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miércoles, 17 de julio de 2019

DAME FUEGOS, PARA ALIMENTAR MI AMBICIÓN

El Bolsón (ANPP).- El capitalismo, sistema de dominación política y económica en el cual habitamos, pensamos, reproducimos, siempre busca apropiarse de los conceptos e ideas de quienes buscamos transformarlo (y luchamos para cambiarlo) mercantilizando, quitándole contenido, y acomodándolo al pensamiento hegemónico. El feminismo no está excento de esto, y aquí tenemos el ejemplo de los tan expandidos -últimamente en nuestra comarca- grupos de mujeres de “economía solidaria”, que usando palabras como “sororidad”, “empoderamiento”, e incluso “luchar contra el patriarcado” son una de estas herramientas de engaño.
En los últimos días, ha circulado por los medios nacionales, la noticia acerca de que ha surgido una nueva forma de estafa conocida como “Telar de la abundancia” o “de los sueños”. En realidad, como se explicó en muchos lugares es una forma de estafa ya vieja, y que a lo largo de la historia ha cambiado de nombre. Se puede decir, que su inventor fue un tal Carlo Ponzi, quien hace un siglo se enriqueció vílmente con este tipo de estructuras piramidales donde muchos ponen plata y se les promete que lo multiplicarán, para que unos pocos cobren verdaderamente. Esta misma forma, se expande en la Comarca Andina, siendo en realidad una nueva forma de cooptar y estafar gente bajo un manto de “economía solidaria”, amistad, sororidad, usando y sacando de contexto conceptos construidos y apropiados por el feminismo. No sólo se están cooptando mujeres adultas, sino también adolescentes a las que se les invita a participar de mandalas de menos dinero, y a volver a invertir lo que ganaron para ganar más dinero.
Se ofrece como una invitación a participar de un grupo o movimiento económico solidario de mujeres, para cumplir sueños o realizar proyectos, donde las que participan son un círculo de mujeres superpoderosas, de suma confianza, quienes se organizan (tejen), en una estructura de mandala, que se puede explicar de la siguiente manera: 8 a 1, dónde 8 pagan para que 1 cobre. Es decirse trata de un beneficio para el 7% de las participantes, sosteniendo un 93% de participantes que están en tránsito de cobrar. 8 ponen, 1 saca. En realidad, como se dijo más arriba el mandala, es un esquema piramidal en dónde hay cuatro niveles: agua sería la punta de la pirámide (x1), quien recibe el “regalo”, tierra (x2), quien apoya, aire(x4), quienes atraen a los fuegos que son 8 y son quienes ponen el dinero (requisito indispensable para entrar). Para que cada fuego llegue alguna vez a cobrar (es decir, a transformarse en agua y recibir "el regalo"), se necesita involucrar a 512 mujeres en el esquema, porque se necesita 8 mujeres por cada nivel (8x8x8=512). Es decir, cuando un “agua”, recibe su “regalo” (término nada inocente) se crea una nueva fase del esquema que crece exponencialmente (un mandala se convierte en 2). Por cada nueva fase que se crea en este esquema sólo el 7% de las participantes logran recibir su dinero. Este porcentaje se mantiene independientemente de la cantidad de mujeres que entren en el esquema.

Queda claro, que un esquema en dónde sólo cobra el 7%, dejando al 93% fuera no tiene nada que ver con “sororidad”, y menos con “economía solidaria”. El telar de mujeres o cualquier círculo de la abundancia similar recauda dinero que no se reparte equitativamente. No hay forma de que el dinero que se deposite en el telar se multiplique para así poder pagarle lo prometido a todas las involucradas.
Quienes han sido beneficiadas con "el regalo", consciente o inconscientemente están poniendo en riesgo a otras mujeres, haciéndoles creer que algún día van a cobrar, proponiéndoles invertir sus ahorros, y peor aún creando una falsa hermandad cuyo único objetivo es conseguir dinero para satisfacer necesidades individuales, ¿qué tiene esto que ver con sororidad, empoderamiento, etc etc?. Todo lo contrario, es un “juego” que reproduce y profundiza (porque empobrece a quien pone y no cobra) la desigualdad económica, el capitalismo más salvaje, y el neoliberalismo que pregona el individualismo y la meritocracia.
Es necesario, destejer estos falsos círculos e invitar a quienes están allí a salir, y a quienes están por entrar a que no lo hagan.