Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com
domingo, 31 de marzo de 2013
SIERRA GRANDE: "SALOMÓN ESTÁ VIVO, HACE 28 AÑOS QUE LO SABEMOS"
Sierra Grande (Agencia Sierra Grande, radio Libre).-El pasado 22 de marzo, se tomaron declaraciones por la desaparición de un bebé de Sierra Grande , Pcia de Río Negro.
La jueza Filipuzzi escuchó a cuatro testigos que de algún modo estuvieron ligados a la desaparición de Salomón, el bebé nacido en 1977 pero que su madre sólo vio por algunos minutos. Alfredo Díaz-el padre del niño- ligó a su militancia política con la desaparición de su bebé.
La jueza federal Mirta Filipuzzi culminó a con las declaraciones testimoniales en la investigación que sigue por la desaparición de un bebé recién nacido, que las autoridades sanitarias dieron por muerto pero del que no existe ni siquiera acta de defunción. El hecho ocurrió en pleno proceso militar en 1977.
Las sospechas de los padres son que el bebé fue sustraído como represalia a la actividad e ideas políticas de Alfredo Díaz, padre del bebé desaparecido.
La jueza Filipuzzi se constituyó en Sierra Grande durante dos jornadas. El lunes 20 de marzo del corriente año se tomó testimonio a la madre del bebé, Livia González. Alfredo Díaz y había declarado la semana anterior en los tribunales de Viedma.
El martes 21 de marzo . fue el turno de varios testigos que de alguna manera estuvieron vinculados con el momento en que ocurrió el hecho, en julio de 1977.
Pasaron por las oficinas de la Prefectura los testigos Eusebio Toloza, Carlos Biñuelas, Julio Mariano y Gloria Pereyra. Falta aún el testimonio de algunas personas que ya no residen en Sierra Grande pero que fueron motivo de constantes rastreos de la justicia para que el tema se aclare.
Livia González y Díaz sostienen que su hijo, Salomón, como lo habían llamado, está vivo y no descansarán hasta encontrarlo.
Militancia
Alfredo Díaz adhirió a las ideas comunistas y sus inquietudes que lo llevaron a militar en la Universidad en la Federación Juvenil Comunista. Fue a trabajar a Chile para el gobierno de Salvador Allende, pero con el golpe de Pinochet volvió al país junto su esposa y sus dos hijos pequeños.
Más tarde se encolumnó en peronismo y después integró el grupo Montoneros.
"Estábamos marcados", sostuvo Díaz mientras Livia comentaba que la ponían en el baúl de un coche para ver a su esposo detenido por razones que hasta hoy desconocen. Y eligieron Sierra Grande en 1977 para estar tranquilos, pero nunca pensaron que pasarían por la desaparición de un bebé.
Ahora se conocieron algunos secretos que Díaz guardaba celosamente. Por esos días el hombre recibía amenazas de parte de los funcionarios militares que estaban a cargo de Hipasam, pero su esposa desconocía estos hechos. "La amenaza que pesaba era que podía perder al resto de mis hijos", sostuvo Díaz y recordó que en esa época en Hipasam lo obligaban a firmar un acta en donde debía detallar las actividades que realizaba mientras no estaba en el trabajo.
La presencia de la Jueza Filipuzzi trajo alivio a la madre y al padre del bebé, que desde hace 28 años no abrazan la paz ya que en su interior sienten que algo les arrancaron.
(Agencia Sierra Grande, Radio Libre).