por Nelson Ávalos
Tiene 40 años y tres hijos menores. El mayor, de 16 años, con capacidades diferentes. El menor tiene 10 meses. Hace un año pedía ayuda a la Municipalidad de Lago Puelo. Cansada de esperar respuestas, decidió ocupar un terreno. Se ubicó al costado del camino que lleva a la Pasarela del Río Azul. Cuenta con la solidaridad de vecinos y militantes sociales. Ya le dieron plazo para desalojar.
A unos 200 metros de la entrada del camino que lleva a la Pasarela sobre el Río Azul, se encuentra la precaria vivienda de Beatriz Fernández, una vecina de Lago Puelo que decidió ocupar un terreno fiscal luego de esperar inútilmente respuestas de parte de la Municipalidad de Lago Puelo, en la cordillera del Chubut.
El pasado fin de semana, ayudada por hermanos y vecinos, levantó una habitación de madera de 4 metros por 3 en la que piensa habitar junto a sus tres hijos: Mauricio, de 16 años y con capacidades diferentes; Agustín, de 7, y Luciano de sólo 10 meses.
En diálogo con FM Alas, de El Bolsón, dijo: “Llegué a ésta decisión porque hace un año que llegué a Lago Puelo y no he tenido respuestas a mis pedidos a la Municipalidad. He andado en la casa de mis hermanos… cansada de andar rodando de una casa a otra…”.
El domingo al mediodía, Beatriz, sus hermanos y vecinos que ayudaban a levantar la casilla recibieron la visita de funcionarios municipales. Estos labraron un acta y le dijeron que tenía 48 horas para abandonar el lugar. “Nos dijeron que paremos la obra y les dijimos que no. Preguntaron quién era el responsable y les dijimos que éramos todos. Nos pidieron que firmemos el acta y no firmamos nada. Me dieron 48 horas de plazo”.
“Yo soy nacida y criada acá, pero estaba en Esquel. Pero por cuestiones familiares estoy acá con mis tres hijos. Yo no me voy a ir de éste lugar si no me aseguran un a casa donde vivir…”.
Las “cuestiones familiares” a las que hace referencia es una historia de maltrato por parte de su ex marido.
Huyendo de eso llegó Beatríz nuevamente a su pueblo. Nuevos golpes, esta vez por parte de un Estado ciego y sordo, la han puesto en éste trance.
MÁS SOLIDARIDAD
El lunes por la tarde, Beatriz recibió la visita de integrantes del Colectivo por los Derechos Humanos de El Bolsón. Estos se interiorizaron de su situación y ofrecieron su solidaridad.
Norma Danielián, militante del Colectivo, reflexionó sobre el caso. “Esta es una ocupación particular, porque la mamá tiene dos luchas simultáneas. Por un lado ha denunciado a su compañero por la violencia familiar y por otro el intento de llevar adelante una vida digna. Pero nos contaba Beatriz que ya ha tenido la triste visita de un funcionario que ha amenazado con un desalojo, no sé con qué argumentos…”
El argumento tal vez sea la reciente modificación del Código de Procedimientos de la Provincia, conocida como “Ley de desalojos”. La ley trata sobre los delitos enmarcados en el artículo 181 del Código, o “usurpaciones”. Fue aprobada en la Legislatura y dice: “En las causas en que el damnificado fuera el Estado, Nacional, Provincial o Municipal, o se tratare de bienes fiscales, por petición del damnificado y a requerimiento del Fiscal, el Juez deberá disponer el inmediato reintegro de la posesión o tenencia al Estado, cuando el derecho invocado por el damnificado fuera verosímil”.
A este respecto, Danielián sostuvo que “tiene una lógica dentro del avasallamiento que vienen padeciendo los Derechos Humanos tanto en Chubut como en Río Negro. No me sorprende, pero es repudiable. Las tierras fiscales son de todos, no del Gobernador Das Neves. Y deben cumplir una función social…”
Mientras tanto, un vecino realizaba una sencilla instalación eléctrica en la vivienda. Otro vecino, mediante alargues, proveerá la energía. La solidaridad, siempre porfiada, hará menos oscura la casita y la vida de Beatriz Fernández y sus hijos.