Si uno cae, diez se levantarán.
Los hechos ocurridos estos últimos días en el Pu Lof en
Resistencia Cushamen, territorio recuperado en la zona de Vuelta del
Río, Leleque; dan cuenta de un proceso histórico de sometimiento a
la Nación Mapuche por parte de los estados de Chile y
Argentina, en complicidad con el capital extranjero. Pero igualmente
desde hace alrededor de 30 años son cada vez más las recuperaciones
de tierra a lo largo de araucanía, pampa y patagonia, tanto
del lado que hoy llamamos Argentina, como del lado de Chile.
Antes de la invasión al País Mapuche por parte de los ejércitos de
estos insipientes estados, las poblaciones ocupaban tierras
productivas a ambos lados de la cordillera, conformando pu lof y
comunidades con identidades territoriales diversas. En la
dinámica de la época, los vínculos entre todas estas parcialidades
eran muy fuertes y los movimientos a ambos lados de la cordillera
también, había pasos cordilleranos, que vinculaban a las
poblaciones entre los actuales territorios de Argentina y Chile, sin
papeles, sin fronteras.
Existía y aún existe una
unidad cultural donde se comparten identidades, lengua y cosmovisión.
A su vez, la noción de Wajmapu concepto en lengua mapuche, nos
habla de la auto-percepción del territorio y las
implicancias que este concepto tienen dentro de la cosmovisión
mapuche; miradas muy diferentes a las que tiene el Estado
Argentino. El Wajmapu, es una forma de control político-territorial
en la cual pueden convivir diferentes parcialidades, es una noción
de territorio móvil, dinámico y discontinuo. Entonces, se
diferencia claramente de la forma estatal, donde la matriz
territorial y la autonomía política son detentadas por el Estado.
Los Mapuche no son ni chilenos, ni argentinos, son una nación
autónoma; preexistente a estos estados que, intentó ser
aniquilada en las campañas militares mal llamadas de “La
Pacificación de la Araucanía” en Chile y “Campaña del
Desierto” aquí.
Desde 1879 a 2016 el panorama no
ha cambiado demasiado, el territorio sigue siendo codiciado por el
Capital, que utiliza como suyos los instrumentos estatales para
lograr sus objetivos, sean éstos políticos, jurídicos y/o
administrativos.
Benetton obtuvo estas tierras de la
Compañía de Tierras Sud Argentino S.A, que antes se llamaba The
Argentinian Southern Land Company Ltd, heredándolas como pago
del préstamo al Gobierno para financiar las campañas militares, las
cuales buscaban expandir la frontera Argentina hacia el
territorio indígena.
Entre las Estancias El Maiten
y Leleque en la provincia de Chubut, Benetton posee más
de 300 mil hectáreas y en toda Argentina tiene más de 900 mil.
Tanto ayer como hoy los intereses siguen siendo los mismos y el
Estado Argentino responde de la misma manera: de forma servil al
capital extranjero, utilizando a las fuerzas policiales (la mayoría
de ellos miembros de comunidades indígenas) como fuerza de choque
para desalojar a su misma gente. Este mecanismo cruento y perverso no
tiene justificación alguna.
El brutal operativo
desplegado, donde se realizo un violento allanamiento al Lof en
resistencia Cushamen, con la detención de varios de sus miembros,
muestra cómo nuevamente el Estado Argentino opera con desprecio por
los pueblos originarios que reclaman sus derechos sobre tierras
usurpadas.
Nuevamente, como en la época de Roca,
los medios masivos de comunicación desinforman a la población
repitiendo frases con fuerte contenido racista y xenófobo,
justificando el accionar policial, juzgando a los miembros de
comunidades indígenas por el apellido, color de piel, nacionalidad,
etc; Sin más elementos que el escaso sentido común y el
desconocimiento y la ignorancia atroz en el que este Estado ha
construido la historia oficial que muchos se esmeran en repetir.
Las capuchas en los rostros de las fuerzas represivas son
toleradas sin ningún cuestionamiento, avalando la impunidad con la
que golpean a mujeres y niños en donde la desproporción de la
fuerza, no provoca más que indignación y una férrea oposición a
la política gubernamental, que mientras se saca fotos con restos de
originarios recuperados en un Museo, no tolera a los vivos, nietos y
herederos de aquellos; quienes el Perito Moreno llevó al Museo para
exhibirlos en verdaderos zoológicos humanos.
Los
estados quieren a los pueblos originarios de rodillas, evangelizados
y humillados; mientras que a los que reclaman por el territorio se
los criminaliza y se los acusa de terroristas. Sin embargo los
gobiernos entregan nuestra tierra para la explotación y el saqueo a
mineras, petroleras y particulares que sólo ven allí dinero.
Pero frente a todo esto, se levanta la digna y justa
resistencia de los pueblos originarios en la lucha por justicia,
territorio y autodeterminación. Avanzan las recuperaciones de
tierra, de identidades y de solidaridad entre oprimidos. Por eso hoy
están nuevamente en sus tierras ancestrales.
Por cada uno que caiga, diez se levantarán. MARICHIWEU! MARICHIWEU!