Jefatura de Gabinete de Ministros
SECRETARIA DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental
Dirección Nacional de Ordenamiento Ambiental y Conservación de la Biodiversidad
EL AVANCE DE LA FRONTERA AGROPECUARIA Y SUS
CONSECUENCIAS
Una de las causas principales actuales de pérdida de los bosques nativos es sin duda el avance de la frontera agropecuaria. Miles de hectáreas son desmontadas para el cultivo de diferentes especies agrícolas, en particular de la soja, en los últimos diez años.
Respecto
al impacto producido sobre el suelo, existe un conjunto de
circunstancias tecnológicas y económicas que repercuten gravemente sobre
este recurso, poniendo en peligro el desarrollo sustentable de las
regiones cultivadas. El principal problema de la degradación del suelo
es la forma de utilización del cultivo como monocultivo y el manejo del
suelo sin respetar su aptitud agrícola.
El
cultivo de soja tiene las características de ser un cultivo extractivo
de nutrientes del suelo que exige una práctica de rotación determinada
según la zona y a su vez, en ciertos suelos no es aconsejable a pesar de
sus buenos resultados económicos a corto plazo.
"El
suelo está subsidiando a los productores y al país", advierte Roberto
Casas, Director del Instituto de Suelos del INTA Castelar. Si se tiene
en cuenta la pérdida de la materia orgánica en suelos dedicados a la
agricultura continua, el déficit de nutrientes -como consecuencia de una
insuficiente reposición por fertilización-, la disminución de la acidez
de los suelos, la erosión y el deterioro de la
estructura edáfica, se comprenderá el sentido de esta afirmación.
Generalmente
el productor no incluye en el cálculo del margen bruto lo que los
granos exportan en fósforo, calcio y azufre. Casas ejemplifica: "Si
partimos del hecho de que la producción de soja exporta 160.000
toneladas de fósforo, para aplicar el concepto de balance - puesto que
sólo se aplica hoy un 16% de lo que exporta el cultivo -, habría que
agregar 800.000 toneladas de superfosfato triple de calcio, lo que
supondría una inversión de 230 millones de dólares, unos 20 dólares por
hectárea."
El
crecimiento económico de
la agricultura ocurre "a costa del empobrecimiento del recurso suelo".
Las mayores extracciones de fósforo se registran hoy en el noroeste de
Córdoba, el sur de Santiago del Estero, sur de Santa Fe y todo el norte
bonaerense, con valores superiores a los 14 kilos por hectárea. "En la
región chaqueña, área de gran expansión de la soja, los altos niveles de
fósforo de los suelos están bajando abruptamente porque nadie
fertiliza. Se está sacando plata del banco porque todavía la cuenta
tiene mucho, pero en poco tiempo más vamos a llegar a una situación peor
a la de la región pampeana".
Otro
de los problemas relacionados con el auge de la soja y su rendimiento
económico, es el considerable avance de la frontera agrícola sobre
suelos no aptos o montes nativos de
importante riqueza natural, no sólo en cuanto a la preservación de la
biodiversidad de la región y la provisión de bienes y servicios, sino
como hogar y medio de vida para miles de personas.
El
cultivo de la soja avanzó sobre montes nativos, como el Bosque Chaqueño
que se despliega en las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del
Estero, el noroeste de Santa Fe y noreste de Salta arriesgando la
estabilidad de los ecosistemas.
Favorecido
por un ciclo húmedo, avances en biotecnología, métodos de labranza y la
expectativa de buenos precios a partir de la devaluación, el avance
vertiginoso de la
agricultura sobre los bosques es uno de los problemas mas graves en
cuanto a la degradación del suelo.
En
este contexto y agravado por fuertes intereses locales, políticos y
económicos, la permanencia de la producción agrosilvopastoril
tradicional (práctica conservacionista del recurso), entre otras, se ve
seriamente comprometida.
En
cuanto a la vegetación herbácea, la aplicación reiterada del
herbicida Glifosato que es el comúnmente utilizado para soja
transgénica, puede por un lado generar tolerancia y/o resistencia
progresiva de algunas especies de malezas y por otro, cambios en la
abundancia relativa; en este sentido, han comenzado a detectarse
algunas especies de malezas que antes no resultaban tan frecuentes.
Es
un dato relevante que el consumo de Glifosato en el año 1996 fue de
13.900.000 de litros, pasando en el año 2003 a más de 130.000.000 de
litros. La información existente respecto de la concentración residual
de Glifosato en alimentos y el medio ambiente no sólo podría ser poco
confiable, sino que además es sumamente escasa.
Por
otra parte, el desequilibrio biológico y la posibilidad de nuevas
enfermedades, tales como la"roya de la soja",
forman parte de los riesgos de este proceso y de la sostenibilidad de
los sistemas en el largo plazo. Este aspecto también puede hacerse
extensivo a nuevas plagas.
Desde
el punto de vista social, debe tenerse en cuenta que las explotaciones
mixtas e intensivas son las que arraigan a los productores y sus
familias a la tierra. La descontrolada "agriculturización" motivada por
el cultivo de soja, fue desplazando a los productores e hizo que
abandonaran sus chacras, tambos, y pequeñas producciones regionales de
alto interés social, que daban fisonomía a un campo diversificado y con
una sólida estructura socio-cultural y que debieran refugiarse en los
centros poblados, mudando de actividad los que pudieron y los que no
padecen el desempleo, la pobreza y la
marginalidad.