Muchos colonenses pasan a menudo por frente de la Colonia Open Door ignorando que a pocos metros de su auto se desarrolla un terrible drama.
En el 2004, incluso se envió desde Colón a un anciano del cual no se sabía la identidad . En la localidad de Open Door, partido bonaerense de Luján, si uno pregunta dónde se puede asistir a una persona con problemas psiquiátricos la respuesta es “allá, en el Cabred”.
Desapariciones, trafico de organos y condiciones de vida inhumanas. |
La mención hace referencia al Hospital Interzonal Colonia “Dr. Domingo Cabred”, donde efectivamente se asiste a 1.250 pacientes con distintas afecciones mentales, más otros 900 que lo hacen a través de los consultorios externos, aunque a ese número habría que restarle más de 300 pacientes que entre enero y abril de este año desaparecieron y sobre los cuales nadie sabe bajo qué circunstancias.
Tampoco se sabe si están vivos o muertos y, lo que es peor aún, no se habría realizado ninguna denuncia sobre estas desapariciones a las autoridades competentes. En ese mismo lapso se habrían encontraron los cadáveres de cinco personas (aunque podrían llegar a nueve) en el predio donde está instalada la Colonia, cuyo deceso está siendo investigado por la Policía científica de General Rodríguez. Hasta el momento no hay ningún resultado oficial de la investigación.
Las autoridades se rehúsan a hablar del tema y explicar bajo qué circunstancias se dieron estas desapariciones. En realidad, tampoco hablan de desapariciones sino de fugas. Al menos así se supo por declaraciones de Julio Acedo, secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) seccional Luján, que además trabaja en el Cabred: “Ellos dicen que son fugas.
Pero la fuga es cuando el paciente aparece en la casa, en la vía pública o en otro lado. Por eso nosotros decimos que son de- sapariciones, porque todavía no consta que hayan vuelto, que hayan sido encontrados o que hayan aparecido en sus hogares”.
La primera información que se obtuvo fue de 140 pacientes desaparecidos desde el 26 de enero hasta el 15 de abril de este año, aunque tal como confirmó Acedo y a pesar del silencio de las autoridades, la Dirección del Hospital maneja un listado en el que constan 315 desapariciones entre el 1° de enero y el 30 de abril de 2005: 80 personas desaparecidas por mes, casi 3 por día. “El Director tiene un informe del 1° de enero al 30 de abril, según el cual son 315 las personas desaparecidas”, confirmó el dirigente.
Se presume tráfico
de órganos
En Luján no es la primera vez que se habla del tema, y estos últimos datos instalaron aún más las sospechas de un posible tráfico de órganos, cuestión sobre el cual las autoridades tampoco accedieron a dar explicaciones. Si bien el dirigente de ATE sostuvo que “para una ablación de órganos se necesitan elementos muy complejos, como quirófano y personal especializado, por lo que en la Colonia es imposible hacerlo”, las desapariciones -y no fugas- no hacen más que abonar la posibilidad de la existencia de tráfico de órganos.
El traslado y la posterior ablación en otro lugar fue investigado en otras oportunidades como un modus operandi utilizado por ciertas bandas dedicadas a este ilícito. En cuanto a los cadáveres que se encuentra investigando la Policía Científica, Acedo sostuvo que “son restos óseos que los ha deteriorado el tiempo”. “Han sido víctimas de alimañas. Lo que pasa es que el predio son 640 hectáreas de las cuales 180 son un monte casi inexpugnable.
Entonces se pueden perder ahí dentro, se desorientan y mueren, puede ser por patologías clínicas como cardiopatías”. Un pedido de informes elevado desde la Legislatura bonaerense al Poder Ejecutivo provincial sostiene en sus fundamentos la aparición de nueve cadáveres de pacientes en distintas zonas de la Colonia Cabred que, en muchos casos, no aparecieron los órganos. Y establece la presunción de que “nos podríamos encontrar ante un caso de tráfico de órganos”.
“Macabro” es el adjetivo con el que puede describirse a esta altura la situación del Hospital Interzonal Colonia “Dr. Domingo Cabred”: Más de 300 desaparecidos en cuatro meses, cadáveres hallados en distintas zonas del Establecimiento, decesos producidos por alimañas, pacientes que se pierden, “se desorientan y se mueren”.
A este panorama hay que sumarle que entre los 1.250 no sólo hay pacientes con necesidades de atención psiquiátrica, sino que también los hay que son portadores del virus VIH-Sida, e incluso enfermos con prontuarios y causas penales.
Los psiquiátricos junto con los portadores de VIH y los que tienen causas por distintos delitos se encuentran en los mismos pabellones sin ningún tipo de barrera de contención sanitaria. Esto, sumado a la promiscuidad que hay entre los pacientes del neurosiquiátrico, pone a la población de los internos en serio riesgo. Según consideró Acedo, la situación es un potencial foco de propagación de distintas enfermedades, no sólo de VIH.
Provoca ciertos interrogantes que no hayan querido hablar las autoridades de la Colonia. Y no es porque desconozcan el tema, como tampoco lo desconocen las autoridades del Gobierno provincial, sobre todo del Ministerio de Salud, desde donde surgió la recomendación de no hablar con la prensa.
Difícil es creer también que esta situación -que no es nueva- le pase desapercibida a las áreas de Derechos Humanos, porque en definitiva se trata de una situación que ocurre en un hospital público, institución en la que el paciente debe gozar del derecho a una atención digna y, de no ser así, el reclamo y la defensa de esos derechos debe ser inmediata.(Prensa Clave)