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La segunda mesa debate del encuentro estuvo integrada por Diana Maffia, doctora en filosofía e integrante del Observatorio de Justicia y Género del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires; María Eugenia Lara y Eva Amorin de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres; Elsa Schvartzman de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Lohana Berkins, activista por la identidad travesti y transexual.
Primero fue el turno de Diana Maffia quien se refirió a ciertos olvidos y falta de cuidado que aparecen muchas veces en medios tanto tradicionales como alternativos en relación a la palabra y las imágenes y que se transforman en vehículos de violencia.
En este sentido, habló de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que prevé la creación de un área que analice las denuncias sobre violencia simbólica y mediática. Dijo que es habitual que se considere natural la superioridad del hombre por sobre la mujer, al igual que se considera superior la heterosexualidad por sobre la homosexualidad. Consideró que cada diferencia es jerárquica. Como ejemplo de estas situaciones, la filósofa mostró varias publicidades, distintas formas en que se da cuenta de cómo es el cuerpo de la mujer que impone el mercado.
También hubo espacio para hablar del decreto presidencial 936 que hace referencia a los avisos clasificados del llamado rubro 59. Por un lado, Maffia señaló que el decreto prohibía estos avisos pero no instaba a investigar de dónde provenían, quiénes estaban detrás de sus publicaciones. Afirmó además que AMMAR Capital y Nacional celebraron la firma del decreto, aunque no fueron consultados para su contenido, siendo ellas las representantes de las personas que pueden verse impactadas por el alcance del decreto.
Por otro lado, mostró algunos ejemplos de avisos dando cuenta de sus contenidos discriminadores, que muestran en muchos casos medidas de cuerpos femeninos que no son naturales. Demostrando además que no hay límites, que quien tiene dinero puede hacer de esa persona que se ofrece en el aviso lo que quiera.
Maffia también hizo referencia al trabajo realizado por la Red Par sobre violencia mediática y su pedido de sanciones, a quienes la cometan. Como ejemplos mencionó los femicidios mencionados como crímenes pasionales, la cocina mostrada como el lugar para las mujeres, y la valorización de las mujeres según sus medidas corporales.
La ex legisladora porteña cerró su intervención explicando qué es lo que desde su espacio se pide: políticas feministas del nombrar, subversión de los roles de poder, denunciar las violencias del lenguaje.
Luego fue el turno de María Eugenia Lara y Eva Amorin de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres. Primero contaron los inicios de la campaña en marzo de 2012, a partir de la necesidad de distintas organizaciones de visibilizar y resolver los hechos de violencia cotidiana que se vivían en los barrios.
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La primera acción que llevaron adelante fue la del “bombachazo”, para dar cuenta que la violencia no es privada, sino que se trata de una problemática social, política y estatal, y que es justamente el Estado el que debe hacerse cargo de resolver estas temáticas, dar contención y respuestas.
La campaña también implementó protocolos para que las víctimas tengan un acceso inmediato a un espacio de contención y resolución. Además, desarrollaron una cartilla de juegos para concientizar a la sociedad en general.
Al respecto, Amorín especificó que los juegos en el espacio público tienen que ver con la disputa en el campo de lo simbólico: “nuestra campaña no busca solo un cambio de ley, sino que apunta a la disputa en el campo de lo simbólico y las prácticas”.
En relación a la intervención en medios de comunicación, Amorin manifestó que hoy la violencia de género forma parte de la agenda de los medios, pero que en esta instancia la prioridad es discutir cómo se presentan estos temas. En este sentido, precisó que la repetición de las vivencias de las víctimas produce hartazgo, indiferencia en la población, y se preguntó qué hacer ante esta situación, cómo realizar una cobertura no victimista de estos casos, dejando esto como un interrogante que desde la Campaña acercan al encuentro de la RNMA para debatirlo.
Como ejemplo de esta situación, Amorin mencionó el caso de las hermanas Ailén y Marina Jara. Destacó que desde las organizaciones que las acompañaban a ellas y su familia, se reivindicó que estaban presas por defenderse de un intento de abuso, no se buscó esconder lo que había pasado, sino dar cuenta de que se trató de una defensa ante un hecho de violencia. Amorin destacó la importancia de subvertir el discurso. Clarín había publicado en un primer momento que las dos hermanas estaban presas por intentar matar a un vecino, y que luego de una entrevista con integrantes de las organizaciones dieron cuenta de la otra perspectiva. “No tenemos que quedarnos con que son unas pobres chicas que están presas, sino que ellas se defendieron de un hecho violento, hay que salir de ese lugar de víctimas y ponerse como sujetos activos”, aclaró Amorin.
Lohana Berkins hizo especial referencia a la forma en que los medios muestran a los gays, lesbianas y trans. Los estereotipos que se manejan. Dijo que en el caso de los travestis se ponen dos ejemplos contrapuestos, que son Florencia de la V y Zulma Lobato, como si no existieran en el medio ninguna otra opción. Berkins afirmó también que en las noticias policiales se continúa remarcando la presencia de travestis en los hechos y que la prensa tiende a querer mencionar sus nombres “verdaderos”: “La noticia ya no es ser travesti, nuestra imagen está construida en base a una imagen de espectacularidad y show business. Pero tenemos que salirnos de cómo los medios nos quieren mostrar y mostrarnos como nosotros queremos, cómo nos representamos, cómo queremos mostrarnos”.
“Nosotros también somos sujetos de opresión. La edad de mortandad de las travestis es de treinta años y se trata de muertes evitables. Nosotras también somos parte de un entramado, de un esquema cultural y queremos que nos traten como tal. Hay que revertir el lenguaje, las leyes, las prácticas. Se trata de una batalla cultural e ideológica”, agregó Berkins.
En último lugar habló Elsa Schvartzman de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Relató los inicios de la campaña en 2005, las distintas veces que debieron presentar su proyecto en la Cámara de Diputados sin lograr que se tratara, perdiendo en varias oportunidades estado parlamentario. Luego, hizo un recorrido por distintos períodos de la relación entre los medios y la campaña, relató las diferencias estrategias comunicaciones que se llevaron adelante. Al principio, la temática se incluía en la sección policial de los medios para luego pasar a la política. Se llamaba a representantes de la campaña para confrontarlas con la otra postura, en una lucha que Elsa calificó como desigual. Es por esto que comenzaron a incluir en sus estrategias comunicacionales cifras, ejemplos de otros países, legislaciones comparadas, dando una nueva capacidad de argumentación. Es en este momento en que aparecen distintas redes de medios alternativos que se convirtieron en un soporte indispensable de esta lucha. La presencia de referentes sociales en las campañas y de casos concretos dieron una mayor visibilización de la temática, y la Campaña Nacional es hoy un interlocutor ineludible cuando se habla de estos temas en los medios. Y para este cambio, la presencia de los medios alternativos fue fundamental, ya que llegan a mucha gente y dan cuenta de las distintas acciones que se llevan adelante. De esta manera se abren nuevos espacios y se rompen los discursos establecidos.
De todos modos, Schvartzman consideró que es urgente convocar a una mayor participación e involucramiento para continuar la construcción a partir de saberes y experiencias.