¿50 AÑOS DE QUÉ?
“Sepan que se abrirán de nuevo las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre,
para construir una
sociedad mejor” (Salvador Allende)
Este 11 de septiembre se cumplen 50 años… sí, 50 años de qué. ¿Qué reivindicamos en el campo popular? Está claro que no reivindicamos las dictaduras, sus asesinatos, su accionar cipayo con el poder económico que se vio amenazado y por lo cual se implementaron las diferentes dictaduras e incluso más actualmente las dictablandas en Nuestramérica. No. Desde el campo popular reivindicamos los avances, las capacidades de organización, lucha, transformación y caminares en sentidos otros que el capitalismo. Por eso somos más, porque somos todo ese “resto” que no busca la explotación de las personas por las personas. Somos aquellos que, con miles de diferencias caminamos resistiendo a las lógicas naturalizadas por un sistema que ha penetrado cada minúsculo espacio, instaurando e imponiendo lógicas de modo tal, que nosotres mismes somos parte de su sistema de reproducción y sostenimiento.
Así, como pretendidos agentes de transformación, solemos llevar sus discursos, sostenerlos en el interés público, hablar de ellos aunque sea para defenestrarlos, oponernos, criticarlos. Y la conciencia no es tal si desconoce otro paisaje, uno que deseemos, uno que sea nuestro objetivo.
Por eso, y volviendo al principio de esta editorial, ¿50 años de qué? 50 años del acto heróico de Salvador Allende. 50 años de ese momento histórico en el que frente a un panorama difícil, no se dudó en el rumbo, el accionar y la justificación de los mismos.
Salvador Allende llegó a la presidencia de Chile luego de un largo proceso de organización y lucha. No fue él quien encabezó, ni quien dirigió el proceso. Allende fue, en todo caso quien asumió el lugar que le asignó el proceso de construcción de unidad y que llevó al poder político de ese país, un proyecto construido por un amplio campo popular. Unidad Popular fue ese encuentro en la diversidad que aún hoy sigue siendo un desafío en las diferentes partes de Nuestramérica. Una unidad que no es una homogenización de las ideas, sino un comprender “de qué lado de la mecha” estamos. Es complejo de imaginar, y más aún de practicar, porque implica correrse de los personalismos, de los egocentrismos, de los iluminismos. Y lo hace a tal punto, que el “cuadro político” que era Allende como todes quienes le rodeaban, y que murieron luchando sin entregar la conquista popular, entendieron que sus vidas valían como las de la campesina, el laburante, que luego serían perseguides por la dictadura que venía a reestablecer el orden económico que beneficiara al poder hegemónico y ya no al pueblo. Así, con la metralla que le regalara Fidel Castro, Salvador Allende murió defendiendo el lugar en el que lo había colocado el pueblo.