El Bolsón (ANPP).- La próxima jornada por el libre acceso a ríos y lagos, que tiene por objetivo inmediato que se abra al público el paso al lago Escondido, cercado por el multimillonario inglés Joe Lewis, comenzará su cronograma de actividades el sábado 28 de noviembre.
Ese día, a las 14, desde Onelli y 25 de Mayo, ciudad de Bariloche, sale una caravana hacia El Foyel, por la ruta 40 al Sur.
Los organizadores pidieron a quienes tengan lugar disponible en los autos que avisen para poder ofrecerlo a los que no tienen forma de movilizarse.
En el paraje El Foyel se armará un campamento en el camping Viejo Almacén, para lo cual cada uno debe llevar su carpa y demás elementos, así como comida que será compartida a la canasta
Desde allí, a las 18, se saldrá hacia la comunidad mapuche Las Huaytekas, en apoyo a la recuperación territorial del la comunidad.
A la noche, en el camping habrá proyección y debate previos a la cena que será continuada con fogón y guitarreada.
El acto central será el domingo 29 de noviembre, a las 12, en el mismo camping, donde se leerá el Documento Principal de la Convocatoria y actuarán los artistas que se han sumado, entre quienes se cuenta al cantante popular Raly Barrionuevo.
Paralelamente, se dejará una copia del fallo del Superior Tribunal de Justicia en la entrada de la estancia de Lewis, símbolo de la soberbia del poder económico que pretende pasar por encima de los derechos de todos.
Desde Bariloche (también en Onelli y 25 de Mayo) partirá una nueva caravana, a las 10.30, para sumarse al acto principal.
El costo del pernocte en el camping Viejo Almacén es de 5 por persona (precio especial para la ocasión), donde se venderán, además, choripanes, empanadas y bebidas, también a precios muy rebajados.
Perfil de un comprador
El magnate Joe Lewis figura entre las personas más ricas del mundo y es responsable, junto con otros “jugadores” en la timba de las finanzas mundiales, de la crisis económica que sufren con hambre y desempleo miles de millones en todo planeta.
El escándalo que había desatado años atrás, cuando compró las tierras que hoy ocupa en zona de frontera con la República de Chile (algo prohibido por leyes nacionales) intentó ser atenuado por sus defensores que, entre otros argumentos, aseguraban que el “nuevo vecino” tenía interés en preservar el medio ambiente.
Similares argumentos se esgrimieron para proteger a otros supuestos “millonarios buenos y ecologistas”, como en los casos del parque Pumalín (en Chile) y los esteros del Iberá (en Argentina), y así justificar la entrega del territorio del país a manos extranjeras.
Pero Lewis pronto olvidó sus promesas verdes y develó una nueva intención: construir una represa hidroeléctrica sobre el río Escondido.
Una vez más, por supuesto, la prensa traidora y los políticos vendepatria han lanzado en El Bolsón una obscena campaña de convencimiento para que su protector inglés se salga con las suyas.
Es que la estrategia de Lewis en estos años ha sido presentarse a la comunidad de la Comarca Andina como el millonario “filántropo”, dispuesto a ceder dádivas “generosas y desinteresadas” provenientes, en última instancia, de la nada generosa explotación de los miles de trabajadores que integran las empresas en las cuales tiene acciones.
Así, el “Tío Lewis”, como lo llama con cinismo la población local, da cursos gratis de computación, organiza campeonatos deportivos o regala remeras, como la multinacional anglo-holandesa Shell regalaba camisetas de fútbol a los mismos chicos que su planta envenena en Dock Sud.
Ya lo dice el dicho: “Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía”. Pero a veces el poder del dinero puede con toda razón. Y con toda vergüenza. Sólo así se explica que una institución como Gendarmería Nacional (una de las fuerzas que, paradójicamente, debería bregar por la soberanía argentina) participe alegremente de actividades conjuntas con Hidden Lake S.A. En 1982 otros compañeros de armas dejaban la vida en el Atlántico Sur convencidos, a pesar de todas las contradicciones y de las intenciones mezquinas de la dictadura, de que pelear contra Gran Bretaña era ponerse de pie frente al imperialismo.
Sólo así se explica que lamentables funcionarios de El Bolsón, que cantan el Himno con solemnidad afectada y que para colmo dicen ser “nacionalistas”, se presten a la función grotesca del amo inglés para engrosar así la larga lista de cipayos que ha tenido que padecer el pueblo argentino.
San Martín fue muy claro; más vale estar “en pelotas”, decía, que dominados por extranjeros. Hasta se puede escuchar el soberbio cachetazo que el revolucionario americano daría a estos traidores del sigo XXI.
Y si bien el libertador ya no está entre nosotros, ese espíritu de honor y dignidad pervive aún en buena parte del pueblo que, a pesar de todos los golpes sufridos, se niega a bajarse los pantalones.
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