Por Fernando Fernández HerreroEl gobernador Saiz no escuchó nunca el dicho popular de que los tragos amargos conviene tomárselos rápido, esperó 15 días para venir a Bariloche a dar la cara, 15 días para que se recalentara el trago, para que se requemara, y la dio dura la cara, como él sabe, inmutable, fría, sin asumir ninguna responsabilidad por lo sucedido, por momentos se los escuchaba explicar las causas y orígenes de los problemas de la ciudad como si fuera un extranjero que estudia un conflicto social lejano en vez de la persona que ha decidido el destino de todos los rionegrinos en los últimos años. Las caras largas que lo acompañaban cumplían la orden se aportar su cuota de sufrimiento, expresaban su deseo irrefrenable de escapar de esa prisión del juicio popular que tanto espanta a los políticos. El juicio se dejaba escuchar tras la puerta, más afuera, los bombos, los insultos, los cánticos, en contra de Saiz, de la Policía asesina, de los chorros que nos gobiernan, del sistema que se va a acabar, de los pibes que nos mataron, en contra de la reelección pretendida aun sobre los muertos, a favor del juez Lozada, los cánticos, los gritos, los tambores, los empujones sobre el cordón policial que se armó para evitar le vergüenza final de tener que enfrentar a la gente cara a cara, y el BORA que estacionó cerca pero no acercó su escandalosa presencia, hubiera sido insostenible, sobre el BORA caen todas las sospechas de las segundas muertes. La improvisada sala de prensa era un velorio, no de los muertos que ya se enterraron, sino de los proyectos políticos, de las ambiciones que se diluyen entre los dedos, Sobisch murió políticamente con el asesinato de Fuentealba, planeaba ser presidente, el nuevo Menem, y hoy no puede caminar una cuadra sin recibir una puteada, todo por una muerte, tanto quilombo por un maestro de morondanga habrá pensado, Saiz se ilusiona con salir airoso de 3 muertes, es mucho más temerario, mucho más optimista, pero estos fueron negros, es menos grave.
Tardó 15 días, y vino a cerrar personalmente esa representación del Gabinete Social con que se pretendió dar a entender que se ponía manos a la obra para solucionar los problemas de la ciudad, "los planes sociales son como un vaso, entran muchos adentro hasta que desborda, después se ven los desbordes pero no los que entraron", graficó el gobernador, Diego, Nino y Sergio vendrían a ser el desborde de su sistema, una error a corregir, "la policía tiene protocolos, nadie dio ninguna orden en ese momento, ellos son una organización vertical que actúa según esos protocolos, el responsable inicial es el comisario de la 28 que ya fue separado, no voy a exigir ninguna renuncia hasta que la justicia termine de investigar que pasó", el concepto de responsabilidad política se le escapa al gobernador, evidentemente nunca entendió que él es el jefe de la policía, el que decide los protocolos, el que decide si los policías son entrenados de una u otra manera o si interviene el BORA o no, o si conviene enfrentar a familiares de un menor asesinado que tiran piedras y producir dos nuevos muertos o tratar de calmarse. Evidentemente no relaciona a su gobierno, y lo que este ha producido o dejado de producir, con las desigualdades que sufre nuestra ciudad, piensa que Bariloche es un compartimento estanco que tiene leyes propias, en donde la policía hace lo que quiere, y la falta de laburo se debe a la caída de los bonos de Grecia, pero nada, nada tiene que ver con él. Ahora trae plata, 30 millones calcula algún funcionario, 45 millones retruca el otro, se van tarifando las vidas que se perdieron 12 millones y medio cada una está bastante bien, GPS, Comisaría nueva, Gimnasio, Escuela, Jardín de Infantes, se olfatea que la mayoría de los anuncios estaban en otras carpetas anteriores y fueron vestidos de novedad para la ocasión, de todas maneras todos sabemos que por tener algún gimnasio, escuela o GPS en los taxis, las cosas no van a cambiar, porque las cosas como son, son el necesario e imprescindible ingrediente para que los que viven la Bariloche de alma blanca puedan seguir haciéndolo, esos que vivaban a la policía con los muertos todavía tibios, esos ven solo un problema de inseguridad, esa que nos venden TN y Clarín a raudales, si el problema es de inseguridad se arregla con más policías, con más armas, con más GPS, limpiando las calles de delincuentes, algún tiro se puede escapar pero es un desborde del vaso solamente, las cosas se arreglan con gestión, policía, BORA, y mano dura, y ahí sí que el gobernador Saiz sabe lo que hace.
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