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lunes, 5 de julio de 2010

CIPOLLETTI: TEATRALIZACIÓN CALLEJERA POR EL ABORTO

Arte en la calle para reclamar aborto legal, seguro y gratuito

Viernes, 25 de junio de 2010 (Agencia Nodo Sur).- Semanas atrás, la agrupación feminista "Indecentes Ramonas" de la localidad de Cipolletti, Río Negro, realizó una intervención artística callejera, en el centro de la ciudad, con la que buscó instalar el debate sobre la urgente necesidad de legalizar el aborto para evitar la muerte de cientos de mujeres que año a año pierden sus vidas en abortos clandestinos. La llamativa y revulsiva teatralización, que generó reacciones diversas entre los transeuntes, fue cubierta por el blog zonal "El Gato y el Tintero", quien gentilmente nos hizo llegar la siguiente crónica e imágenes.
Arte y repudio
Por un comunicado de parte de las mujeres que se reúnen en El Andén —Indecentes Ramonas—, nos enteramos que estarían realizando una actividad artística en repudio ante la posición de las instituciones, tanto estatales como religiosas, frente al actual proyecto de ley por la legalización del aborto.
Para aquellos que lo ignoran, Indecentes Ramonas es un grupo de mujeres que se reúne semanalmente en el centro cultural El Anden, a fin de tratar problemáticas de género como lo son las redes de trata, discriminación, etcétera.
En este caso, el grupo nos sorprendió al informarnos que realizarían una actividad artística teatralizando una situación similar a la que sufre una mujer que toma la decisión de abortar. Lo cual no nos pareció para nada sencillo, menos aún, al saber que tal actividad tendría lugar en la intersección de las calles Irigoyen y Sarmiento, esquina céntrica de la ciudad de Cipolletti, Río Negro, a metros de la Catedral.

Introducción
Mediodía de sol en la ciudad. Las calles vacías como todo domingo, y con el mate olvidado sobre la mesada de la cocina, pero las cámaras, cuadernos y lapiceras listas, llenamos de aire las cubiertas del móvil para llegar rodando al Paseo de la Familia (plaza céntrica).
La impuntualidad adelantada nos regaló unos minutos sin viento, paseantes, ni perros, para prepararnos sobre un banco de la plaza.
Luego de una corta espera, divisamos a lo lejos un grupo de rostros blancos que se iban acercando a la esquina mencionada, y pasado un breve lapso de tiempo, comenzaron a crear su escenario, esparciendo por veredas y árboles, distintos elementos, atuendos y consignas.

Actividad
El grupo estaba formado por diferentes personajes: dos monjas, enfermeras, dos mujeres (una de ellas embarazada) y una imponente figura masculina.
Las grandes puertas de la iglesia comenzaron a abrirse, sumando a la escena niños y niñas, hombres y mujeres, que se acercaron sorprendidos. Otros, fingieron ignorar lo que ocurría o cruzaban la calle apresuradamente; sin embargo, no faltó quien, quizás, en su ingenua inocencia, preguntó acerca de la actividad y las consignas que se iban desplegando frente a sus ojos.
En el eje de la escena tomaba protagonismo la figura masculina que dictaba pautas de reclamo y datos estadísticos de las consecuencias por la práctica del aborto clandestino (como ser el número de mujeres que mueren por someterse al mismo, que ronda en las 750 mujeres por año). Por otro lado, el resto de la escena fue protagonizada por la mujer embarazada recostada sobre una camilla, a quien se le practicaba un aborto utilizando los métodos más accesibles, y no por eso menos peligrosos, dentro del marco de la ilegalidad. Tampoco faltó, en la escena general, el resto de las integrantes que constantemente alimentaban la práctica con una base de voces corales que no sólo hacían énfasis en las pautas, sino, también generaban un ambiente de dolor y sufrimiento.
La actividad se pudo desarrollar sin inconvenientes luego de haber generado en el público diferentes opiniones que fueron manifestadas en varias oportunidades, tanto a favor como en contra, respecto del modo y motivo de la actividad.