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martes, 12 de marzo de 2019

EL GOBERNADOR DE RÍO NEGRO, QUIERE ESCONDER LA BASURA BAJO LA ALFOMBRA DE SU PROPIO PUEBLO

El Bolsón (ANPP).-Como es sabido, el gobernador de la provincia de Río Negro es oriundo de El Bolsón, una localidad que se caracteriza por saber lo que quiere, y salir a la calle a plantearlo.
Y en año electoral, todo inconveniente se intenta ocultar, tapar, minimizar. Así, aunque la justicia provincial ordenó al Estado rionegrino a reparar y mejorar las condiciones edilicias de la Escuela 103, ubicada en el paraje Rural de Mallín Ahogado, por medio de un amparo que presentaron las familias, la respuesta no fue ni suficiente ni correcta. Las obras no se realizaron en los tiempos estipulados, y no fueron las que ordenó la justicia. Sin embargo, pareciera que la justicia sólo le importa volver a habilitar la candidatura de quien es responsable de que la comunidad de ese paraje rural, tenga que perder semanas de clases por inoperancia gubernamental. "¿A dónde está la justicia?" se preguntaban hoy las familias que fueron a acompañar a sus hijos e hijas al primer día de clases. Es que la escuela se encontraba en condiciones inadecuadas, y las pocas obras que se licitaron (del total que debía realizar el Estado en plazos que vencieron hace más de un año), no estaban terminadas como había asegurado la funcionaria de Educación Patricia Campos.
El intendente no recibió a las familias, y tampoco se acercó a la apertura del ciclo lectivo. Tal vez suponía que no iba a ser bien recibido, pues la desfachatez no es bienvenida en las comunidades concientes. La escuela no sólo estaba sucia, sino que como la obra no había sido terminada, muchos materiales y escombros estaban en los lugares comunes, o espacios de juegos de los y las niñas. El techo del salon de usos múltiples, con un agujero en las chapas del tamaño de una persona; los baños, con partes rotas; todos los artefactos de luminaria que fueron cambiados, en el salón de usos múltiples; la bomba de agua, con la llave de prendido rota, y necesitando de una artesanía poco segura para los operarios para poder prenderla; una gotera cayendo de uno de los artefactos de luz; vidrios rotos sin reparar; el termotanque de la cocina, que fue rehecha, perdiendo a chorros; pasillos, salón de maestros, biblioteca, y galerías, llenas de muebles, armarios y suciedad que no pudo ser limpiada porque la escuela sigue en obra, y el personal de limpieza contó sólo con dos horas (de 9 a 11hs, hora en que ingresaron los y las niñas) para limpiar todo. Afuera, zanjas sin tapar, tapas de cámaras de inspección rotas, o inexistentes, o tapadas con objetos cortantes; tampoco se recolectó materiales que sobraron de la obra, y que en cambio, quedaron desparramados en diferentes lugares.
Las familias se preguntaban quién se haría responsable frente a accidentes que pudieran ocurrir con todas estas irregularidades. También están súmamente enojadas, por la maniobra política de intentar esconder este desastre en un cambio de ciclo lectivo, cambiando de período rural a urbano a esta escuela sin haber consultado a nadie, ni haber reflexionado dos segundos por qué tiene un período RIE (de Receso Invernal Extendido), y que responde a no tener que suspender las clases en invierno frente a las bajas temperaturas y nevadas o lluvias intensas características de nuestra región andina. Al respecto, ya se organizan las familias en un amparo judicial, juntada de firmas y escraches a los y las funcionarias que creen poder definir la vida de los demás, sentados detrás de un escritorio lejos de la gente. Y es que el cambio de calendario sólo responde a la necesidad de esconder la incapacidad o el ensañamiento con esta comunidad por parte de los funcionarios públicos.
Pero la Escuela 103 no es la única. En próximos nuevos informes, iremos dando cuenta de la situación de otras escuelas de nuestra localidad que debieron comenzar las clases en condiciones inapropiadas.