el abogado que inició la causa, Darío Avila.
En 2005, la Municipalidad analizó la sangre de 35 chicos del
barrio Ituzaingó Anexo, lindero a campos de soja y donde se multiplicaban las
denuncias por contaminación. Los resultados fueron contundentes: 23 tenían
agroquímicos en sangre (no hubo presencia de otros contaminantes). En 2010, en
el marco de la flamante Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos
del Ministerio de Salud, se estudió a 142 chicos de 1 a 14 años.
“Estudios de biomarcadores de exposición en población
infantil del barrio Ituzaingó Anexo” es el nombre formal del trabajo en el que
se analizó a niños de “buen estado de salud” (clínicamente detectados) y se
excluyó a quienes tenían enfermedades, estaban con algún grado de desnutrición
y a quienes consumían medicamentos. Se analizó la presencia de plomo, cromo,
arsénico, PCB (elemento presente en transformadores eléctricos) y plaguicidas.
Los resultados no se habían difundido hasta la última
semana, cuando comenzaron a llegar los análisis a las familias. En el marco del
juicio, el miércoles, la doctora Inés Flamini, responsable de la UPA del barrio
Ituzaingó, explicó que el trabajo no fue concluido, pero adelantó los
resultados: el 80 por ciento de los chicos tiene entre dos y seis agroquímicos
en sangre.
Además, contó que algunos aviones solían sobrevolar el
barrio. Lo mismo afirmó Eduardo Molina, médico clínico de la UPA del Barrio
Ituzaingó, y recordó que el 1º de febrero de 2008 pasó un avión amarillo y
luego se le irritaron los ojos y tuvo dificultades para respirar. Molina afirmó
que en sus 30 años de ejercicio de la medicina nunca había visto (como sí
vivenció en Ituzaingó Anexo) tantos casos de diabetes e hipotiroidismo.
“Esto confirma la contaminación del modelo agropecuario
sobre todo el barrio, ya que los 142 chicos eran de distintas cuadras. Y además
derriba el argumento de que las enfermedades son por diversos contaminantes. El
estudio determinó que plomo, cromo y otros contaminantes estaban por debajo de
lo permitido, mientras que los agrotóxicos están por arriba y son los que
afectaron la salud de los chicos”, explicó Cecilia Carrizo, del Colectivo Paren
de Fumigar Córdoba, que reúne a más de veinte pueblos de la provincia.
En el mismo estudio se tomó como referencia de análisis una
población de 62 niños de afuera del Barrio Ituzaingó Anexo (“grupo control de
referencia”, común en protocolos de estudios epidemiológicos). Darío Avila,
abogado que inició la denuncia del actual juicio y acompaña a las Madres de
Ituzaingó, presenció la declaración de la doctora Inés Flamini. “El estudio confirma
la gravedad de las fumigaciones en el Ituzaingó Anexo, pero también en el resto
de los chicos cordobeses, donde el resultado también fue grave: la mitad del
‘grupo control’ de afuera del barrio tiene hasta dos agroquímicos en sangre. Es
una prueba más de que este modelo afecta a las ciudades y no sólo a las que
están linderas a los campos”, afirmó.
En la primera jornada del juicio, los abogados defensores
sorprendieron con la presentación como “prueba” de un informe elaborado en mayo
pasado por “técnicos de la Universidad Nacional de Córdoba” que probaría la
presencia de agroquímicos en el Parque Sarmiento (en el centro de la ciudad,
barrio Nueva Córdoba, a una cuadra de la ciudad universitaria). La
argumentación de los acusados es demostrar que en muchas zonas de la provincia
hay presencia de agroquímicos, incluso donde no se fumiga (como en el centro de
la ciudad). La intención es sostener que Ituzaingó Anexo puede tener
agroquímicos, pero que ello no implica que se haya fumigado el barrio.
Los dos fiscales (el de acusación, Marcelo Novillo Corvalán,
y el de instrucción, Carlos Matheu) rechazaron la prueba por “no ser
pertinente” y por no tener “vinculación en tiempo y espacio” con los hechos de
la causa. Sin embargo, el abogado de la querella, Miguel Antonio Martínez,
solicitó al tribunal la aceptación del informe como prueba. Martínez explicó
que los agroquímicos en el centro de la ciudad demuestran la peligrosidad de
los tóxicos, su permanencia y la deriva. El tribunal aceptó incluir el informe
en el expediente y analizarlo en el transcurso del juicio.
Mauricio Berger, del Colectivo Paren de Fumigar, recordó que
“desde hace años” denuncian la “deriva descontrolada” de agrotóxicos por
superficie y aguas subterráneas. “Que en el Parque Sarmiento haya agrotóxicos
demuestra que las consecuencias del modelo agropecuario llegan a la ciudad”,
explicó.
“Los cultivos transgénicos sujetos a fumigación cubren 22
millones de hectáreas y afectan, directa e indirectamente, a 12 millones de
habitantes. Los agrotóxicos llegan a sus casas, escuelas, parques y fuentes de
agua”, detalla la Red Universitaria de Médicos de Pueblos Fumigados en su
Informe del Primer Encuentro Nacional y destacan que los cánceres,
malformaciones y trastornos reproductivos registran “incrementos alarmantes”.