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lunes, 10 de diciembre de 2018

EL CAMINO DE SANTIAGO… UN DOCUMENTAL DE URGENCIA

(Granma).- El multipremiado cineasta argentino Tristán Bauer retorna al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana con el documental El camino de Santiago. Desaparición y muerte de Santiago Maldonado

El multipremiado cineasta argentino Tristán Bauer retorna al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana con el documental El camino de Santiago. Desaparición y muerte de Santiago Maldonado.
Realizador de documentales y de largometrajes de ficción,con Después de la tormenta (1990) obtuvo el Premio a la Mejor Ópera Prima en San Sebastián. Su segundo largometraje, Iluminados por el fuego (2009), ganó el Coral en La Habana y el Goya de la Academia española. Sus documentales más destacados son: Cortázar (1994), Evita, la tumba sin paz (1997), Los libros y la noche (1999), premio en el Festival de La Habana; y Che. Un Hombre Nuevo (2010), premio en Montreal.
Su más reciente documental, ahora en el concurso por el Coral en su categoría, es El camino de Santiago… y sobre este y otros temas conversamos con Tristán Bauer.
–¿Cómo ha sido la recepción del documental en Argentina?
–La película fue presentada cuando se cumplió el primer año de la desaparición de Santiago Maldonado (joven de 28 años que en la Patagonia participaba junto a la comunidad mapuche en el reclamo de sus tierras). Fue un estreno muy conmovedor con la presencia de una gran cantidad de gente. Hubo un episodio violento como hacía muchos años no se veía en Argentina, fue atacado el teatro. A partir de ahí la película tuvo un recorrido muy grande. Ya son más de 45 000 los espectadores que la han visto. El caso de Santiago Maldonado es una herida abierta en nuestro país, una herida que reclama justicia y sin duda el cine tiene una función social para que estos casos tengan la necesaria visibilidad y para que nos convoque a la reflexión sobre lo ocurrido y sobre lo que está ocurriendo en  mi país.
–¿Cómo se conformó la película?
–Puedo decir que es un documental de urgencia. Apenas a unos días de enterarnos de que había un desaparecido y conocer su nombre, nos reunimos un grupo en que había veteranos, como yo mismo, el gran actor Darío Grandinetti (quien narra el documental en off) y otros muy jóvenes. El  guion lo hicieron Florencia Kirchner y Omar Quiroga; la investigación periodística, Juan Alonso, y la música del gran compositor León Grieco, quien nos regaló el tema con el cual cierra la película Las ausencias.  Empezamos a viajar a la zona, conociendo los lugares, los protagonistas, la familia. Al comienzo no teníamos la idea de hacer una película, sino  darle visibilidad. Surgieron breves videos. El 17 de octubre,  después de 78 días de estar desaparecido Santiago, aparece su cuerpo en el río Chubut en la Patagonia y viendo lo que teníamos nos proponemos hacer el documental.
–¿La fotografía?
–Fuimos muy meticulosos en el tratamiento de la imagen, porque había un hecho fundamental, que era la
disputa de la tierra, que no es nueva. La película aborda la figura de Santiago Maldonado, pero no como un eslabón aislado, sino como parte de una cadena de nuestra historia, y entonces era importante cuando hablamos de la tierra mostrar de qué estamos hablando. Ahí fue fundamental la posibilidad que tenemos hoy los cineastas de utilizar drones que te permiten mostrar esa Patagonia que es impresionante, esas tierras, esos ríos, esas montañas, esa riqueza patrimonial. Cuando hablamos que el magnate Luciano Benetton tiene casi un millón de hectáreas en Argentina, esas imágenes permiten al espectador tomar cabal conciencia de lo que estamos hablando. En ese sentido lo que destacas, la fotografía, tiene una fuerza particular en todo el documental.
–El tema del reclamo del pueblo mapuche no está tan en los medios…
–La película justamente se instala en el tema porque cuando se empieza a investigar y se ve el drama, las tensiones sobre la tierra, comienzas a preguntarte cuándo comienza. En 1870 se produce en Argentina la mal llamada conquista del desierto, donde las tropas del ejército avanzan hacia  la Patagonia y van destrozando a las culturas de los pueblos originarios, un verdadero genocidio, y el resultado de esa campaña es el reparto de la tierra entre la oligarquía porteña y en manos extranjeras. No se podía hablar de Santiago sin hablar de lo que pasó con el pueblo mapuche, ese pueblo que en el día de hoy sigue luchando por sus derechos.
–Usted es parte del Festival, ¿qué importancia le concede en la coyuntura actual latinoamericana?
–Este Festival al que le estamos celebrando sus 40 jóvenes años ha sido fundamental para todos nosotros los cineastas. Yo he venido desde hace muchos años, mi primer viaje a Cuba fue en 1983 y a los pocos años ya empecé a visitar el Festival. Siempre fue un lugar de encuentro extraordinario entre los cineastas de poder descubrir y redescubrir nuestro cine, porque la verdad es que acá es donde nosotros podemos ver la producción que se está haciendo en México, o en Uruguay, o en Brasil, en nuestros distintos países. Tenemos ese problema que no circulan dentro del continente nuestras cinematografías. Tantas cosas extraordinarias han surgido aquí, producciones, películas, el nacimiento de la Escuela de Cine de San Antonio, con Fidel, Birri. Yo tengo un agradecimiento muy grande a Cuba por este Festival y es sin duda el lugar de encuentro del cine latinoamericano más importante del planeta.