El Bolsón (ANPP).- Por cuarto año
consecutivo se realizó en El Bolsón la convocatoria del Ni Una Menos.
Desde las 15.30 hs fuimos llegando a la Plaza Pagano, sumándonos de a
poco: la mayoría adultas (mujeres y no binaries, algunos pocos varones,
algunes niñes y muches adolescentes y jóvenes). Todes con pañuelos
verdes y violetas (representantes de la lucha por la legalización del
aborto y del feminismo, respectivamente), otres también con pañuelo
naranja (separación de la Iglesia y el Estado): en las mochilas y
morrales, atados en las piernas, brazos, muñecas y cuellos, en las
cabezas, como remeras.
Arrancamos
con un siluetazo: quienes querían se acostaban en el piso, en la vereda
de la plaza, sobre la avenida; otres compañeres marcaban con tiza su
silueta y luego otres rellenaban esa figura con pintura blanca. Otres
pintábamos al lado de cada una de las siluetas los nombres de las
mujeres asesinadas en la Comarca Andina, la edad al momento de morir y
el año de cada femicidio: Otoño Uriarte (17 años-2006), María Angélica
Gomba (51 años-2008), Soledad Murgic (16 años-2010), Graciela Angulo (36
años-2011), Evangelina Catalán (45 años-2014), Jesica ‘Coco’ Campos (26
años-2015), Marina Beatriz Cañumán (51 años-2016), Inés Bayer (2018).
No
es menor recordar que el siluetazo es una práctica estético-política
que visibiliza y constituye en sí misma una resistencia frente a la
violencia del terrorismo de Estado, articulando el arte con una demanda
social colectiva. Su origen fue en la -¿última?- dictadura
cívico-religiosa-militar y fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo
quienes la llevaron adelante, reclamando la aparición con vida de les
miles de desaparecides en los años 70. Luego fue replicada en muchos
otros países de Latinoamérica. Hoy los feminismos y las luchas
colectivas de mujeres, personas no binarias y trans las recuperamos para
resistir y denunciar estas violencias hétero-patriarcales, cuya
dimensión y urgencia los Estados no reconocen y, consecuentemente, no
accionan políticas públicas que las atiendan, las contengan y las
prevengan. En lo que va de este año, ya son 133 las víctimas de
femicidios en Argentina.
Alrededor
de las 16.30 hs comenzamos a marchar. Ocupamos las calles, las llenamos
de banderas y colores: Mujeres en Libertad, Socorristas en Red Comarca
Andina, Campaña por la Legalización del Aborto, Absolución para Higui
ya!, Nuestrxs cuerpos nuestrxs territorios; fotos de las que ya no
están; nos abrazamos, nos reimos, tomamos mates, cantamos, gritamos,
lloramos, nos enojamos y nos volvimos a abrazar. Caminamos por la
Avenida San Martín, pasamos por el Hospital, por la Comisaría (como
siempre: sacaron la bandera, se escondieron adentro y desde la ventanita
y con un teléfono celular nos filmaron), volvimos a la Plaza.
Finalizamos esta instancia con la lectura del documento nacional y otro
que produjeron docentes participantes del espacio de formación ‘La
construcción del proyecto escolar desde un posicionamiento
político-pedagógico’, organizado por la UNTER Seccional El Bolsón.
A
las 18.30 hs se presentó en la Casa del Bicentenario el documental
‘Femicidio. Un caso, múltiples luchas’, actividad gestionada por el
Consejo Local de las Mujeres de El Bolsón. Fuerte la historia de Mara,
quien realizó el documental: su mamá fue víctima de un femicidio en el
año 2005 y ella relata en primera persona su vivencia: antes, durante y
después de ese hecho que la marcó profundamente. Relata cómo fue
resignificando lo que llamaban ‘crimen pasional’ en un femicidio; cómo
fue descubriendo que eso que ella creía una desgracia personal no tenía
nada de singular y se inscribía en una lista interminable de muchas
otras víctimas asesinadas por varones puntuales, sí, y por la sociedad
violenta machista entera, también.
Ya era de noche y más de las 20 hs. Algunas lágrimas, más mates, más abrazos. Ni une menos.