Los tiempos que vivimos nos llevan a pensar en el dicho que
muchas veces hemos escuchado y que dice " un pueblo que no aprende, vuelve
a repetir su historia”. Muchos son los
medios de comunicación que editorializan sobre el parecido entre estos tiempos
y la década del 90. Con intendentes y concejales que como primer medida se
autoaumentan el salario en un 40%, mientras a trabajadores de la educación, por
ejemplo se les pone un techo en las paritarias de como mucho un 25% (En Río
Negro se habla de porcentajes cercanos al 25% de aumento salarial en
trabajadores sin antigüedad, en Chubut del 23% para el mismo tipo de
trabajador). Esta situación que resulta
obscena es una partecita minúscula de un planteo económico y político que nos
excede como municipio, provincia e incluso como país. Es un planteo ya conocido
por todos nosotros y se llama neoliberalismo. Esto se confirma entre otras
cosas con la visita programada de los países representantes de estas políticas
que son mal llamadas “estatales”, ya que en realidad son empresariales, pero
que utilizan a los gobiernos y a los estados que “supuestamente representan”
para establecer las medidas que “permiten la legalidad” de sus acciones
ilegítimas y antipopulares. Medidas obscenas que consiguen la “legalidad” en un
sistema “representativo” que pareciera haber logrado envolver al Pueblo en un
sofisma que lo deja sin derecho al reclamo.
Todo tiene un orden y un sentido, todo está pensado
previamente por “profesionales” que entrelazan las medidas para que cada vez estemos
más empaquetados. Por ejemplo, el “nuevo
protocolo anti piquetes”, es presentado justo antes del cierre de los acuerdos
paritarios, que ya sabemos no será con final feliz para los y las trabajadoras,
antes de la llegada de los presidentes “amigos de estas nuevas políticas”, y
como confirmando que ya saben que sus medidas son antipopulares. Pero su
desfachatez no tiene límites. El gobierno pretende que sean las mismas organizaciones
sociales quienes den licencia social a este protocolo.
Como pueblo ya hemos pasado por momentos como este. Y como pueblo, sería bueno poder aprender y
anticiparnos para no llegar a este tipo de situaciones. Sin embargo, llegados
hasta aquí, aún podemos no volver a repetir toda la historia. Podemos recuperar
todo lo recorrido como Pueblo, sistematizar la experiencia de los 90, no volver
a empezar de cero. Ese es nuestro desafío, recuperar los aciertos de tanta
construcción popular de aquellos años, re adecuarlas a nuestros tiempos, re
pensarlas en estos viejos pero nuevos contextos. Tenemos las herramientas, el
desafío es nuestro.
¡ARRIBA LXS QUE LUCHAN!!!