Bariloche (Al Margen).- En el marco del
mes de marzo como momento de lucha y visibilización de procesos que las mujeres
vienen llevando a cabo en nuestra ciudad se presenta por primera vez la propuesta
Chapuzón, mujeres al arte.
Una desafiante
invitación para “empaparse” con otras en situaciones donde el lenguaje
artistico funcione como prólogo de cada encuentro. Conversamos con quienes
idearon esta propuesta que se llevará a cabo durante los días 15 y 16 de marzo
en el barrio de Villa Los Coihues.
– ¿Cómo surge el proyecto Chapuzón?
-Quienes
ideamos y proyectamos el Chapuzón, somos un grupo de amigas que cantamos en el
coro Cantatómico con. La directora Valeria Giraudo, Carola Ponce, acupunturista
y Mónica González, profesora de artes visuales. Había otras 2 amigas, que
decidieron bajarse del proyecto por razones de salud, pero acompañan desde la
periferia de la gestión.
El Chapuzón
surge en abril de 2018, en una mesa entre mates y amigas. Nace, de un deseo
inicial que es traer a Bariloche a La Colmena, un ensamble vocal de Mujeres,
para que puedan desarrollar talleres sobre el uso expresivo de la voz y así
capacitarnos.
Para poder
invitarlas a través del Fondo Nacional de la Artes (o alguna beca similar)
necesitábamos antecedentes como grupo. Impulsadas por esa primera necesidad le
dimos forma a este proyecto que está orientado a poner en valor los saberes de
las mujeres en actividades artísticas de la Ciudad. Somos productoras y
consumidoras del circuito cultural, pero en este momento queremos jugar a
gestionar espacios donde otras sean protagonistas.
– El nombre de la propuesta parece implicar
zambullirse con otras. ¿En qué consiste?
-En esta realidad
el agua que nos tapa a veces es aquella donde no logramos con claridad
identificar cuando se oprimen los deseos y oportunidades. Hay sutilezas en el
discurso, en las elecciones, en las formas de construir que obstaculiza un
desarrollo de la profesión artística con fluidez.
– ¿A que nos zambullimos?
– Para nosotras como equipo Chapuzón, a un desafío: proyectar actividades
en un entramado de lugares, un circuito intenso con espíritu de festival. Zambullirse
para generar un espacio de disfrute, para las mujeres que se animen y decidan
participar de estos espacios. Un chapuzón a la intensidad, donde la experiencia
expresiva y artística sea la elección de crecimiento en la biografía. Un
impacto ni al bolsillo ni a la utilidad, sino a la experiencia artística.
–El circuito cuenta con muchas propuestas
artisticas ¿Cómo fueron elegidas las mismas?
-En el mes de
noviembre comenzamos a buscar posibles referentes, mujeres que estén en
actividad artística, que sea su profesión. Armamos una lista enorme,
larguísima. Somos muchas. Construimos criterios como la diversidad de propuestas,
apuntar a lenguajes variados como literatura, música, canto, danza, artes
visuales y lenguaje multimedia. Comenzamos a contactarlas por orden de
aparición en la lista, y dijeron que si. Se movilizaron con la propuesta, se
motivaron y se alegraron. Así comenzamos a organizar elementos que de alguna
manera legitiman sus saberes. Todo ese proceso fluyó con naturalidad y con una
gran predisposición por participar. Hace una semana tuvimos la primera reunión
en la que decidimos que se conocieran y reconocieran entre ellas. De alguna
manera saber cuál es el equipo de mujeres que van a trabajar en forma
simultánea en el mismo proyecto genera una fuerza inigualable. Somos docentes,
así que la dinámica lúdica de presentación estuvo presente. Fue así que predispusimos
con mayor flexibilidad el cuerpo y las palabras. El trabajo es colectivo, y
desde ese paradigma armamos los nombres de los talleres y las frases de la
publicidad para la difusión como una construcción entre todas.
– ¿A quiénes está dirigida la propuesta?
-La propuesta de talleres está dirigida a mujeres y a quienes se identifiquen
de esa manera. Esta decisión casi no tuvo aristas diferenciadas hacia adentro
del proyecto. Aunque si generó ciertas resistencias en el hacia afuera. ¿Porque
la discriminación? ¿Por qué no puede un hombre?Creemos y sabemos que la circulación de la palabra entre mujeres
es diferente. Las vivencias de exploraciones a lenguajes estético expresivos
generan apertura emocional, y necesitan una recepción amorosa, de empatía, de
escucha. Un territorio de intimidad que debe ser cuidado. La presencia de
manifestaciones patriarcales como palabras, gestos, posturas, legitiman construcciones
que nos deja afuera. Patrones sociales que descalifican y anulan canales de
comunicación. Estamos invitando a sumergirse y a entregarse a la emocionalidad
entre mujeres. Abogamos a la idea de Lagarde de sororidad enunciada como la
posibilidad de las mujeres a crear nuevas posibilidades de vida.
– ¿Cuál es el principal objetivo de Chapuzón?
-El Chapuzón tiene
ante todo un objetivo potente, por su intensidad emocional y expresiva, busca
hacer ruido en las decisiones que se toman sobre quiénes ocupan los espacios de
políticas culturales y cómo se llevan a cabo.
-Desde estas nuevas posibilidades mencionadas ¿Qué lectura
realizan del arte y las mujeres en nuestra ciudad?
-En Bariloche la presencia de espacios para hacer
circulación de obra es escasos, para cualquiera de los lenguajes. En este
contexto de política cultural, aun más restringida es la valoración de una propuesta
de mujeres en los diferentes escenarios del arte. A las mujeres se les paga
menos en el mundo laboral, y el circuito del arte, no es la excepción. En el
Museo de Bellas Artes de Neuquén se presenta hasta el 16 de marzo la muestra Sala Propia, la primera exposición del patrimonio de un
Museo Nacional que rescata en su exhibición, exclusivamente,
todas las obras de artistas mujeres que posee. En estos gestos encontramos
real perspectiva de género y voluntad visibilizadora. Andrea Giunta
en su libro Feminismo y Arte Latinoamericano, documenta que el 3% de patrimonio
es de Mujeres. Y se visibilizó con una acción que es la de tapar las obras con
bolsas negras de Nylon. Para hacer visible el impacto. No tenemos el ejercicio
de ocupar esos lugares porque tenemos que construir la forma de ocuparlos. La
actividad artística como profesión es un trabajo informal en la mayoría de los
casos, aun más descalificado es en la condición de mujer.
La entrevista podría seguir por
horas. Son un grupo de mujeres que se rien, hablan fuerte, comparten y
parecieran tener cientos de proyectos e ideas a la vuelta de cada mate. Pero la
invitación es a este Chapuzon, el primero en nuestra ciudad. Pensado, tal como
dicen sus impulsoras y se deja leer en cada una de las talleristas, para dejar
una marca en las biografías de quienes se animen a zambullirse en la marea
feminista de la época.
Para inscrpciones a las actividades: chapuzon.mujeresalarte@gmail.com
Por Maru Bleger
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen
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