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martes, 8 de diciembre de 2009

EDITORIAL AMERICA BOLIVARIANA: ¿INDEPENDENCIA?

El Bolsón (ANPP-AB).- Hace cien años, el genocida, Julio Argentino Roca, un militar argentino, a cargo de la presidencia del joven país, organizaba los preparativos para festejar el primer centenario de la revolución de mayo, hecho histórico que marcaría, junto con el rechazo popular las invasiones inglesas a Buenos Aires(1806 y 1807), el comienzo de las luchas por la liberación del reino de España.


Hoy, nuestro gobierno, junto al de otros pueblos hermanos, como Bolivia, Venezuela, Uruguay, Chile, etc, preparan igualmente el Bicentenario y lo anuncian con bombos y platillos.

Roca, para aquella oportunidad, que en para un revolucionario, sería la mejor ocasión de revisar el estado de salud de tal independencia, decidió otro camino. Incluyó en los festejos la venida de los reyes de España, que se sumarían al festejo(¿?). Para esto, y como el país era tan joven que aún(si bien ya tenía Himno Nacional) nunca se había sumado el canto del Himno Nacional al protocolo de los actos patrios, decidió eliminar, lisa y llanamente, casi todas las estrofas de su texto original. Lo hizo por la no menor causa, de cuidar a las visitas españolas de que pudieran sufrir algún tipo de adversidad. En la censura perpetrada por Roca, se eliminó todas las partes que hablaban de las grandezas del pueblo nativo, que había sabido poner su firme pecho y rendir al opresor. Todo un símbolo para una fecha como esta. Hoy, nuestros presidentes, sin consultar a nadie, han decidido organizar el Bicentenario incluyendo una visita de la reina de España para esas fechas patrias. Entonces, me pregunto, ¿qué estará por festejar esta vez el imperio capitalista?. No puedo dejar de pensar, que ese mismo presidente, que censuraba el Himno, años antes estaría a cargo del genocidio que decidió llamar “campaña del desierto”. ¿Será, acaso, que hoy vienen a festejar que los gobiernos latinoamericanos siguen permitiendo el colonialismo económico a través de sus empresas multinacionales? Me pregunto si la nacionalización de Aerolíneas Argentinas (hasta hace poco en manos españolas) por parte del gobierno argentino, no habrá servido para que otra vez los sudacas nos hagamos cargo de un lastre europeo, porque si no es así, cómo no se nacionalizan otras empresas europeas que incumplen en miles de millones los convenios (ya desventajosos de por sí para los pueblos latinos), de por ejemplo Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF, hoy YPF-REPSOL), o las empresas de telecomunicaciones, que permiten que una llamada de aquí para allá cueste un dollar y medio el minuto y de allí para acá, no más de diez centavos?

Los reyes vienen a festejar eso, y que sus enviados, siguen contando con las políticas de la época del genocida Roca, cuando por ejemplo el gobierno de la provincia de Neuquén desaloja y reprime a los pueblos originarios de Villa La Angostura.

La historia es compleja y controvertida porque aún muchos pueblos siguen dejando en manos de supuestos representantes su dignidad. Cuando esto no es así, se ve claro y rápido. Es el caso de Bolivia, donde Evo no destina oportunidades cruciales como el momento en que es re electo presidente para discursos vanos, tibios o conciliadores, sino que asume en ellos la implicancia de los hechos. El Pueblo boliviano ha decidido sostener y profundizar el camino que viene construyendo hace cientos de años.

Una vez más, nos encontramos frente a una pulseada. Una pulseada fuerte, porque resurge de la tierra esa claridad de clase que no puede dejar de despertar cuando ya no hay nada más para perder y se sabe que otro mundo es posible. Ahí, decía Tosco un sindicalista argentino, ahí está el momento de los intelectuales. Ese es el lugar y el momento de salir a jugárselas, de salir a conjugar su teoría con la fuerza que genera la bronca. Para transformar esa bronca en procesos y que no quede en hechos.

Hoy ya no podemos pensar en una segunda independencia como país. Hoy el desafío es poder pensarla y forzarla como Pueblo Latinoamericano. Es en ese sentido, desmolecularizador, que desde múltiples puntos se están generando propuestas amplias pero comprometidas, de encuentro, de volver a entender a la lucha como una lucha de clases. La revolución nunca estuvo más cerca que el día que la creímos posible. El futuro es hoy y se construye continuamente.