Nuestro balance de las elecciones en Chubut
El todavía incierto resultado de las elecciones en Chubut ha dejado sí varias certezas. La primera es la descomposición cada vez más profunda del sistema de partidos políticos y de la política burguesa en su conjunto. La recurrencia al fraude sistemático ya se va haciendo más común en las últimas elecciones en nuestro país: así fue evidente en la elección a gobernador en la provincia de Córdoba en 2007, en esas mismas presidenciales a través del faltante y el robo sistemático de boletas de algunos partidos y este proceso ya llegó a su punto máximo de degradación con el despliegue de actos delictivos de todo tipo que ha desarrollado el dasnevismo en Chubut y que ya han sido puestos en evidencia por distintos medios.
La ficción de la democracia burguesa cada vez se cae más y los partidos políticos del poder se presentan como grupos de personajes sin escrúpulos dispuestos a todo por llegar al gobierno. Esta denuncia general no implica que al mismo tiempo sumemos nuestra voz al reclamo particular de que aquí en Chubut se debe respetar lo votado el 20 de marzo, algo muy alejado de lo que se viene haciendo en este recuento plagado de manipulaciones.
Nosotros debemos decir que lamentablemente nada de lo que hoy sucede en Chubut nos sorprende. Ya habíamos marcado el carácter autoritario, antidemocrático y delictual del dasnevismo hace muchos años y así lo denunciamos a lo largo de todo este tiempo, soportando ataques, insultos, amenazas, patotas, etc. Pero nunca pudieron acallarnos, ni siquiera cuando estaban todos juntos y revueltos.
Todos sabemos que muchos de los que hoy aparecen como “enemigos” del dasnevismo fueron en verdad parte central de la construcción de este entramado mafioso: ¿qué decir de personajes como Yahuar, Eliceche o el ex jefe de la policía dasnevista Alé? Estos, que hoy aparecen como supuestas víctimas del fraude dasnevista, son parte de este “Modelo Chubut” y hubieran cometido los mismos hechos si tuvieran la posibilidad de hacerlo.
En términos más concretos de la situación política no hay dudas de que el gran derrotado de estas elecciones es Das Neves. Es llamativo como contando con enormes recursos económicos, Das Neves ha logrado destruir la imagen positiva que aún mantenía hace unos años, imagen que pese a lo malo de su gobierno se sustentaba en la comparación con los lamentables gobiernos radicales previos.
Este proceso igual viene de antes. Ya marcamos tras las elecciones de 2009 que en ese momento Das Neves había bajado en sólo un año y nueve meses (desde el 2007), un 17% su caudal de votos. En esa elección Das Neves ya había mentido acerca de los resultados electorales: a las 21.15 de aquel domingo afirmó que estaban entre el 62 y el 63%, cuando en verdad no llegó al 56% de los votos “positivos”. Obviamente en aquel momento Eliceche, Williams y otros nada criticaban, y en cambio festejaban el resultado junto a Das Neves.
Por otro lado en esta elección se expresó nuevamente el fortalecimiento del gobierno nacional en lo electoral, algo que se profundiza ante la permanente caída de todos los candidatos opositores. Un elemento interesante es que claramente el kirchnerismo no jugó a fondo durante la campaña, ni en posicionar directamente a Cristina en la elección, ni en la denuncia del dasnevismo.
¿Por qué no lo hizo? Para nosotros la respuesta es doble: por un lado el gobierno no puede criticar políticamente a Das Neves casi en nada, ya que sus políticas son gemelas: ¿acaso lo criticaría por regalar el petróleo y la pesca, o por avanzar con el negocio minero? ¿Qué kirchnerista lo haría? ¿Yahuar, Eliceche o el Rafa Williams? Es evidente que hay una absoluta similitud en sus programas de gobierno y por eso poco podían decir para diferenciarse.
La otra razón para no jugar a fondo, y ésta es la fundamental, la explica el método de construcción del kirchnerismo como proyecto político: nunca se sabe quién será su futuro aliado y compañero de ruta. Todo oportunismo y toda alianza es posible, siempre estando todo justificado por las “necesidades de acumular para el proyecto nacional y popular”. El enemigo de hoy puede ser para los K el aliado de mañana, así como el hermano de hoy puede ser el enemigo de mañana.
Los acuerdos con Saadi y con Menem son los ejemplos más actuales y patéticos de toda una sucesión de negociaciones con cualquiera que acepte pasarse a su bando. Quizás no Das Neves pero seguro que Buzzi o Mac Karthy pueden mañana mismo pasar a ser parte del entusiasta coro de los cientos de ex menemistas que de repente se hicieron fervientes “nacionalistas populares”. Es sin dudas llamativa esa sincronía que suelen tener los políticos con la ideología que en sus respectivos discursos sustenta aquel que transitoriamente se encuentra en el poder.
Si finalmente es declarado vencedor Buzzi estaremos ante uno de los gobiernos más débiles y más surcados de internas de los que se tengan memoria en Chubut. Especialmente llamativo es que será un gobierno débil desde su mismo nacimiento: con la legislatura en contra, jaqueado por el dasnevismo, sin tropa propia y con Mac Karthy de vice, que siguiendo su vieja tradición familiar empezará desde el primer día a tratar de asumir él la gobernación (el ex gobernador Perl y el ex intendente de Trelew Horacio Gómez pueden dar testimonio de estas características del mackarthysmo). La expresión más increíble de esta interna ya abierta fue el acto del domingo 20 por la noche, cuando Das Neves anunciaba la victoria de una fórmula gubernamental que brillaba por su ausencia.
Pero lo más grave de estas elecciones fue la virtual desaparición de toda expresión opositora a la hegemonía del PJ en el plano electoral. La UCR continua su más que merecida caída libre tras sus 12 años en el poder (que por ejemplo nos dejaron nuestra ilegitima constitución provincial, contra la que hoy los radicales protestan porque entrega casi todos los cargos a la mayoría). Del resto de los partidos que constituyeron una opción electoral ninguno superó el 2% (excepto el Provech en diputados, que apenas se acercó al 3%) y todos bajaron considerablemente sus porcentajes con respecto a la elección del 2009 en Chubut.
Fue muy significativa la cantidad de votos en blanco (16.013, un 6,22% de los votos), que superó a todos estos partidos políticos, transformándose en la cuarta fuerza de la provincia. Estos elementos ponen más de relieve algo que ya planteamos en nuestro posicionamiento antes de las elecciones: es una tarea fundamental de todos los que luchamos por construir una sociedad distinta el poner en pie un frente político y social de los que luchan, que tenga inserción real en los barrios de nuestra provincia y que sea construido desde abajo.
Nos sigue faltando esa alternativa de poder real de los trabajadores y el pueblo. Nuestra organización no es ajena a esta realidad, sino que somos y nos asumimos como parte del problema ya que lamentablemente todavía no hemos logrado construir esa alternativa de los trabajadores y el pueblo. Desde ya pondremos todas nuestras fuerzas militantes para hacerlo.
Pero necesitamos de tu ayuda para lograrlo. Si los de abajo seguimos desorganizados son los patrones quienes ganan y van a seguir ganando. Nuestra única alternativa no puede seguir siendo votar a un supuesto mal menor. Debemos avanzar en la construcción de poder obrero y popular desde cada lugar de trabajo, desde cada barrio, cada escuela, cada hospital. Es el pueblo quien debe protagonizar el proceso que termine con las injusticias y constituya un mejor futuro.
Movimiento de Izquierda Revolucionaria