Dicen que no hay plata, que bajaron las recaudaciones, que el mundo está en crisis, que los trabajadores deben solidarizarse con la situación financiera; sin embargo, el Gobernador, Miguel Saiz, ordenó hace un mes pagar 1 millón de pesos al Dakar, también pretendió abonar 150 millones de alimentos no aptos para consumo a Flavors S.A. y le condonó deudas a la misma por 4 millones de pesos. Acusa a los trabajadores de la educación de irresponsables y de perseguir cuestiones sectoriales, cuando reclaman mejores condiciones de trabajo y educación pública de calidad para los niños, el mismo gobernador que le pagó a la empresa Fredes 1. 2 millones de pesos en pasajes sospechados, que sostiene desde hace un mes una publicidad para desprestigiar a los docentes y durante su gestión gastó millonadas en publicidades mentirosas, pretenden que nos “ajustemos” a esta situación estos funcionarios que viajan en un Audi A6 y camionetas invaluables y que gastan en viáticos más de lo que uno consume en meses.
Ahora, para justificar su corrupción, ambicionan cambiar el magro presupuesto del 2009 por el del 2008, esto es un suicidio, mejor dicho un genocidio para la población más vulnerable que hoy más que nunca necesita de salud y educación pública de calidad y un riesgo sanitario y educativo altísimo para toda la población.
Depositar los costos del mal gobierno, la corrupción y la manipulación económica en los trabajadores es una vieja estrategia neoliberal que nuestros des-gobernantes aplican y renuevan a diario.
De todos modos, esta vez no va a ser tan fácil, la gente está en la calle, movilizada, en las rutas de toda la provincia, en los municipios, en las delegaciones, en las plazas, los trabajadores dijeron basta y exigen esta crisis la paguen los que la generaron y no los mismos sectores que vienen hace años escuchando hablar de macro-crisis y mini-crisis pero nunca de zozobra ni de crecimiento.
Los trabajadores de todo el país están reclamando que no se apliquen más las viejas formulas que cortan el hilo por lo más fino y proponen, algunos como sugerencia otros como urgencia: para la crisis del campo: reforma agraria; para la crisis de las fábricas multinacionales: expropiación y estatización bajo control obrero, la tierra y la producción en manos de los que la trabajan; para todos y todas educación y salud pública, gratuita y basta de financiamiento a las privadas, estatización y control obrero de los recursos energéticos y naturales.
Cómo dicen algunos, toda crisis esconde una oportunidad, y seguramente, con organización y esfuerzo, este es el momento de despertar a nuestro demasiado soñado, sueño bolivariano.
Editoriales ANP
