La ley bautizada como ’Antisinverguenzas’ es una norma aprobada, a pesar de la resistencia de los movimientos sociales daneses, para los movimientos sociales. Confiere a la policía amplios poderes para realizar detenciones preventivas y ampliar las penas de prisión por actos de desobediencia civil. Así, pueden detener hasta 12 horas a aquellas personas de quienes se sospeche que podrían violar alguna ley. Si los detenidos son acusados de obstaculizar el trabajo de la policía, la pena aumenta a 40 días en prisión. Con esta ley el Estado danés está deteniendo, a lo largo de toda la cumbre, a una media de 300 activistas diarios. Una estrategia preventiva rubricada por una de las democracias más consolidadas en Europa.
Y es que fueron 60 detenidos durante la primera acción, una gymkana que recorría diversas empresas en el Día Anticorporaciones. Las detenciones ascendieron a un millar el día de la manifestación global, en la que se detuvo a todo persona cercana –en un sentido ya no ideológico, sino espacial- al bloque anticapitalista, formado por personas y organizaciones que piensan que en Copenhague no se debe abordar únicamente la cuestión del clima y que intentaron salirse de la ruta institucional.
El domingo 13, en Hit the production (Golpea la producción) fueron arrestadas 200 de las 500 personas participantes: se los llevaron en autobuses y sin ningún criterio y sólo siete horas después quedaron libres sin cargos. Durante esas horas estuvieron atados con abrazaderas en las muñecas, con los brazos a la espalda, y sentados durante horas en el frío suelo antes de ser llevados a unas jaulas especialmente creadas para la cumbre.
El martes 14, Día dedicado a las Fronteras, la manifestación llegaba al grito de No borders, no nations, stop deportations (Ni fronteras ni naciones, paren las deportaciones) al Ministerio de Defensa danés. Tras varias jornadas en las que la policía había diezmado la participación deteniendo gente de modo indiscriminado, los manifestantes cambiaron de estrategia, protegiéndose mediante cadenas humanas en los laterales de la manifestación, cadenas que pretendían forzar a la policía a llevarse a todo el mundo en bloque, ante la imposibilidad de practicar su estrategia habitual de aislar a la gente y detenerla por grupos. De este modo, se evitaron las detenciones.
Discurso del presidente Chávez
Fragmentos del discurso del presidente de Venezuela Hugo Chavez: “¿Acaso no es esa precisamente la realidad de este mundo?
¿Acaso estamos en un mundo democrático? ¿Acaso el sistema mundial es inclusivo?
¿Podemos esperar algo democrático, inclusivo del sistema mundial actual?
Lo que vivimos en este planeta es una dictadura imperial, y desde aquí la seguimos denunciando ¡Abajo la dictadura imperial! ¡Y que vivan los pueblos y la democracia y la igualdad en este planeta!”
“Uno pudiera decir señor Presidente que un fantasma recorre Copenhague, parafraseando a Carlos Marx, el gran Carlos Marx, un fantasma recorre las calles de Copenhague, y creo que ese fantasma anda en silencio por esta sala, por ahí anda, entre nosotros, se mete por los pasillos, sale por debajo, sube, ese fantasma es un fantasma espantoso casi nadie quiere nombrarlo: el capitalismo es el fantasma, casi nadie quiere nombrarlo.
Es el capitalismo, ahí rugen los pueblos, allá afuera se oyen. Yo venía leyendo algunas consignas que hay en las calles pintadas, y yo creo que esas consignas de estos jóvenes, algunas de ellas la oí cuando iba el joven allá y la joven, hay dos de las que tomé nota. Se oyen entre otras dos poderosas consignas. Una: No cambien el clima, cambien el sistema.”.
“Y creo que es verdad. Si el clima fuera un banco capitalista de los más grandes, ya lo habrían salvado los gobiernos ricos”.
Editoriales ANP
