El miércoles 22 de febrero, a las 8.32, al menos 50 personas murieron y 703 resultaron heridas, luego de que una formación del ferrocarril Sarmiento chocara contra el fin de uno de los andenes de la Estación de Trenes de Once. Una nueva tragedia, pre-anunciada por trabajadorxs y especialistas en el tema, basándose en las malísimas condiciones en que funcionan los ferrocarriles en la Argentina, por falta de inversión y mantenimiento de parte de la empresa concesionaria TBA de la familia Cirigliano.
Buenos Aires, 23 de febrero de 2012 (Red Eco).- “El accidente de Once constituye el ´Cromañón Ferroviario´ largamente anunciado”, se titula el comunicado difundido por la agrupación Causa Ferroviaria Mariano Ferreyra tras conocerse el choque de ayer. En el escrito, señalan que las víctimas han padecido la consecuencia de la falta de mantenimiento e inversión que caracterizó la gestión de las concesionarias desde la privatización menemista al presente.
“Son víctimas también de la continuidad del negocio bajo el kirchnerismo, que benefició a Cirigliano, Roggio, Romero, Macri, Moyano y la actual conducción de los gremios ferroviarios con multimillonarios subsidios. Una verdadera mafia que maneja la Secretaría de Transporte de Juan Pablo Schiavi a su antojo. No sólo son los responsables de la precariedad del servicio, expresada también en la falla de los frenos de la formación siniestrada, sino también de la precariedad laboral y la persecución sindical contra quienes denunciamos este ´Cromañón´ latente desde hace muchos años”, afirman.
No son los únicos que dan cuenta de que esta “tragedia” podía evitarse. Juan Carlos Cena, integrante del Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos, aseguró que “todos los días, como una constante, ocurren accidentes en el transporte ferroviario Suburbano ocultados celosamente por las empresas concesionarias y la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte). Sí, hay decidía, complicidad, improvisación, falta de personal, de mantenimiento en las unidades de inversión. Todo como consecuencia de la falta de políticas de Estado para el Transporte. A consecuencia de ello, las unidades, o sea los coches de pasajeros, no reciben el adecuado, por no decir ningún, mantenimiento preventivo en los depósitos. Revisación de ejes, rodamientos (llantas y sus perfiles), suspensión, frenos, sistema eléctrico; y en las vías: señales, semáforos, conservación y renovación... y así”.
Desde 2006 el Frente de Usuarios Desesperados del Sarmiento (FUDESA) viene denunciando el pésimo servicio que presta la compañía TBA. En este sentido, presentaron un petitorio con 6 mil firmas ante la CNRT. En declaraciones a Informativo FARCO, la integrante de FUDESA Natalia Cádiz aseguró que esta tragedia “es algo que podía pasar en cualquier momento”, apuntó además a la responsabilidad de la secretaría de Transporte de la Nación y señaló que “TBA no puede seguir operando en ninguna línea (…) la empresa debe ser investigada y pagar las consecuencias de tanta desidia y de tanta irresponsabilidad”.
Por su parte, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina, Pablo Micheli, hizo responsable por lo ocurrido ayer a “la tríada que integra el gobierno nacional, la burocracia sindical y las empresas concesionarias” y afirmó que las mismas “conforman un cóctel letal”. Al respecto, Micheli explicó que “los organismos del Gobierno que no controlan en qué gastan las empresas privadas los subsidios millonarios que reciben, la patota sindical que hace negociados en Ferrocarriles ante la vista gorda de las autoridades y las concesionarias que no invierten un peso, constituyen un triángulo mortal para los pasajeros de los trenes en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano”.