La política
del “aparato”
º“¿Sabés que es el
aparato? Mirá aparte de la corrupción, la guita, las drogas, la cana, las
minas, los intendentes, el aparato mafioso. ¿Sabés que es un aparato mafioso? Una máquina de violencia” , le respondió el filosofo Juan Pablo Feinman al ex presidente Néstor
Kirchner, cuando el gobernante le comentó su estrategia de apoderarse del
“aparato duhaldista” como forma de acumulación
de poder.
Por estos días la
discusión tiene vigencia en Bariloche. Por un lado “la máquina de la violencia” ya es parte de la postal, aunque muchos
prefieran no verla. Homicidios, tiroteos, robos calificados, narcotraficantes y
otras yerbas son moneda corriente en los barrios del alto. Parte de esta
violencia nos conduce al “aparato” y al clientelismo político, que por otra
parte es violento en sí mismo ya que
coloca en un lugar de dependencia a los sectores más excluidos de la sociedad.
Un poco de
historia. Los gobiernos radicales,
utilizaron históricamente recursos discrecionales del estado para
construir un andamiaje de clientelismo
político capaz de movilizarse en días de
elecciones, por un lado, y por el otro lado que contuviera con programas
asistenciales las múltiples necesidades
de la población mas excluida de la monoindustia del turismo.
El actual gobierno
municipal, tuvo que optar entre apropiarse del aparato radical o construir un
poder nuevo, diferente. El pragmatismo, sumado a la profunda crisis social que
se pasea por estos días en Bariloche lo catapultó a la primer opción. El cambio
en la Secretaria
de Desarrollo Humano hace unos meses, fue la señal más notoria del rumbo
elegido. La mirada “política” se impuso
a la mirada “técnica”. Y la opción parece ser por el clientelismo.
Este camino puede
dar frutos en el cortísimo plazo, para garantizar gobernabilidad y evitar conflictos sociales
mayores, pero mientras no se
modifiquen las condiciones que generan
al menos un 30 % de excluidos “la máquina
de violencia” no se va a detener, ya que ahí reside su origen.
.
Mientras tanto por
lo bajo maduran otras experiencias: cooperativas, ferias de productores,
comercio justo, recicladores, movimientos por la vivienda, economía social,
talleres productivos, movimientos culturales, y distintas experiencias
comunitarias entre otras.
La apuesta es a
mediano y largo plazo, pero transformadora. Y persistente en el tiempo. Todavía
no alcanza. Aunque sea un camino esperanzador y necesario.
fin