Compañeros y compañeras, nuevamente se pone a prueba nuestra capacidad de reacción. La situación por la que atraviesa el CEM Nº 15 nos demuestra que la política educativa que el gobierno ha proyectado tiene una lógica implacable que avanza en detrimento de los trabajadores y trabajadoras de la educación y de las comunidades educativas en su conjunto.
El interés nacional por favorecer a la educación técnica marca la tendencia de una política educativa. ¿Cuál es su lógica? El presupuesto para educación técnica se triplica, pero no aumenta el presupuesto para las Universidades Nacionales. Muchas familias genuinamente creen que se trata de una garantía para el futuro laboral de sus hijos. Sin embargo, la realidad educativa nos hace pensar en mano de obra barata y en Universidades vacías.
¿Las aulas del CEM Nº15 están realmente vacías? ¿O fueron vaciadas?
Las inscripciones realizadas en Supervisión inspiran desconfianza. Son numerosos los testimonios de quienes recibieron información contradictoria allí a la hora de optar por el CEM Nº 15: que el CEM se cerraba, que sería una técnica (¡cuando la opción de que sea una técnica se genera ante la baja inscripción!), o simplemente no se lo incluía al dar el listado de bachilleratos comunes. Esta campaña en contra del CEM nos lleva a dudar de todos los actores que han colaborado directa o indirectamente para que se llegue a esta situación.
La realidad actual del CEM Nº15 se vincula directamente con la naturalización de cursos con más de 30 alumnos en éste y en otros colegios, con la pérdida de puestos de trabajo en el caso de que el CEM baje de categoría y con la pérdida de identidad que generaría un anexo de escuela industrial en sus instalaciones.
Esta situación es no es un problema sólo del CEM Nº 15. La disponibilidad de un amplio terreno selló el destino de este colegio, pero mañana puede tocarle a otro.
Editoriales ANP
