El Bolsón (ANPP).-En estos difíciles tiempos, dónde las fórmulas de la economía mundial capitalista muestra una vez más que no es capaz de subsistir a sí misma, la autogestión aparece como solución para empezar a pensar formas diferentes de desarrollo. De un desarrollo verdadero, en el que no quede nadie afuera. Un desarrollo que no es el de las tecnologías cibernéticas, sino el de sentir que vivimos en un mundo donde la solidaridad, el vínculo humano, el respeto por la naturaleza, son los valores fundamentales.
Cuando la situación económica nos pega una bofetada y nos hace entender que los grandes supermercados están hechos para que cierre el ciclo de explotación, en el que los salarios se fijan por las mismas grandes empresas que son las que nos venden la comida y los elementos básicos, manteniéndonos siempre en la subsistencia, sin capacidad de tiempo y energía para pensar nuestro propio desarrollo, la cosa les funciona. Pero cuando se sostiene en el tiempo, eso vuelve a un ciclo, de agotamiento de ese recurso y al enfrentar a la gente a su extinción, se buscan nuevas formas. El trueque ha Sido y ha marcado una época. Los mercados Barriales, dónde se junta lo que excede en las producciones caseras y lo que está en desuso, son otra alternativa que evita la experiencia de apropiamiento por parte de algunas personas en la experiencia del trueque. Ya no más burocracia y emisión sin control popular de créditos, o manejos de poder en la posibilidad de poner un puesto más o qué productos traer. Los mercados son una expresión mejorada de la experiencia del trueque, ya que existe el trueque, pero al no haber coordinadores, ni emisores de billetes, no hay manejo de poder en ese sentido. Las construcciones de estos mercados guardan cuestiones positivas surgidas en los trueques, como la organización para el sostenimiento de puestos sin necesidad de la presencia del puesterx. En Golondrinas, por ejemplo, una comisión organizó un sistema de guardias que permite la apertura del mercado durante casi todos los días, con rotación de personas y trabajo no rentado.
La feria Rural de Mallin, Feria Nehuén, retoma por estos días protagonismo y vu le a ser un espacio de encuentro vecinal, dónde se charlando y surgen nuevos proyectos e ideas... Otra herencia positiva de los trueques.
Cada semana, les vecines se juntan, trabajan para mejorar el espacio y además, ofrecen y se proveen de lo necesario. Este domingo, nuevamente se puede participar de ese encuentro. La feria Nehuén se encuentra sobre el circuito de Mallín Ahogado, en la parte delantera del vivero forestal.
E
Editoriales ANP
