Durante 8 años la Justicia nos quiso hacer creer los absurdo, lo que nunca jamás ocurrió: que Coco “se había suicidado”.
Primero utilizó sus herramientas más burdas: archivar la causa por ausencia de delito, decretar el secreto de sumario para que no nos enteremos de nada.
Ante nuestra resistencia y una sociedad activa que los miraba y les requería respuesta, el Poder Judicial inventó una teoría para salir del paso, tapar todo y que paguen perejiles (con penas excarcelables): “se olvidaron de sacarle el cinturón a Coco, fueron negligentes”.
La última semana de noviembre de este 2018 la verdad salió a la luz en el juicio oral y público, la doctora Virginia Creimer hizo oír su voz en la sala de debate: Coco sufrió un golpe en la cabeza que lo desmayó y hubo un izamiento posterior en el calabozo grande de la Comisaría 12 de El Bolsón.
La Justicia que tanto nos había traicionado, debió rendirse ante la evidencia, y produjo una sentencia con las verdades por las que tanto luchamos: “que no está acreditado el suicidio, que se trata de un crimen en custodia”.
El tribunal, teniendo la evidencia ante sus ojos, no pudo más que desbaratar la mentira procesal del suicidio.
Ahora nos queda instar la investigación del homicidio de Guillermo Garrido, crimen de Estado, de este Estado que es incapaz de hacer justicia ante los crímenes policiales, al que hemos interpelado y seguiremos haciéndolo con lucha, unidad y resistencia.
Justicia por Guillermo Garrido!.
Investigación imparcial ya!
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