Los denunciantes señalan que hay "redes de trata operando en las zonas de Once, San Cristóbal y alrededores, y en los últimos meses cantidad de chicas sufrieron estos intentos de secuestro al salir de noche de sus facultades".
"Una amiga que estudia en el IUNA me contó que compañeras de ella vieron cómo se llevaban a una chica, y hay otras dos estudiantes que escucharon gritos provenientes de una camioneta, además de diversos episodios similares que ya fueron debidamente denunciados (a sabiendas de que las denuncias policiales no sirven de mucho)", declaró un testigo.
Una docente universitaria, por su parte, relató que hubo un intento concreto de rapto por "hombres que abruptamente bajaron de un vehículo y golpeando a una alumna, tomándola de brazos y piernas, intentaron introducirla en el auto, hecho que no lograron por la tenaz resistencia de la misma".
Las estudiantes del IUNA y de Psicología de la UBA programaron empezar a reunirse en asambleas para decidir medidas a tomar.
Asimismo se ha pedido a la Asociación Gremial Docente de la UBA su intervención para exigir al decanato que extreme medidas y desarrolle las estrategias del caso para el resguardo de las alumnas en los alrededores de la facultad.
"Las redes de trata cuentan con la complicidad de policías, funcionarios y civiles que hacen silencio frente a la atrocidad y drama de la esclavitud sexual", recordó una de las estudiantes.
Una estrudiante neuquina, Florencia Pennacchi, justamente, ha sido presumiblemente víctima de una de estas bandas de delincuentes "bien entrenados" en la faena de secuestrar y desaparecer personas. Cursaba en la UBA y tenía 24 años aquel 16 de marzo de 2005 que se la llevaron.
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