El Bolsón (ANPP).- Una pobladora de Mallín Ahogado denunció públicamente la usurpación de su chacra por parte de integrantes de la familia Avilés Huenchupan, quienes desde el 13 de diciembre pasado se instalaron en el lugar, previa destrucción de la tranquera y bloqueo del camino de acceso.
Asimismo, acusa a la familia de utilizar las reivindicaciones del pueblo mapuche en un caso que “nada tiene que ver con los despojos históricos a las culturas originarias”.
En tal sentido, la denunciante, Susana Parodi, relató que el 13 de diciembre se encontró con su terreno de 2 hectáreas y media ocupado por unas siete personas y con dos carteles: “Territorio Mapuche” y “Familia Avilés Huenchupán”, en la zona del Mallín Alto, a poca distancia de la ruta nacional 40.
En esa oportunidad, intentaron impedirle la entrada y las discusiones atrajeron a un vecino que resultó golpeado por los hermanos Avilés.
Inmediatamente acudió a la policía, pero la fuerza pública “no quiso actuar”, hizo la denuncia penal y presentó un interdicto en el fuero civil para que no sigan talando el bosque nativo (conservado intacto hasta el conflicto) ni construyendo otras edificaciones además de la cabaña que ya habían levantado.
“La historia se remonta a 1983 -explicó Parodi, docente jubilada, artesana y dirigente de la Unter-, cuando Martina Seguel de Avilés, junto con sus hijos Elías y Luis Isidro (este último ya fallecido), venden la chacra de la familia, que tenía 8 hectáreas.
Hoy, Elías y sus hermanos aseguran haber sido estafados en aquel lejano tiempo por el primer comprador, un hombre llamado Adrián Baratero, que al parecer hace años que no se lo ha vuelto a ver en la zona de El Bolsón.
Sin embargo, existen documentos de la operación, archivados en un juzgado civil de Bariloche, que demuestran que el recibo y el boleto de compra-venta coinciden en el monto.
Los Avilés alegan, al respecto, que ese dato es secundario porque su madre era analfabeta, aserción que no concuerda con el testimonio de otra vecina de Mallín Ahogado, de la misma generación de Martina, que afirma que la difunta había alcanzado los estudios primarios completos.
Lo cierto es que Parodi adquiere los derechos y mejoras del lugar en 1998 y desde entonces hasta la fecha ha provisto al lugar de tendido eléctrico, una huerta, un acceso para vehículos (hoy bloqueado por los Avilés), un puente y un galpón.
El año pasado, la Dirección de Tierras y Colonias de Río Negro la reconoció como única ocupante de las 2 hectáreas y media (el resto de la chacra pertenece a la familia Quisle).
“Dicen que recuperan territorio pero es tan claro que lo que hacen es ilegítimo que sólo Alejandro Huenchupan (ni siquiera la comunidad Tekel Mapu en su conjunto) apoya la acción de los hermanos”, hizo notar Parodi.
En la misma línea, observó que los Avilés están recibiendo apoyo legal del Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas (Codeci), organismo oficial rionegrino encargado de lo referente a los pueblos originarios, pero cuyas intervenciones son duramente cuestionadas por las mismas comunidades, que en más de una oportunidad denunciaron la connivencia del ente con intereses económicos y político-partidarios.
“Una de las hermanas que está usurpando mi tierra viene en 4 x 4”, se indignó Susana.
Parodi comentó que a Elías Avilés, que trabaja en el Corralón Municipal de El Bolsón, lo vinculan con el intendente Oscar Romera.
“El juez Ricardo Calcagno, de Bariloche, prometió resolver esto en diciembre y no lo hizo –se quejó la vecina-. Está claro que si fuera radical todo esto no me hubiera pasado.”
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