El Bolsón (ANPP).- Compartimos la Editorial Rojinegra de está semana:
Hasta la victoria siembren, y después también.
“Aquel que tiene un porqué para vivir
se puede enfrentar a todos los "cómos"
Friedrich Nietzsche
Quizá dejamos de sembrar algunas cosas o pensamos que con la helada no iban a alcanzar a brotar. A veces parece que el sol no calienta lo suficiente o que la lluvia azota sin parar; pero sembrar semillas, ideas, conciencias, es algo que no puede dejar de hacerse.
Meterse en la batalla eterna de las ideas con las herramientas que tengamos. Por momentos con una siembra metódica, organizada. Otras veces al boleo, o según la luna, para construir con lo que tengamos alrededor, con charlas, talleres, encuentros, discusiones.
Algunos siembran hectáreas, pueblos, ciudades; otres sembramos a pequeña escala, tratando de sostener una siembra digna que podamos cuidar y que algún día nos permita cambiar desde las raíces, todo aquello que hoy nos oprime y nos asfixia.
La diversidad de semillas, existe y hay que seguir cuidándola. Pero también los acuerdos que nos mantienen trabajando, los cultivos asociados.
Sabemos que la realidad política actual margina, excluye, desanima. La pobreza, las violencias, el hambre, la explotación, el clientelismo; son los recursos que utiliza esta política partidaria, para hacernos creer que no hay salida. O estás adentro del entramado y formás parte de esto que llamamos sistema, o no hay “cómos” posibles. ¿Cómo vivir, si salimos del Gran Hormiguero? Las hormigas desde su pequeñez pueden destruir un cultivo lleno de malezas.
Nuevos sistemas de siembra están surgiendo, tienen que hacerlo. Se hace imprescindible poder construir realidad propia desde nuestros territorios. Los que imponen las ideas que parecen indestructibles, tendrán que enfrentar la lluvia de semillas coloridas que se están sembrando.
Este 21, una juntada de estudiantes, organizades en centros de estudiantes, federaciones, se unieron y organizaron rompiendo estructuras que les separan, como el de las provincias. Se juntaron, analizaron idénticas problemáticas, similares deseos, y salieron a decirlo claro y fuerte como brote que surge entre las piedras.
Muchas veces quieren hacernos ver como esas plantas que "productivas", frente a lo demás, a lo que identifican como yuyos. Pero somos yuyos, somos pueblo, somos más. Sus glifosatos mediáticos, económicos nos han estado alienando desde hace tiempo, pero resurgiremos más fuertes, más resistentes, más yuyos. Hay en nuestras raíces, en las genéticas, ese saber de lo que queremos ser. Despertemos con cada primavera esos saberes populares, esos quereres que venimos amasando. Eso que está en la genética de nuestra clase social que busca la libertad, pero no la de pacotilla y grito exabrupto que nos sume en más pobreza, sino la que nos hace libres, y que es la que requiere estar siempre atentxs, siempre construyendo, siempre brotando, siendo siempre yuyos. Seamos puños en alto. No ese puño idílico, formado al detalle, al que nunca llegamos. Seamos un reguero de puños diversos en alto, que esa es nuestra mayor fortaleza, nuestra diversidad y nuestra clase.