(La Colectiva Chapal).-
Somos vecinos de Zapala y estamos preocupados y dolidos por la educación de nuestros hijos.
De forma permanente escuchamos reclamos de mejoras. Van desde lo edilicio hasta lo pedagógico pasando por índices importantes de ausencias, tanto de alumnos como de personal; falta de refrigerio; índices importantes de repitencia; falta de autoridad (dejando la escuela librada a su mera inercia), y en no pocos casos el abuso de la misma, entre otros condimentos que forman parte de la cotidianidad.
En este momento, si usted señor gobernador y usted señora secretaria de educación, vinieran a nuestra ciudad de Zapala se encontrarían, en las plazas, sentados en las veredas, o reunidos en casas de familias, un importante número de alumnos de las escuelas públicas de la ciudad, que directamente no tuvieron clases o salieron más temprano. Al revisar el cuaderno de comunicaciones de nuestros hijos que van al secundario comprobamos que no han tenido desde que comenzó el ciclo lectivo el 28 de febrero ni un día completo de clases. (De ser necesario podemos acercarle las copia correspondientes). De forma sistemática se retiran antes de hora por falta de profesores, o de agua, o de calefacción o de lo que sea.
· Ustedes, ¿se preguntaron alguna vez cómo nos sentimos los padres que vivimos esta situación diariamente?
· ¿Por qué en este momento, por ejemplo, no hay refrigerio en las escuelas de Zapala o mejor dicho de la provincia?
· ¿Quién se está quedando con el dinero de las partidas?
· ¿Por qué en el Distrito de Educación nº 3 de Zapala, hay muebles para escuelas (esto es sillas, mesas, escritorios, etc.) guardados?
· en el mejor de los casos están guardados bajo techo, ya que algunos están a la intemperie. Dicen que son para escuelas que no existen y que los envía nación, el gobierno nacional no tiene idea de la realidad de las localidades del interior del país ¿Por qué no gestionan y entregan el material correspondiente a las actuales escuelas que se vienen abajo de a pedazos?
· Ustedes, ¿saben que hay escuelas en la localidad que hace más de 20 años que no cambian sus escritorios? Por ejemplo.
Señor gobernador Jorge Sapag, señora Secretaria de Educación Zulma Reina, en tanto miembros del Poder Ejecutivo Provincial, les exigimos el cumplimiento de la ley: la ley dispone que todos los niños estén en la escuela sin horas libres, que tengan salud, y vivienda digna. Su porvenir está en manos nuestras como padres, y en manos de ustedes como autoridades, como gobierno que debería representarnos.
La educación debe tener un lugar especial en nuestra sociedad. Así lo hace notar la ley, que la coloca en el primer lugar de prioridades en forma expresa y contundente, al señalar que el Estado contemplará a la educación como un derecho inalienable, como un bien social.
Vale la pena recordar que la ley 2.302 de la provincia del Neuquén establece en su artículo nº 23:
“La educación de niñas, niños y adolescentes será considerada un bien social y su adquisición un derecho inalienable. El Estado lo garantizará como principio en todos los niveles y modalidades, desde los jardines maternales hasta el nivel de educación superior.
El Estado adoptará las medidas necesarias para garantizar el ejercicio de este derecho sin discriminación de ningún tipo y en igualdad de oportunidades y posibilidades para el ingreso, la permanencia, el egreso y la reinserción con logros equivalentes en todos los ciclos, niveles y modalidades del sistema educativo”.
Así, es como comienza a desarrollar el tema educación en la provincia del Neuquén esta ley modelo y ejemplo, para el resto del país y Latinoamérica. Educación que además se encuentra garantizada por los pactos internacionales que integran nuestro bloque de constitucionalidad federal a través del artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional y la cláusula ampliada de progreso contenida en el artículo 75 inciso 19 de la citada Carta Magna.
Lamentablemente comprobamos a diario que estas leyes NO SE CUMPLEN. Esta es la mala costumbre a la que ustedes nos quieren habituar y que dolorosamente de forma sumisa y viéndolo casi como natural aceptamos como sociedad.
Al finalizar el año 2.011 les hicimos llegar a Uds. Una Carta Documento (que aquí le adjuntamos nuevamente con el número de expediente) denunciando el abandono sistemático de las escuelas y previniéndolos para que este año no pasara lo mismo. ¿Fue en vano? Por ahora sí.
Queremos hacerle saber de nuestra férrea voluntad no sólo en persistir en los reclamos sino en controlar la marcha de las denuncias efectuadas ante la fiscalía local y el eficaz cumplimiento de la sentencia dictada en la causa “Defensora de los Derechos del Niño y el Adolescente contra Provincia del Neuquén y Otro s/Medida Autosatisfactiva” (Expediente. N° 8916 – Año: 2010, ocupación de alumnos del IFD nº 13).
Volveremos también a la fiscalía las veces que resulten necesarias para seguir este expediente y ver si algún funcionario judicial – juez, defensor, fiscal o quien tenga competencia en situación de niños y adolescentes – se digne instarlos a Uds. a cumplir con sus deberes de funcionarios públicos (ya que ellos también lo son y por ende deberían obrar de oficio ¿o no ven los chicos en las calles...?). Adhieren:
pueden leer los problemas por los que atraviesan los alumnos y docentes de nivel medio. Hoy relevamos lo que está pasando en nivel inicial... ¿Inicial? No, porque en el Jardín 101 del Barrio Terminal, también funciona un jardín maternal por la mañana y una sección de la escuela primaria de adultos por la noche... Esto implica que ninguno de las instituciones que comparten el edificio, puede, por ejemplo, decorar sus aulas, contar con mobiliario específico, etc. Pero no sólo eso, sino que además, el edificio que aún no tiene ni un año de inaugurado, ha tenido reiterados problemas de agua, eléctricos (se cayeron en dos oportunidades, las lámparas porta-tubos fluorecentes) y ahora, el cielo razo. "Ah...! no se cayeron unos paneles, se cayó la estructura!..." constataba un papá cuando fue informado que se suspenderían las clases y se los invitó a ver el estado en que quedó el aula.
Editoriales ANP
