Neuquén, 7 de noviembre 2012 (Zainuco).- Una vez más, la Justicia garantiza la impunidad de los poderosos. De los poderosos de antaño, y de los poderosos de ahora. Que son los mismos y controlan un Poder Judicial burgués, clasista y selectivo que llena las cárceles de pobres. Porque así como no hay ricos en prisión, tampoco hay genocidas.
El fallo de los jueces Coscia, Krom y Lozano, que absolvió a 8 culpables y condenó por leves penas a los restantes, es una muestra clara de la selectividad de esta farsa denominada Justicia. 8 represores que seguirán impunes y siendo una amenaza para los compañeros que se animaron a denunciarlos.
Frente a las presiones de empresarios mediáticos y de políticos que se oponen al enjuiciamiento de genocidas, este tribunal quiso demostrar que ningún pobre va a ser creído jamás. Porque el lugar del pobre es la cárcel. Por eso no sólo calificó de mentirosos a los compañeros detenidos y torturados en la comisaría de Cipolletti y en Junín de los Andes, sino que ordenó que se lo investigue por falso testimonio. Por ser pobre, por no ser amigo del poder ni estar amparado por ninguna corporación.
Hoy, quedó claro una vez más que esta Justicia es selectiva y que nada tiene de justa; que obliga a pudrirse en la cárcel a un joven por robar una gallina o por fumar un porro, que consiente y avala las torturas en las cárceles, que permite que un asesino como Jorge Sobisch siga libre y persigue a trabajadores y trabajadoras que luchan.
Ante todo esto, nosotros decimos que la lucha continúa. La misma lucha de los compañeros desaparecidos y de los sobrevivientes que hoy denuncian a los genocidas que los secuestraron y torturaron; contra la impunidad del Estado capitalista; frente a la injusticia y la represión.
Porque más allá de lo que digan tres jueces burgueses ligados al poder, nosotros seguiremos diciendo que como a los nazis les va a pasar, a donde vayan, los iremos a buscar.
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