Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com

martes, 21 de julio de 2009

OPINIÓN: EL DÍA QUE TINELLI PERDIÓ EN EL BOLSÓN

Por Bernardita Bielsa

Intento no caer en las trampas del mundo capitalista, neoliberal, elitista, globalizado. No acepto idiota e ingenuamente lo que se informa a través de los canales de televisión, y otros medios de comunicación masiva, aún cuando sea a través de famosos, reconocidos, y respetados periodistas. Por estos motivos, es que me permito disentir y objetar, respecto de los hechos ocurridos recientemente, que involucran al intendente de El Bolsón, y que son de público conocimiento. Solidarizarse con Romera parece ser hoy un mal negocio. Sin embargo hay varios argumentos, evidencias, otros puntos de vista, y lamentables consecuencias no deseadas, de las que nadie habla, y que de ningún modo deberían pasar inadvertidas. Paso a exponer sólo algunas de ellas.

Hacer leña del árbol caído
En primer lugar reitero algo que ya he citado en otra oportunidad: "En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera." (1) Bajo esta afirmación cabe preguntarse: Quién hizo los contactos previos con el programa CQC; que evaluaciones positivas hizo la productora Cuatro Cabezas para promover esta programación, y a que intereses concretos representa; y quien o quienes se iban a aprovechar de las lamentables consecuencias que una puesta en escena de estas características, proyectada a nivel nacional, iban a traer no sólo a El Bolsón, sino a todas sus instituciones democráticas.
Me avergüenzo y rechazo la conducta violenta de un funcionario público en ejercicio de tales funciones, sea quien sea. Pero tanto o más me ofende y molesta aquellos incapaces de jugar un juego limpio, los que hacen leña de un árbol caído. En esta “mano” no sólo perdió Romera. Perdió el sistema de gobierno al que decimos defender. Perdió El Bolsón. Perdimos todos.
Espejo, espejito ¿hay alguien más lindo que yo?



No seamos necios en pensar que Romera es un dictador, un patotero. Romera no es el único patrón de estancia, que bajo el paraguas de un cargo públi-políti-co, hace a su modo lo que se le canta. Romera no es una isla en el océano, ni un oasis en el desierto.



Si recorremos el país (y por que no el resto del mundo) nos encontramos con que muchos de estos “señores”, concejales, intendentes, gobernadores, diputados, senadores, presidentes, son: Asesinos y/o autores intelectuales de crímenes de conocidos dirigentes sociales; otros se las rebuscan con los bien remunerados negocios del narcotráfico, venta de órganos, y de medicamentos; o tienen sus propias empresas - que mediante licitaciones bien digitadas, abastecen al Estado de cientos y cientos de kilómetros de asfalto, obras públicas, comida basura, pollos, leche y vacunas en mal estado, y demás bienes de servicios y consumo humano. Si bien algunos pocos de estos personajes están siendo procesados, las Causas no avanzan ni se investiga, por la sencilla razón de que todos resguardan sus negocios, hay mucha gente involucrada, y la Justicia además de lenta, está comprada, sub-evaluada, prostituida.



Pero fue Romera quién tuvo su minuto de gloria. Casi milagrosamente logró subir el rating ¡Y le ganó a Tinelli! Se posicionó como otro hito más en la historia de esta Argentina juerguista y fiestera. Y no es más ni menos que un detonante. El espejo en el que todos y cada uno nos podemos mirar, como ciudadanos y en su conjunto como sociedad. Romera desde su obstinada tozudez no hizo más que ponernos en evidencia. Mostró una comunidad incapaz de torcer el destino, abúlica, ausente con aviso. Por acción u omisión, nadie estuvo ajeno de lo que pasó en el programa de CQC. Lo que se pudo ver en Telefé desnuda esa otra oscura realidad, de la que nadie quiere hacerse cargo.



¿Quién vendrá a salvarnos?



Si decimos tener un intendente patotero, convengamos que el problema no es el intendente. El problema somos nosotros que lo dejamos llegar, hacer, y quedarse atornillado. Está allí porque NO participamos, NO nos involucramos, NO votamos (se sabe que Romera ganó las elecciones por aquellos del padrón electoral que NO votan), NO ejercitamos el disenso, NO construimos un mensaje creíble desde la oposición, NO ejercemos controles administrativos, y NO somos capaces de promover acciones legales acordes, y dirimir problemas de fondo, ya no de cara a la farándula o en una cancha de fútbol con miles de televidentes como testigos y jueces, sino en los ámbitos correspondientes.



Muy a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de la gripe A, y aguantando un frío propio del invierno, salimos a peregrinar por las calles a crucificar a Romera, como si eso pudiera lavar nuestros pecados. Previo, le encomendamos una misión a “Gonzalito”, un Chapulín Colorado. Le dimos mandato, y dejamos abiertas las puertas para que un periodista disfrazado, y tal como es su costumbre, hostigara a su entrevistado, y lograra así su cometido. Y después, nada. Sentarnos entre varios, reírnos de la desgracia ajena. Matar la intolerancia y la soberbia con el ridículo. Apuntar como lo hacemos siempre con el “dedo acusador” al otro, como único responsable de todas nuestras desgracias. La productora hizo negocio redondo. Nosotros nos quedamos con las manos vacías. Un verdadero bochorno.



El Bolsón. Amor. Paz. Y apatía.



La apatía, el desinterés, y la indiferencia son la verdadera pandemia, y en este caso preciso, ya habían hecho de las suyas, carcomido tal como enfermedad sin cura, todo el tejido social existente.



“Creo que vivir quiere decir tomar partido. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar”. (2)



Así como rechazo de plano la violencia y el odio como forma de manifestar los desacuerdos, no soy indulgente con aquellos, que como niños de pecho siguen creyendo que los que hablan desde los micrófonos, escriben en los diarios, sus caras se muestra y se ve en la TV, y se dicen comunicadores sociales, son ángeles caídos del cielo, inocuos, inocentes, neutrales. Nada más alejado de la realidad.



Un pueblo digno, jamás se hubiera expuesto al hazmerreír nacional a través de un mediático show televisivo. No hemos aprendido nada. Nos encanta histeriquear, y gozamos de las rencillas permanentes en el ring. Afanosamente criticamos y nos vemos como víctimas, pero demostramos (hasta con cierto resentimiento y resignación social), no ser capaces de co-crear un municipio que debería ser ejemplo en el mundo.



GOLPES DE suerte



Tenemos años y años de matones y dictaduras, y todavía seguimos pagando sus consecuencias. La democracia a la que con tanta garra decimos defender, no es sino una máscara, una comida que nuestro organismo no puede aún digerir, un ámbito en el que nos movemos todavía con muchas dificultades.



Dirazar, Barbeito, Wisky. Todos intendentes de El Bolsón elegidos democráticamente, y que fueron puestos de patitas en la calle, obligados a renunciar. Si Romera era tan mal intendente, y se pudo probar en la pantalla chica, ¿Por qué no derrocarlo? ¿Provocar otro Golpe de Estado como en aquellos tiempos de gloria? ¿Por qué no?



En todos estos años, y fiel a sí mismo y a su estilo, Romera le puso el pecho a las balas, y supo evitar cuanto juicio y denuncia se efectuaran en su contra, y logró mal que les pese a muchos, con el pobrerío de los barrios, (muertos de hambre y de frío), repartiendo chapas, juguetes robados y colchones, lo que nadie pudo: Recuperó para la UCR un puesto clave en la provincia de Río Negro, y ser re-electo en dos oportunidades, hecho que nunca antes un intendente de El Bolsón pudo lograr. Pasó la prueba. Todo un récord. Y esto que es una paradoja, no deja de ser una curiosidad. ¿Quién es entonces este personaje al que todos han salido a pegar? ¿Un matón o un perejil? ¿Un excelente jugador de póker o un estratega? ¿Un oscuro personaje de la noche o un iluminado?



Un Mundo Feliz



Tal como lo describe Aldous Huxley en la década del años ’60, hemos dejado de ser hijos del rigor, y ahora producto de horas y horas de televisión, nos fuimos transformando en estos raros seres de un mundo supuestamente feliz: Apáticos, desquiciados, entumecidos, dormidos. Nos hemos dejado vaciar de contenido. Ni siquiera somos ya idiotas útiles. Los “golpes” y porrazos que todavía duelen, no nos dan tregua, y siguen socavando nuestras existencias. No nos damos permiso de salir de la indiferencia, vivir un presente dichoso, y proyectar un futuro que nos incluya a todos. Dejar de culpar a los demás de nuestra desidia, no sería humillación o cobardía, sino un acto de madurez, humildad y rebeldía.



Lo que nos queda es que los perdedores de siempre seguirán esperando su turno. La censura seguirá mostrando la decadencia de una época que ha matado generaciones enteras. Cada vez seremos menos libres, a pesar de que se nos insista de lo contrario. Habrá como siempre olvido y perdón. Y esto no es ya para reír, ni ja ja, ni una broma para Tinelli.



La mayoría, seguirá engañándose “mediante una doble creencia errónea: Cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente lo contrario: Todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación (de la venganza y del perdón) lo lleva a cabo el olvido. Nadie reparará las injusticias que se cometieron pero todas las injusticias serán olvidadas. (3)



Citas

(1) Franklin D. Roosevelt Presidente de los Estados Unidos de 1932 a 1945

(2) “Odio a los indiferentes” de Antonio Gramsci (Italia)

(3) “La Broma”, Milán Kundera Praga 1967