Prensa de Frente- Habiendo marcado a fuego los meses previos y posteriores a la crisis de finales de 2001, las recuperaciones de empresas en quiebra a manos de los trabajadores parecían un fenómeno anclado centralmente en aquel contexto. Sin embargo y como reflejo de un proceso que, como correlato de la crisis económica global; la caída del consumo, los despidos y el abandono en vías de vaciamiento de empresas endeudadas por parte de la patronal, muestra signos de cotidiana reactivación. La textil Brukman, la imprenta Chilavert, metalurgica IMPA, ceramicas Zanón, Grissinopoli y el Hotel Bauen, fueron algunas de las experiencias paradigmáticas de principios de la década. Los procesos organizativos de los trabajadores y trabajadoras y sus respectivas experiencias de coordinación política fueron decantando. A caballo de la devaluación, la estabilización política y el crecimiento económico, el tema fue perdiendo espacio en la agenda mediático política. Con la llegada de la crisis económica mundial, en nuestro país, los empresarios comenzaron a trasladar las perdidas de ganancia proyectadas con despidos, suspensiones y vacaciones adelantadas. El gobierno lanzó un paquete – al que llamó "anticrisis" – con el que atendió las demandas de empresas transnacionales y grandes grupos empresarios de origen local. Desde lo formal apeló al Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), medida que - en la letra - obliga a las empresas a presentar anticipadamente, ante la cartera laboral, una comunicación sobre las suspensiones, despidos e incluso reducción de la jornada de trabajo por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas. “Después de la primavera de la devaluación post 2001 y de la ganancias empresarias sin inversión, con endeudamientos, empresas más pequeñas son literalmente abandonadas por sus dueños que no invirtieron en tiempos de bonanza económica, y tampoco dejaron de endeudarse, buscando el posterior vaciamiento. Esto nos abre una perspectiva de despidos y peligro de perdidas de fuentes laborales muy crítica para el 2009” dijo Eduardo Murúa del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) en diálogo con Prensa De Frente. “El MNER impulsa la recuperación en los casos de quiebra y abandono patronal, en algunos casos se logrará, en otros no, pero la situación en general es sumamente critica”. Hacia fines de abril de 2008, los trabajadores del Frigorífico Buenos Aires S.A., ubicado en el barrio de Flores y en el que se elaboran los fiambres y embutidos de la marca Torgelón, decidieron ocupar y poner a producir la empresa ante el abandono de los titulares del frigorífico. "El conflicto empieza en parte en 2005, donde terminan despidiendo a 45 personas. Después vinieron las suspensiones, y en 2007 fueron los últimos despidos. Ahí terminamos de estallar. Los despidos de ellos venían a base de que estaban convenciendo a la gente de que este frigorífico podía seguir trabajando con menos personal, y querían reducir, ellos se querían quedar con la gente que realmente sabe como trabajar, y sacarse a los demás" declaró a la Agencia Walsh uno de los trabajadores del frigorífico recuperado. Indugraf, empresa Gráfica de Parque Patricios se encuentra tomada desde noviembre por sus trabajadores luego de ser igualmente abandonada por sus dueños, previó envió de despido a los 88 trabajadores de la planta. Mientras tratan de evitar el desalojo ordenado por la justicia, avanzan hacia el control de la fábrica. El próximo sábado 10 a partir de las 14 se realizará en la puerta de la empresa un festival solidario con música en vivo, proyección de cortos y videos. En Quilmes, los dueños de las empresas “Envases del plata” y “Filobel y Febatex” tampoco dan señales de vida y los trabajadores inician procesos de recuperación de sus fuentes laborales bajo su control, mediante cooperativas. Los obreros luchan por sostener sus puestos de trabajo, sumando en muchos casos 25 y 30 años de antigüedad. Los dueños de “Envases del plata” ofrecieron, con la anuencia no oculta del Sindicato del Plástico, la entrega de una maquina vieja a cambio de las indemnizaciones para 24 trabajadores, durante una audiencia en el ministerio de Trabajo de Nación. El PPC no fue presentado en ninguno de los dos casos. “A estas situaciones se llega luego de un largo recorrido en que las empresas hacen traspaso de propiedades y una larga serie de irregularidades ocurridas mucho antes del crack en Wall Street, que es ahora usado como excusa. El ministerio no controla desde antes estas situaciones y los sindicatos juegan muchas veces estos casos en favor del empresario” afirmó a Prensa De Frente Vanesa Castro Borda, abogada de los trabajadores. Los obreros de “Filobel y Febatex” permanecen custodiando la empresa debajo de un tinglado exterior y con escasos medios de subsistencia, hasta para alimentarse. La intendencia local tampoco parece muy interesada en la situación de vaciamiento en ambas empresas, a pesar de la trayectoria anterior en torno a las empresas recuperadas del actual jefe comunal, el cada vez más desconocido Francisco “Barba” Gutiérrez. “Acá no vemos paquete anticrisis, no es serio. Después del comienzo de los despidos lo que hubo fue un acuerdo entre los grandes grupos empresarios, el gobierno y los medios para tapar la situación, que sin embargo comienza a tomar la forma de una ola de quiebras,” explicó Murúa y continuó diciendo: “Lo que implementó el gobierno, además del financiamiento directo a las automotrices y empresas de electrodomésticos, es, por ejemplo, un subsidio de 600 pesos para los trabajadores de los frigoríficos y las curtiembres, que se cobra como si fuera parte del salario. El estado se hace cargo, una vez más y con un parche, de las responsabilidades de los privados. Las medidas a tomar, si realmente se quiere cuidar el empleo son mucho más de fondo”. Todos los procesos de recuperación de empresas recientes, entre ellos los mencionadas en esta nota, comenzaron antes de que crack de Wall Street y sus consecuencias comenzarán a bislumbrarse en el cono sur. El abandono de la empresas no es un proceso "accidental" sino que remata estrategias del empresariado, que el gobierno permite y los sindicatos avalan en la mayoría de los casos. Allí comienza, con diversos resultados posteriores, la "gestión obrera", practica incrustada ya en la mejor tradición de lucha de los trabajadores de nuestro país.
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