Tanto el poder judicial, como el poder político no han hecho más que aumentar el nivel de agresión y conflictividad en la localidad de El Bolsón y zonas aledañas con cada una de sus acciones.
Desde el inicio del proceso judicial aquel 24 de septiembre, a cargo de la fiscal Betiana Cendón, junto con el fiscal Francisco Arrien, se cometieron atropellos de todo tipo, con la destrucción de un rewe; hasta el maltrato a un niño de la comunidad. Luego la decisión de prohibirles el ingreso de alimentos y abrigo y la militarización del lugar y hostigamiento constante a quienes quisieran llegar a la zona.
El orden de los abusos llegó a su máxima expresión el triste día 21 de noviembre con la irrupción en el territorio de los asesinos de Elías Garay Cayicolyem, quienes mataron al lamien e hirieron gravemente a Gonzalo Cabrera.
Se suma la terrible “caza de mapuches” que se generó esa misma noche con un pueblo de fiesta, que no sólo no respetó el dolor; sino que, embriagados de nacionalismo y odio, envió a algunos de sus punteros a golpear y atacar a quienes encontraran.
Es terrible que esto no haya sido condenado, sino enaltecido con las constantes arengas del intendente de El Bolsón Bruno Pogliano, profundizando el racismo que ya está instalado en la sociedad; enfrentando aún más a la comunidad.
A su vez, podemos mencionar también la actitud negacionista de la gobernadora Arabela Carreras que no recibe al representante del Parlamento Mapuche Orlando Carriqueo en su despacho, porque no piensa como ella o es crítico de su gestión.
La recuperación territorial de la LofQuemquemtrew tiene legitimidad no sólo porque el Estado debe reparar el daño que le generó al pueblo Mapuche con el genocidio generado con “la campaña del desierto”; donde construyó los latifundios, o con el etnocidio que instaló negando la identidad indígena que se viene recuperando con mucha fuerza en las generaciones jóvenes y con el ecocidio que viene desarrollando con su política forestal/ambiental de plantaciones de pinos y de falta de prevención y acción ante los incendios de bosque nativo. Tiene legitimidad también porque el predio recuperado es fiscal, porque no había nadie haciendo posición del mismo y porque el Estado como “poseedor de la tierra fiscal” lo abandonó por años. Rocco no es propietario del territorio y nada se puede “acordar” con quien puede ser el autor intelectual de un crimen.
Se suma la terrible “caza de mapuches” que se generó esa misma noche con un pueblo de fiesta, que no sólo no respetó el dolor; sino que, embriagados de nacionalismo y odio, envió a algunos de sus punteros a golpear y atacar a quienes encontraran.
Es terrible que esto no haya sido condenado, sino enaltecido con las constantes arengas del intendente de El Bolsón Bruno Pogliano, profundizando el racismo que ya está instalado en la sociedad; enfrentando aún más a la comunidad.
A su vez, podemos mencionar también la actitud negacionista de la gobernadora Arabela Carreras que no recibe al representante del Parlamento Mapuche Orlando Carriqueo en su despacho, porque no piensa como ella o es crítico de su gestión.
La recuperación territorial de la LofQuemquemtrew tiene legitimidad no sólo porque el Estado debe reparar el daño que le generó al pueblo Mapuche con el genocidio generado con “la campaña del desierto”; donde construyó los latifundios, o con el etnocidio que instaló negando la identidad indígena que se viene recuperando con mucha fuerza en las generaciones jóvenes y con el ecocidio que viene desarrollando con su política forestal/ambiental de plantaciones de pinos y de falta de prevención y acción ante los incendios de bosque nativo. Tiene legitimidad también porque el predio recuperado es fiscal, porque no había nadie haciendo posición del mismo y porque el Estado como “poseedor de la tierra fiscal” lo abandonó por años. Rocco no es propietario del territorio y nada se puede “acordar” con quien puede ser el autor intelectual de un crimen.
Por esos caminos de la “Cuesta del Ternero” anduvo la gente Mapuche, vivió en las taperas que aún quedan, marcó las piedras con sus símbolos. El Bolsón se construyó en tierra Mapuche y prueba de esto son los nombres que nos quedan, como cerro Piltriquitrom, río Quemquemtrew, los linajes/apellidos de su gente; los rostros, las historias. Por todo esto tiene legitimidad también esta recuperación.
Han sido muchos años de manipulación, engaños, desalojos, asesinatos como el de la papay Lucinda Quintupuray e intereses ocultos sobre el territorio, por parte los diferentes gobiernos en connivencia con empresarios; con el solo fin de transformar la mapu en mercancía. Muchos de estos hechos han quedado impunes y hay memoria de todo este atropello, entonces la LofQuemquemtrew dice basta, la sociedad de Bolsón debe decir basta.
Han sido muchos años de manipulación, engaños, desalojos, asesinatos como el de la papay Lucinda Quintupuray e intereses ocultos sobre el territorio, por parte los diferentes gobiernos en connivencia con empresarios; con el solo fin de transformar la mapu en mercancía. Muchos de estos hechos han quedado impunes y hay memoria de todo este atropello, entonces la LofQuemquemtrew dice basta, la sociedad de Bolsón debe decir basta.
Basta de asesinatos, de incendios, de negociados, de proyectos inmobiliarios, de pobreza, de tierra en manos de pocos, de contaminación del agua, de odio hacia las diferencias.
Cada vez queda más claro para quienes gobierna “Juntos Somos RN” para sus financistas y empresarios que piensan como ellos, o sea; “Juntos Somos la oligarquía Racista Negadora de las voces disidentes”.
Cada vez queda más claro para quienes gobierna “Juntos Somos RN” para sus financistas y empresarios que piensan como ellos, o sea; “Juntos Somos la oligarquía Racista Negadora de las voces disidentes”.
No puede seguir creciendo un gobierno que no respeta leyes nacionales y principios constitucionales (Art 75, inc 17, ley 26.160), que se basa en el uso “legitimo” de la violencia desde sus aparatos represivos, que fomenta la concentración de riqueza, que gobierna con sus políticas solo para un sector de la población, que alienta el odio a quienes cuestionen la desigualdad.
En momentos de cierre de un año, de festejos y balances para muchos, pero un día más del ciclo para otros, se hace necesario revisar estos acontecimientos que tanto han golpeado a nuestra zona; instando al poder político a construir condiciones para un diálogo verdadero e intercultural. Debe estar sentado a la mesa el Estado Nacional, el provincial y su actual gobierno. Debe estar en esa mesa la historia del territorio, el derecho a la identidad y la necesidad de vivir en paz. Debe estar presente el proyecto de vida que Elías soñó junto a su comunidad, la sabiduría de sus ancestros y el newen de todo su pueblo, junto a la voluntad de toda una sociedad que quiere construir un mundo más justo, que quiere que la tierra sea para quien la trabaja y que cuestiona los privilegios que existen y que muchos gobiernos con sus políticas fortalecen.
En momentos de cierre de un año, de festejos y balances para muchos, pero un día más del ciclo para otros, se hace necesario revisar estos acontecimientos que tanto han golpeado a nuestra zona; instando al poder político a construir condiciones para un diálogo verdadero e intercultural. Debe estar sentado a la mesa el Estado Nacional, el provincial y su actual gobierno. Debe estar en esa mesa la historia del territorio, el derecho a la identidad y la necesidad de vivir en paz. Debe estar presente el proyecto de vida que Elías soñó junto a su comunidad, la sabiduría de sus ancestros y el newen de todo su pueblo, junto a la voluntad de toda una sociedad que quiere construir un mundo más justo, que quiere que la tierra sea para quien la trabaja y que cuestiona los privilegios que existen y que muchos gobiernos con sus políticas fortalecen.
El camino del diálogo es posible, pero se debe empezar por la pregunta sobre las condiciones de ese diálogo. O, diciéndolo de modo más preciso, es necesario exigir que el diálogo sea en primer lugar con quienes quieran oír el cuestionamiento sobre los factores económicos, políticos, militares, que establecen la desigualdad y que condicionan actualmente las relaciones de poder. Para que el diálogo sea real, es necesario comenzar por visibilizar las causas del no-diálogo, o sea, porque el gobierno y su sequito no se quiere escuchar.
Este conflicto puso a la luz el trasfondo de las disputas, en un territorio donde las relaciones siguen siendo desiguales, donde el poder se concentra cada vez más y pone las reglas del juego utilizando cualquier estrategia de persuasión, amenaza y crimen organizado.
Por todo esto la LofQuemquemtrew resiste y muchos de quienes vivimos en El Bolsón ya elegimos de qué lado estar.
Este conflicto puso a la luz el trasfondo de las disputas, en un territorio donde las relaciones siguen siendo desiguales, donde el poder se concentra cada vez más y pone las reglas del juego utilizando cualquier estrategia de persuasión, amenaza y crimen organizado.
Por todo esto la LofQuemquemtrew resiste y muchos de quienes vivimos en El Bolsón ya elegimos de qué lado estar.
foto: AL MARGEN |