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martes, 12 de enero de 2010

ENTREVISTA: PUEBLOS ORIGINARIOS Y EL CAMINO DE LA UNIDAD

(Organización Barrial Tupac Amaru).- Jorge Nahuel, referente del pueblo mapuche, estuvo en el encuentro de pueblos originarios que se celebró en Jujuy, auspiciado por la Organización Barrial Tupac Amaru. El encuentro se realizó a fines de diciembre pasado y allí confluyeron fuerzas de todos los pueblos hermanos que componen el arco nacional aborigen.
Por iniciativa de la Tupac y con la presencia de pueblos hermanos provenientes de distintas partes del país, fue consagrado en una ceremonia del Tiwanaku, en un ámbito –símil del original- construido en el barrio Tupac Amaru de Alto Comedero en Jujuy. Así nació este nuevo espacio sagrado, una gesta que se construye recuperando cultura y símbolos que fueron empujados al olvido por la conquista y colonización y que aún hoy, se insiste en negar el derecho a los pueblos nativos a tener su espacio, su tierra, su propia proyección histórica.
En el encuentro de Jujuy, se hicieron presentes representantes del pueblo Mapuche, Guaraní, Mocoví, Toba y Koya, quienes celebraron la obra y llamaron a la unidad de los pueblos de América.
A continuación, transcribimos parte del diálogo mantenido con Nahuel:
-¿Cómo evalúan el encuentro de Jujuy?
Lo central es coordinar la experiencia, el trabajo y la lucha de los pueblos Mapuche, Guaraní, Mocovi, Toba y Koya. Todos mandaron sus delegaciones. Nuestra lucha es la misma. Hace 200 años demandamos que nos devuelvan nuestros territorios, administrar los recursos que nos pertenecen, ser tenidos en cuenta como pueblo. Somos más que una comunidad, somos nación, pueblos con identidad propia…
-¿De qué manera plantean materializara esto último?
En todo el continente, Bolivia, Ecuador, Guatemala se están efectuando reformas legislativas que reconocen nuestros derechos como pueblos. Se acepta brindar una educación pluricultural, se firman estatutos de autonomía o de restitución territorial.
- Los pueblos indígenas han sufrido como pocos la agresión del neoliberalismo, sin embargo fueron quienes mejor resistieron la enajenación por parte de los medios de comunicación.
Lo que pasa es que nuestra vida está atada a la tierra y ellos vienen fundamentalmente por el saqueo de nuestros recursos naturales. La fuerza de nuestra cultura es la principal arma que hemos tenido para enfrentar el saqueo. No pueden arrebatarnos nuestra identidad que se levanta aún de las cenizas y el genocidio y busca su lugar. Eso es lo que se debe comprender: no estamos “arrebatando” tierras, estamos luchando por el derecho ancestral; fuimos los despojados, fuimos los perseguidos, masacrados pero estamos, somos presente y lo seremos mucho más.

Pelear contra la desigualdad
-Identidad que los pone junto al resto de los oprimidos por el sistema.
Estos 200 años de lucha no han sido otra cosa que pelear contra la desigualdad, el reparto desigual de la riqueza. Unos pocos se quedan con todo incluidas nuestras tierras. Somos parte de está América que no se resigna al hambre y la exclusión. Una parte importante, y no por cantidad, sino por el poder simbólico que tiene se parte de los pueblos que habitaron desde siempre estas tierras. De esto y mucho es que hablamos en Jujuy. Fue un encuentro poderoso. Nos reconocemos como hermanos y también como pueblos despojados de derechos.
- ¿Qué lugar ocupa el Estado en todo esto? Las oligarquías se sirvieron del Estado para expoliarlos.
El Estado no suele escuchar a los pueblos originarios. No tiene oídos, no quiere tenerlos. Recién cuando nos movilizamos se dan cuenta que existimos. Por eso, al margen de lo que realice por sus derechos cada nación o comunidad, el camino que comenzamos a transitar en el encuentro de San Salvador de Jujuy, es la unidad, buscar como juntos podemos más. Ese fue uno de los ejes del encuentro.
Y el saldo es realmente positivo. Sabemos que van a intentar seguirnos dividiendo como lo hicieron siempre. Está en nosotros, en cada pueblo, en cada hermano, saber que todos los sueños libertarios que tenemos, serán posibles si logramos superar las separaciones entre originarios y logramos un trabajo coordinado, en unidad. Y eso es lo que comenzó a concretarse en el encuentro de Jujuy, donde la Organización Tupac Amaru puso todo a nuestra disposición y así pudimos intercambiar las formas del pensamiento de cada nación.