El Bolsón (ANPP).-
Miedo y hegemonía
Usualmente nos gusta aportar propuestas y alternativas para
la transformación de nuestra realidad social. Hoy nos vemos sorprendides,
atrapades en un aislamiento, sin saber cómo gestionar la colectividad y el cuerpo a cuerpo, sin poder
poner el cuerpo.
Entonces ante la aparición del Covid-19, nos surgen
inquietudes, opiniones y preguntas que nos interesan plantear en relación a la
situación que estamos viviendo.
El Estado, los Estados, nos dicen y repiten verdades
absolutas sobre cómo desarrollar nuestras vidas: relatan que la minería no
contamina, que no genera problemas sociales y ambientales; que la agricultura
industrial es saludable, deseable y más beneficiosa para las economías, y que
miles de litros de agrotóxicos y fertilizantes no provocan ningún tipo de
enfermedades en quienes trabajan con ellos o en quienes los consumen, ni
generan desequilibrios y muerte en el ambiente; que el capitalismo es la solución
a la pobreza, sólo tenemos que esforzarnos, ser merecedores. Que si cumplimos
con las exigencias del mercado, si producimos para otrxs, si sacrificamos
nuestra salud y nuestro tiempo en pos del "progreso" y el
"desarrollo" nos salvaremos económicamente. Que las fuerzas
represivas en realidad nos cuidan del crimen, nos cuidan hasta de nosotrxs
mismxs...
Se te ocurren más ejemplos de esas dudosas verdades
hegemónicas?
A nosotrxs se nos ocurre: cuando aquí en Patagonia, allá por
los '60 el Estado planteaba que había que talar el bosque nativo y que plantar
pino era lo mejor (¿lo mejor para quiénes?). Por eso (simplificadamente), hoy
en nuestra Comarca estamos llenos de
forestaciones y no de bosques.
O cuando en los '90 se realizó esa gran campaña en favor de
la soja: lo "saludable" de la leche de soja y del monocultivo como
solución al hambre del mundo. Y resulta que la soja no era tan buena, y el
hambre no hace más que aumentar, y hoy hay 20 millones de hectáreas de soja
para darle de comer a los cerdos de China que por estar encerrados desarrollan
la gripe porcina...
A eso le llamamos pensamiento hegemónico: una mentira
sistematizada. Un discurso dominante que no permite ser cuestionado. ¿Y dicha a
través de quién? ¿Quién habla por el Estado, con el Estado? ¿Quiénes son sus
voceros? Ahí nos encontramos con los medios masivos de comunicación, ¿qué
intereses representas esas empresas? ¿Qué mercado las regula? Medios hegemónicos,
que son parciales en su información, que cuentan los infectados y los muertos por
coronavirus, día a día, y hora a hora. Pero, acaso, ¿abren a pregunta
comparando cifras de dengue, malaria y coronavirus? ¿Señalan cuántos enfermos
de gripe hubo el año pasado? ¿Hablan de la cantidad y calidad de la salud en el
país, en el mundo? Información que distrae, que desinforma.
¿Quién habla, entonces, a través del Estado? ¿A qué
intereses realmente representa?
Entonces, cuando el Estado nos dice que hay un virus mortal
que arrasa el mundo y hay que quedarse en casa... No podemos hacer más que desconfiar.
O por lo menos interrogarnos, cuestionar, preguntar, señalar las incoherencias
y contradicciones de esto que nombran como un cuidado a la población. No seamos
reproductores acríticos.
¿Cuánto tiempo nos vamos a quedar en casa? ¿1 mes? ¿2 meses?
¿6 meses? ¿2 años? ¿En cuánto tiempo de quedarnos en casa nos acostumbramos a
quedarnos quietos sin chistar? ¿Y cuánto más pasó hasta que muches empezaron a
aplaudir las represiones, los abusos, e incluso pasaron a ser herramientas
represivas desde sus casas?
Vigilar y castigar. Culpabilizar, señalar y denunciar. Y
¿qué hay de mirar-nos y acompañar-nos? Surge fácil el castigo a le otre que
"no hace lo que se le dijo", la denuncia, el punitivismo. Pero,
además de vigilar, ¿acompaño? Nos convertimos en cómplices de los mecanismos
represivos. Cerca estamos del "algo habrá hecho".
El virus aparece como un enemigo que justifica accionares
represivos, el control de los cuerpos. El miedo como herramienta para
mantenernos sumises, callades, vigilades y vigiladores.
¿Todo vale para "cuidarnos"? ¿El fin justifica los
medios?
Gente que no puede cruzar la línea imaginaria que divide a
las provincias para buscar sus medicaciónes oncológicas. Mediques que tienen
que esperar horas para poder ir a trabajar de Chubut a Río Negro. Las
"fuerzas de seguridad" creando sus propias reglas, abusando de pibes
en la barriada. “Según el ministerio de Seguridad nacional, en los operativos
de las fuerzas federales fueron más de 25.400 los detenidos y casi un millón
las personas controladas desde el inicio de la cuarentena. Además, 2.092 vehículos
fueron secuestrados por no cumplir con el permiso para circular.”
Las violencias que siguen y se multiplican en lo privado del
hogar. Porque los femicidios siguen en cuarentena. Los agresores están en casa.
El aislamiento social preventivo y obligatorio no es un obstáculo para la
violencia de género. 15 femicidios en 15 días de cuarentena, además de 8
intentos de femicidio y otros 5 casos
que están en investigación.
El acceso a las redes laborales, comunitarias, familiares y
amistosas que pudieran ayudar a estas mujeres y niñes está cortada. Pareciera
que ahí la vigilancia vecinal no llega. Tal vez si tosieran fuerte en vez de
gritar por los golpes, ¿les vecines intervendrían?
Vigilancia vs. Responsabilidad Social. Porque se disfraza el
dedo acusador con solidaridad, pero ¿acompañamos a les más vulnerables?
Si la crisis (a nivel mundial) que provoca este virus no
está relacionada con una alta mortandad sino que produce el colapso del sistema
de salud por la simultaneidad de casos, entonces ¿será que el problema no es el
virus si no que no estamos preparados? ¿Será porque el capitalismo tiene otras
agendas?
Esta crisis viene desde hace largo tiempo, en relación a la
salud, al acceso equitativo a la riqueza, a los cuidados de la población
general.
La clase media y alta quejándose porque las prepagas deberán
atender a todes.
Los noticieros aplaudiendo a les mediques.
¿Y si mejor reclamamos por la precariedad en la que
trabajan? Los contratos, los suministros, las instalaciones. Otra vez vuelve a
romantizarse la "vocación" y "la entrega", pero poco se
habla de las condiciones en las cuales el sistema de salud (particularmente les
trabajadores) deben afrontar esta crisis.
¿Con qué información sucumbimos a la pandemia del miedo?
Miedo a morir por virus, miedo a contagiar a los seres queridos, miedo a la
condena social por desobediente, miedo a la represión policial por rebelde.
La realidad tiene mil caras ¿Por qué hay una que prevalece?
Un respuesta posible : porque es hegemónica, si no cuestionamos, si no dudamos
o planteamos la posibilidad de otras realidades, prevalece. Tiene la fuerza de
la repetición, los intereses del mercado, y la complicidad del estado. Puede
que esté texto moleste, porque cuestiona el " #quedate en tu casa".
Pero que violento suena! y más, no poder cuestionarlo sin ser juzgades de
individualistas, de peligrosxs, y hasta de violentxs. ¿Por qué está mal
cuestionar la hegemonía?
La salud es más que luchar contra un virus.
La seguridad es más que vigilar y castigar.
No nos dejemos quitar derechos. No normalicemos el control social por parte del Estado. No
permitamos la ruptura de la red comunitaria. Abramos a preguntas,
interroguemos. Porque el Estado deberíamos ser todes.
Busquemos juntes la manera de volver a ser sociales,
colectives. Cuidémonos, seamos responsables. En cuarentena sigamos
creativamente creando un mundo mejor. Soñamos, no dormimos.