Por Carlos Saglul
Neuquén, 15 de juklio de 2010 (ACTA).- Mañana retorna al país el represor Jorge Alberto Soza, quien fue detectado por Interpol en el pueblo valenciano de Carcaixent, donde tenía un inofensivo puesto de flores. Quien fue subcomisario de la policía neuquina durante el terrorismo de Estado será juzgado por delitos de lesa humanidad cometidos entre 1975 y 1977.
El verdugo volverá a encontrarse cara a cara con muchas de sus víctimas, algunas de las cuales encapuchadas durante la tortura, lo verán de frente por primera vez. La nómina de los testigos incluye al dirigente de la CTA Orlando “Nano” Balbo.
Nano, maestro rural y alfabetizador nos cuenta que fue detenido el 24 de marzo del 76 en horas de la mañana, en una casa del centro de Neuquen. “Un grupo de civil con armas largas destruyó la puerta de ingreso de mi domicilio. Lo conducía Raúl Guglielminetti, quien luego de golpearme mientras otros revisan la casa me arrastra hasta un automóvil en cuyo piso me tiran, boca abajo. Me trasladan a la delegación de la Policía Federal de Neuquen donde comienzan las torturas. Por la noche soy trasladado a la cárcel de Neuquen, la U 9. Después de algunos días nuevamente me llevan a dependencias de la Policía Federal donde vuelven a torturarme durante todo el día hasta que a medianoche me regresan a la cárcel”.
Nano que quedó sordo por las torturas y escucha a través de un aparato que dirige hacía su interlocutor relata que después de seis meses de permanecer en la U9 a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, “soy trasladado a la cárcel de Rawson. Cuando acumulaba casi dos años de detención sin causa ni proceso, solo a disposición de PEN y según les decían a mis familiares porque estaban investigando una supuesta vinculación con la subversión, se me autoriza a salir del país y exiliarme en Italia, en donde permanezco hasta el retorno de la democracia”.
Nano recuerda el papel central que tuvo Raúl Guglielminetti durante su secuestro. Añade que “en dependencias de la Federal reconozco al comisario jefe de la federal en Neuquén, el perro González, hoy fallecido. Soza al ser el segundo jefe en el momento de mi detención, no puede haber ignorado lo que allí ocurría conmigo”.
Sobre las características que tuvo la represión en la provincia afirma que fueron las mismas que en el resto del país. “Actuaban con total impunidad y con cierta ostentación a la vista del conjunto de la sociedad a los efectos de aterrorizar a la población. A través de la acción sicológica lograron que cualquier joven, que fuera representante de algo se sintiera bajo sospecha”.
La gente era detenida, trasladada a los centros de interrogación; primero la Federal y luego en el centro clandestino de detención “La escuelita” en donde permanencia secuestrada. Después, “algunos fueron liberados, otros trasladados a la U 9, o a otro centro de torturas en Bahía Blanca. Gran parte de los compañeros permanecen como desaparecidos”.
El año pasado se juzgó y condenó a los jefes militares mediante un juicio oral y publico, este fue la primera etapa del proceso de esclarecimiento de lo ocurrido con la represión ilegal de la dictadura. “La segunda etapa se encuentra demorada por la lentitud en la designación del juez del Juzgado Federal de Primera Instancia en Neuquén. Un tanto difícil de explicar cuando ya están los resultados del concurso que se realizara a tal efecto”, explica Nano
- A pesar de la llegada de la democracia el campo popular no ha dejado de tener víctimas como el maestro Carlos Fuentealba. ¿Significa esto que el poder o parte de él continúa en las mismas manos?
Creo que sobrevive en algunos sectores de nuestra población la cultura represiva que instaló la dictadura. Por otra parte, los juicios que hasta ahora se han realizado en el país, solo han investigado la parte más visible de la represión: los jefes militares. Pero si partimos de la base de que el golpe del 76 y los años que duros la dictadura contaron con la participación activa y/o la complicidad de determinados sectores de la sociedad civil. Mientras la justicia no pueda explicitar mediante fallos esta participación correremos el riesgo de que el “Nunca más” sea una expresión de deseos.
- Los grupos del poder concentrado que apoyaron la dictadura son hoy los principales beneficiados de la tardanza en juzgar a los responsables de la represión en esa noche negra de nuestro país. ¿Qué significa para usted el juzgamiento de Soza?
Es un paso adelante muy importante para que podamos explicarle a los jóvenes que no vivieron la última dictadura, porque se habla de “terrorismo de estado”, Organizaciones estatales creadas para otros fines, como la Policía Federal en este caso, sembrando el terror en la población a los efectos de poder instalar un modelo económico que de otra manera hubiera tenido un gran rechazo por parte de trabajadores y del conjunto de nuestro pueblo, haciéndolo inviable.
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