Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com

domingo, 10 de febrero de 2013

MATARON A LUCAS BASCUR, ¡QUE BUENO, HAY UNO MENOS!

Bariloche (Mensajero Digital).
Lucas tenía 25 años cuando lo conocí, como todos sus compañeros fue tímido al principio. Eran poco menos de 10 pibes que estaban en libertad condicional y venían a la capilla del San José Obrero a aprender a soldar, y de paso un poco de construcciones, y tomar unos mates, y charlar un rato. 

Mirta Elvira desde el ministerio de Vallaza habilitó un proyecto de la Pastoral Penitenciaria para capacitarlos, esos proyectos que varios ciudadanos fustigan a través de los comentarios de los medios digitales sin decir con que los van a reemplazar. Fuimos aprendiendo herrería y charlando y casi todos contaron sus historias, historias de muerte, de asesinatos propios y ajenos, de violaciones terribles de la dignidad humana en las cárceles de la provincia.


En prácticamente todos los casos el alcohol había sido el gran presentador de la muerte en sus vidas, después las drogas, pero primero siempre el alcohol, no lo veían ellos, siguen sin verlo las autoridades que no controlan la venta a menores, crímenes cometidos durante borracheras engañosas, inconciencias violentas que al terminar mostraban como la vida había cambiado para siempre, de ahí a escaparse, de ahí a caer preso, de ahí a todo lo que marca a fuego y para mal la cárcel, de ahí a la libertad condicional, y de ahí a la nada. El taller de la Pastoral Penitenciaria pretendía poner algo en esa nada, ¿quién le va a dar trabajo a alguien en libertad condicional por una muerte?.

El cura Carlos Morena pero sobre todo una paciente Cristina Marín manejaban a eso pibes inmanejables, los retaban, y ellos la mayoría de las veces acataban como chicos, porque eso son, pibes con la infancia robada que mataron a otros pibes robándoles también la vida.

¿Qué hacemos con ellos? sigue siendo la pregunta sin respuesta, pero para peor no hay ningún apuro en la sociedad por responderla.

Hoy se publica la información policial sobre un muerto de 26 años de nombre Lucas Bascur, le dieron un tiro en el pecho cuando andaba en un ciclomotor con un menor que también fue herido y está grave en el hospital ¿sería el hijo de su pareja? Esa con la que pretendía construir una casa, y por eso no faltaba nunca y me preguntaba tanto como se hacía eso de levantar una casa, yo les explicaba y les daba ánimo, les mentía, que si se organizaban y presentaban un proyecto entre varios el ministerio de Desarrollo Social los podía ayudar, y de paso tener unos meses de laburo, y de paso evitar que se mandaran alguna macana más. 

El Ministerio no solo no recibió ningún proyecto sino que les cortó unas semanas después las becas de 1200 pesos con las que vivían cuando Weretilneck decidió poner fin a la gestión Vallaza, ahí se terminó el taller.

Alguno venía caminando desde el San Francisco II a la capilla en el Nahuel Hue, “son dos horitas y media” me decía tiritando en una tarde lluviosa de septiembre “pero si mantenés el ritmo el frio se aguanta”, agregaba mostrando que el frio le había llegado bien adentro, “el tema es que tengo que venir dando un rodeo importante porque me andan buscando los familiares del que maté”, si me encuentran después mis familiares los buscarán a ellos le faltó agregar, y así interminablemente la rueda de la muerte pisa a los pibes del alto, si no se matan entre ellos lo hace la policía cuando salen a robar, porque laburo no hay, y menos digno.

La sociedad respira aliviada cuando llega la noticia que “hay uno menos”, porque no sabe qué carajo hacer con ellos. 

Las políticas económicas neoliberales produjeron una desigualdad obscena, la desigualdad los dejó naciendo sin posibilidades, las familias desarmadas por la desocupación los dejaron en la calle, el alcohol y las drogas les hicieron perder la conciencia y el equilibrio llevándolos a la violencia, el estado los abandona crónicamente, a la sociedad les molestan, son un tumor que hay que extirpar, si se matan entre ellos mejor, más barato y más rápido.

Son pibes, tomábamos mate, aprendíamos a soldar, hablábamos de futbol, se reían y tenían, a pesar de todo, sueños, Lucas hoy está muerto, tenía 26 años, ni pudo terminar de aprender herrería, ni se hizo su casa, el pibe al que el mató años atrás tampoco, hace horas el gobernador anunció muchos millones para autos policiales y vamos a cerrar pronto una temporada record con el tremendo problema de no poder comprar dólares con lo ganado, pero con una ventaja adicional ¡hay uno menos!. 

Chau Lucas, y perdón.

Fernando Fernandez Herrero