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miércoles, 10 de febrero de 2021

MANIFESTACIÓN EN BARILOCHE POR ÚRSULA.


El Bolsón (ANPP).- Compartimos la convocatoria realizada por NI UNA MENOS BARILOCHE:

JUSTICIA POR ÚRSULA 
Nos llamamos a la calle, con urgencia a exigir respuesta y justicia.
CONCENTRAMOS HOY 10 DE FEBRERO A LAS 18HS EN LA PLAZA DE LOS PAÑUELOS Y KULTRUNES (centro cívico)
“me tiene amenazada de muerte” le dice Úrsula a su amiga en una conversación de wsp.
Todas las situaciones de violencia que acompañamos desde Ni Unx Menos, incluyen amenazas de muerte explícitas vía wsp, hostigamientos, apariciones en las puertas de las casas. Aun así no son pruebas suficientes del peligro que corren nuestras vidas. 
¿PORQUE ESPERAN A QUE NOS MATEN? Por qué no está el sistema judicial reviendo las formas en las que se tratan los casos, por qué a la primer amenaza no se cita al violento y ya. ¿NO VEN? ¿ACASO NO VEN QUE ENTRE PAPEL Y PAPEL NOS SIGUEN MATANDO? ¿NO VEN QUE NO HAY 144 NI BOTÓN ANTIPÁNICO NI PROHIBICIÓN DE ACERCAMIENTO QUE NOS SALVE? ¿NO VEN QUE NUESTROS ASESINOS ESTÁN TOMANDONOS LAS DENUNCIAS, Y EN LUGAR DE 3040, SOLO ARCHIVAN EXPOSICIONES?¿NO VEN QUE NO SIRVEN LAS LEYES NI LAS CAPACITACIONES SI NO PARAN DE MATARNOS?
En nuestra ciudad el pasado 25 de enero, el mismo día que nos convocamos a repudiar el resguardo del comisario Roberto Parra de la comisaría 27 del barrio Melipal, VIOLADOR. La policía de la segunda detuvo por portación de cara y el clásico "no te metas" a una compañera, que desempeña labores comunitarias en el barrio Virgen Misionera. Un operativo violento y anticonstitucional.
El hecho fue en la vía pública cuando 2 policías (masculinos) bajan de un patrullero y empiezan a "verduguear" a 2 adolescentes que estaban sentados tranquilamente en el tapial de la estación de servicio. Julieta esperaba el colectivo a 10 metros del suceso persecutorio y discriminatorio hacia los jóvenes (lo que se conoce como portación de cara), junto a su mamá de 70 años y sus hijas de 12 y 15 años, al ver el episodio intervinieron en forma inmediata para intentar evitar el abuso, porque nuestros cuerpos no soportan más muertes, y cada vez que vemos que se llevan pibes en los patrulleros, tememos no verlos volver. Y esa tarde temimos también por la vida de Julieta. 
Además de la muerte anunciada, como si fuera poco, vemos el video, del disparo sobre una pibita desesperada porque mataron a la amiga, que también estaba desesperada porque había hecho 18 denuncias contra su ex pareja. Y las balas son de los colegas que defienden al violento y vulneran y reprimen a las víctimas. El tamaño de la bronca escala, la demostración de que nuestros cuerpos son descartables, material de intercambio, carne desnuda, no puede ser más alevosa. 
Porque cuando decimos que no nos cuida la policía lo gritamos con fuerza, convicción y argumento, porque las que nos cuidan son nuestras amigas. Las amigas que en el caso de Úrsula quedan sin respuestas, sin abrazos ni justicia. Las amigas que acompañan a denunciar, las que aconsejan, las que bancan, las que lloran cuando ya es demasiado tarde.
Cuando se violan las medidas de protección tiene que actuar la Justicia y la policía y no lo hacen. Y mientras tanto las denuncias se acumulan sin respuestas concretas y contundentes. Y parece un juego de poder que no termina más y que siempre tiene a las mujeres como víctimas de un sistema cruel con poca o casi nula perspectiva de género.
Según datos de CORREPI si se toma el total de femicidios registrados por organizaciones feministas, uno de cada cinco son realizados por las Fuerzas de Seguridad. 
“Nos matan igual si sonreímos o si nos mantenemos estoicas sin miedo. En el fondo, como sociedad, nos seguimos resistiendo a la libertad de las mujeres, que no es otra cosa que vernos sin miedo. Por eso siempre hay una excusa para justificar la violencia hacia nosotras. Por eso las familias no sospechan de sus hijos femicidas. Por eso seguimos llamando vínculos tóxicos donde hay una matriz de violencia patriarcal. Por eso seguimos sosteniendo, aguantando, justificando. Mientras tanto UNA MENOS.
Todo el tiempo: UNA MENOS.”
¡BASTA!
El hombre de la foto es Matías Ezequiel Martínez, el femicida de Úrsula Bahilloes 

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