Fm Alas cumplió treinta años. Es una de las primeras radios del país que se instaló luego del restablecimiento de la democracia en nuestro país, con una intencionalidad política definida: construir organización popular. En Bariloche, otras dos radios lo hacían más o menos en el mismo tiempo, en San Martín de los Andes y en Viedma también. Estos proyectos comunicacionales abarcaban y abarcan proyectos mucho más amplios que los de la pura comunicación. De hecho han tenido un notable protagonismo en cada una de las situaciones emergentes a nivel social y político. Su convocatoria a pensar la realidad desde un lugar diferente es la que ha ido haciendo de sus contextos espacios diferentes.
Es que la comunicación popular es poner en palabras el deseo de cada unx para poder pensar juntxs el deseo de todxs. Es construir la identidad social de un territorio. Sin dudas una tarea compleja. Inversamente compleja al nivel de individualismo y egocentrismo. Por eso, en su tarea de descentralizar, llevando la voz a los barrios, o creando agenda al poner la mirada en los logros de otras organizaciones (como la político cultural del Centro Eduardo Galeano, la Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra, las comunidades mapuche, los proyectos autogestivos como la FLIA (Feria Independiente y Autogestiva del Libro), la Feria Regional, la Saladita, las bibliotecas), Los Grupos de Mujeres, lesbianas y trans, el festival por la diversidad, Lxs estudiantes secundarios, Lxs campesinos y cuidadores de semillas, lxs luchas docentes y de lxs trabajadorxs en general, las instituciones educativas que buscan ser transformadoras, la economía popular, el CIC, las cooperativas, etc, etc, están consolidando e invitando a reproducirnos como campo popular.
Lo que para el poder hegemónico se ha vuelta la herramienta más poderosa de dominación (los medios masivos de comunicación), para el campo popular se ha ido transformando en una necesidad para la resistencia y la subsistencia. Sin embargo, cuando nuestros medios de comunicación empiezan a entrelazarse y reproducir miradas, a llevar experiencias de una región a otra, de un territorio a otro, es cuando empieza a concientizarse que el campo popular está latente en todos lados. Que somos la mayoría, que nos mantienen auto-ocultadxs. Que un triunfo en el No A La Mina en Esquel, un Encuentro Nacional de Mujeres con 70 mil mujeres organizadas y debatiendo no es un logro de la casualidad, sino del crecimiento que se viene construyendo desde el campo popular. Que una marcha multitudinaria como la de los “Bolsonazos” (ya son varias, dos en enero de este año y varias anteriores), o las multitudinarias marchas en reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado, por poner algunos ejemplos, dan cuenta de la capacidad de masividad en la convocatoria que tienen nuestros medios. La articulación, el compartir miradas, estrategias, es lo que va transformando esa masividad en conciencia y a su vez en mayor masividad.
Desesperados los medios del poder hegemónico, por “perder la manija” de la situación, o lo que en medios de comunicación y en política se llama la Agenda, han tenido que jugar muy sucio para intentar recuperar su dominio. Lo han hecho generando “noticia” a partir de la temática que le hemos impuesto desde el campo popular y nuestros medios de comunicación. Inventan falsos testimonios, buscan encontrar quien se preste a la nota sentimental, o quien les dé lugar a un hecho violento para poder hablar largas horas sobre los motivos, y los “métodos de un reducido sector de la población que afecta al conjunto de la sociedad”; separando, dividiendo, aislando a quienes luchan de quienes acompañan. Y quienes acompañan son la mayoría, porque como confesó el ex ministro de educación Bullrich, nos tiran diez puntas diferentes, para que corramos hacia alguna de ellas, y mientras tanto puedan avanzar con las otras y cuando vayamos a frenar las otras, avanzar con la que no habían podido hacerlo. Esto, es la alienación en la que nos mantienen. Cada vez más trabajo para poder sostener las necesidades básicas de nuestro núcleo afectivo. Cada vez nos convencen de la necesidad de cuestiones innecesarias que se vuelven difíciles de adquirir y que nos mantienen ocupadxs sin poder pensar qué queremos. Así y todo, una gran mayoría no es indiferente frente a la desaparición forzada de una persona, o frente a una injusta captación por parte de un magnate de políticos y funcionarios corruptos. Salen a la calle. Acompañan. Mientras no los implique de manera sostenida, acompañan. Y poco a poco, escuchando la mirada de quienes están sosteniendo la construcción de un poder popular, empiezan a ver que eso es lo que realmente satisface esa extraña sensación que deja la alienación capitalista, la de que nos pasamos la vida laburando sin demasiado sentido.
Fm Alas ha cumplido treinta años de lucha y construcción. Hemos nacido varios otros proyectos de comunicación y empoderamiento en este tiempo. Y nos vamos empoderando juntxs enredándonos y compartiendo miradas. Conociéndonos, valorando nuestras acciones, encontrándonos, y dándonos cuenta que somos muchos y muchas. Hace veinte años intentaron silenciar a Fm Alas. No sólo no lo lograron, sino que hoy somos más. Darnos cuenta que eso es lo importante, valorar eso de lo que somos capaces, esa es nuestra agenda.