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lunes, 9 de julio de 2012

UN ESPIA DE LA DICTADURA INFILTRADO EN EL HOSPITAL MATERNO INFANTIL DE MISIONES.

Misiones (Revista Superficie).-Durante el terrorismo de Estado fue colaborador de asesinos, violadores y ladrones de bebés. Hoy trabaja en el hospital Materno Infantil de Misiones.

José Enrique Lascurain, DNI 4.603.057, vive en calle Amalia Vera 4482 (65), de la ciudad de Posadas, provincia de Misiones. Su nombre figura en la nómina del Personal Civil de Inteligencia que revistió en la sección de Inteligencia 124 "Posadas", del Batallón de Inteligencia 601, cerebro del espionaje ilegal registrado durante la última dictadura cívico-militar, entre los años 1976 y 1983. 

Su cargo fue el de "Agente de Reunión". Con esta  nomenclatura, las fuerzas armadas de la represión denominaban a los espías o “entregadores” que se infiltraban en ámbitos intelectuales, sindicales, laborales, culturales y estudiantiles para recoger información que luego era suministrada a los jefes de cada área, quienes a partir de a estos datos ordenaban operaciones de secuestro y asesinato de personas.

Lascurain trabaja para el Estado provincial desde 1987, en el ámbito de la Salud Pública. Comenzó en los hospitales Baliña y Carrillo, luego lo trasladaron al Ministerio de Salud, y actualmente es técnico en computacion en el Hospital Materno Infantil de la Capital provincial. 

Función común

Más allá de las tareas específicas (agentes de reunión, agentes de seguridad, agentes universitarios, etc), todos los actores civiles que trabajaron con el Batallón 601 del ejército tenían una misión común: detectar a las personas que podían encuadrar con la figura de "subversivos" y comunicarlo a los servicios de Inteligencia.

Ese accionar precedía a las detenciones ilegales y violentas -secuestros- de los grupos de tareas de las fuerzas armadas, que en la mayoría de los casos terminó en asesinato o desaparición.

¿Quiénes eran catalogados como subversivos? activistas sociales, militantes políticos, dirigentes sindicales y estudiantiles, obreros, y todos aquellos que simplemente manifestaran disenso social.

Las tareas de estos agentes resultaron fundamentales para el exterminio de miles de personas en manos de las fuerzas militares que llevaron adelante el terrorismo de Estado. 

Acción Cooperativa: guarida de criminales civiles

El 25 de abril de 2010, revista superficie denunció a través de una investigación periodística que Julio César Marturet, por entonces subsecretario de Acción Cooperativa y Mutual de la Provincia, había oficiado como personal civil de Inteligencia al servicio de los militares de la última dictadura militar.

Superficie confirmó el pasado de Marturet acudiendo directamente al Archivo Nacional de la Memoria, donde el nombre y el número de documento del funcionario provincial figuran en la Foja 53 de la Nómina del Personal Civil de Inteligencia que revistó en el período 1976-1983. 

Cuando el gravísimo hecho tomó estado público, el gobierno provincial guardó silencio y amparó a Marturet. 

El 6 de mayo, el diario Página/12 publicó en su contratapa una carta abierta escrita por Miguel Ángel Molfino, titulada “Enemigo íntimo”, en la que denunció que Marturet había sido espía en su casa y delator de su madre, hermana y cuñado, quienes terminaron asesinados. Dos días después de publicada la nota en Página/12, Julio César Marturet presentó la renuncia.

El 13 de mayo de ese mismo año, superficie denunció que el jefe del Departamento de Defensa del Consumidor y Fiscalización del gobierno de la provincia, Milton Alfredo Acosta, también colaboró con el Terrorismo de Estado, como "Agente de Seguridad".
 
El funcionario figura en el orden 51 de la Foja Nº1 de la nómina de personal civil que revistió en el período 1976-1983 colaborando con el Batallón de Inteligencia 601

Superficie corroboró en el Archivo Nacional de la Memoria que Acosta, con Documento Nacional de Identidad 13.558.921, fue agente civil del Destacamento de Inteligencia 124 de Posadas en el último gobierno de facto.

Lista de cómplices

Luego de una larga lucha de Ramón Torres Molina -Presidente del Archivo Nacional de la Memoria- y organismos de Derechos Humanos de todo el país, finalmente la lista del Batallón 601 se conoció a través de la revista Veintitrés en febrero de 2010.

El documento informa 4.300 nombres que integraban la plantilla de personal, los rangos y las actividades de los agentes que aportaron información, apoyo logístico y mano de obra a la represión.

La nómina incluye los nombres de 1.599 personas que se desempeñaron como agentes civiles de inteligencia, 2.353 que cumplieron tareas en distintos destacamentos y secciones en diferentes lugares del país, y se complementa con una lista de 345 militares del 601.

Participaron de la Sección de Inteligencia 124 "Posadas" un total de 66 personas, que desempeñaron diversas funciones de colaboración con la dictadura militar.

Figuran en ese apartado un total de 20 agentes de seguridad, 15 agentes de reunión, 8 dactilógrafos, 6 radioperadores, 2 teletipistas, 2 conductores, 2 asesores universitarios 1 encargado de mantenimiento edilicio y 1 mozo.