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lunes, 19 de octubre de 2009

OPINIÓN: HABÍA UNA VEZ UN SINDICATO…

Por Andrea Nilles

Me contaron que hace mucho tiempo existió algo que se llamaba lucha gremial, trabajadores sindicalizados, solidaridad entre compañeros (y que la palabra compañero designaba algo mucho más amplio que a un partido peronista).
También me dijeron que cuando los trabajadores de un sector se unían, y a la vez sumaban su lucha a la de los otros sectores, la patronal tenía que ceder ante sus reclamos.
Ahora, con un dejo de nostalgia, leo el slogan publicitario de la Unter (unión de los trabajadores de la educación de Río Negro) que manifiesta: 35 años de lucha, y el concepto de lucha entre en obvia contradicción… me parece que se refiere más que nada a la lucha interna entre eleccionaria entre azules y celestes, que semeja un clásico de fútbol… lucha por ver quiénes son los privilegiados que se sentarán a negociar en la mesa de paritarias, lucha por conseguir la mayor cantidad de votos posible para tener más congresales en Ctera, lucha por ver quién acaparará más licencias gremiales. Pero ahí perece… y entra a gobernar el imperio de la burocracia. Los dirigentes que hicieron de su carrera docente una carrera gremial, olvidan muy fácilmente lo que significa ponerle el cuerpo a una lucha verdadera, esa que corta rutas y ocupa calles y veredas. Y no es de extrañar que esto suceda… se olvidan porque, gracias al beneficio de la licencia gremial, no padecen los descuentos que sufrimos el resto, ni tampoco tienen que ir a trabajar a la escuela, con el desgaste que implica ir a trabajar si cobrar el sueldo… con la impotencia que significa sentirse explotado sin poder hace nada.
Es muy duro cuando el gobierno rionegrino (la patronal) nos aplasta y nos disminuye a nada, aprovechando nuestra falta de fuerza como conjunto, pero es mucho más duro cuando un trabajador sindicalizado, que todos los meses aporta con su sueldo y su militancia, no es respaldado por la solidaridad y el compañerismo que debiera primar por encima de todas las circunstancias dentro del gremio al que es afiliado.
¿Desde cuándo se perdió el derecho a cuestionar ideológicamente a las conducciones? ¿Por qué se llenan la boca habando de libertad de expresión, pero cuando alguien opina de manera contraria, abusan de la situación de poder que los favorece para negarle beneficios que debieran corresponderle por el simple hecho de ser un compañero?
Las palabras como fraternidad y solidaridad pierden su profundo contenido en gremios como la Unter… donde se prioriza utilizar los fondos en función de la organicidad, la burocracia o tapar con pintura celeste la manifiesta disconformidad de la base en un graffiti que reza “Nervi traidor, saludos a Vandor”; en lugar de ayudar a quienes le pusimos el cuerpo a tantas luchas que se diluyeron en el vacío de los arreglos paritarios que nunca beneficiaron a nadie, salvo al gobierno rionegrino y a las dirigencias entregadoras.