María Godoy es una de las Madres de Ituzaingó, organización que lucha contra la utilización de agrotóxicos. Fue entrevistada por La Palangana para ampliar la información sobre un lugar en el que las enfermedades derivadas de la contaminación son moneda corriente, aunque expresó que no será querellante en la causa, pero que sí "nos queremos transformar en querellantes civiles, estamos haciendo eso, con toda la gente del barrio que quiera participar". El querellante, en esta oportunidad, será Medardo Ávila Vázquez, ex Subsecretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba y médico neonatólogo.
Sobre el juicio que comienza el próximo 11 de junio, Godoy señaló que "va a sentar un precedente para el resto de los que tienen la misma problemática, los distintos pueblos de Córdoba donde la soja llega hasta la última calle de donde está la gente y en la República Argentina también, en todo lo que es Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, Misiones, Corrientes".
"A finales del 2001 se presenta un listado de gente enferma en el Ministerio de Salud de la provincia y se pedía que se investigara. Al hacer análisis en agua y suelo se encontraron agroquímicos y metales pesados", expresó la referente de Madres de Ituzaingó. "El avión pasaba fumigando y nos fumigaba a todos. Aparte la máquina terrestre andaba también fumigando", explicó.
Godoy relató que por ordenanza municipal se prohibió fumigar y que luego salió la Ley de Agroquímicos en Córdoba que prohibía la fumigación con aviones a quinientos metros de distancia, pero a pesar de ello "nos seguían fumigando clandestinamente. Usaban las horas de la madrugada o altas horas de la noche".
"Ya había denuncias penales anteriormente, pero la justicia nunca las llevó adelante", sin embargo, tras un episodio en el que la encargada del centro de salud padeció los efectos de la contaminación, en el 2008, "llama a la municipalidad denunciando esto en ambientes y en salud, y ahí hacen la denuncia penal", explicó la mujer.
Godoy contó que ya no fumigan en ese barrio, "porque hay una zona de prohibición, y se prohibió sembrar para que no se fumigara". Sin embargo, la reflexión es que "ha sido peor el remedio que la enfermedad, porque han loteado y habitantes del barrio están haciendo sus casas ahí y eso es terrible, porque sin haber hecho ningún estudio de cómo están esos terrenos los han vendido y hay gente que está ya viviendo incluso". Además, expresó que en la localidad vecina de Toledo, ubicada a unos doce kilómetros, las fumigaciones continúan tanto con máquinas terrestres como con camiones.
"Vamos a hacer una gran movida con todas las organización que nos han apoyado o que quieren participar", concluyó.