OTRA VEZ Y COMO SIEMPRE
Oooootra
vez el suicidio. Otra vez la esperanza de marketing, las imágenes con
photoshop de falsos héroes encapuchados luchando por una libertad que
nadie les ha quitado, entre ángeles y banderas. Otra vez se oye la
pavosísima “Color Esperanza” sonando en algún apartamento de El
Cafetal. Otra vez la estampitas de la Virgen Dorada de Altamira
llorando lágrimas de sangre sobre una bandera siete estrellas. Otra vez
la pancarta que dice: “Mamá, salí a luchar por Venezuela, si no regreso
es que me fui con ella”. Otra vez la nota en la puerta de la consulta
médica: “Hoy (día de la marcha) solamente atenderá a una paciente que se
llama Venezuela”. Otra vez la nazicursilería.
Otra
vez la farándula. Otra vez cantantes olvidados se promocionan, no con
sus canciones, que ya no suenan, sino con alguna declaración empalagosa
sobre la falaz falta de libertad en Venezuela. Ooootra vez Nicho, que
ahora se llama Nycho, y Chacho, cada uno por su lado, mandando, desde
Miami, ánimo a los marcharines que están cansados de marchar. Esta vez
orquestado, nunca mejor dicho, con Gustavo Dudamel, que desde la
estrella de Hollywood que le dieron justo ayer –¡Oh, casualidad!– animó a
los venezolanos derrocar al gobierno puso a su orquesta en los
papeles.
Otra vez el
atajo, el inmediatismo que ya lleva 20 años y nada. Otra vez un el hoy
es el día, hoy sí que sí. Otra vez el chavismo no existe. Los más de 6
millones de venezolanos que votamos por Nicolás Maduro el 20 de mayo no
contamos. Otra vez exigiendo elecciones, como las pidieron y las
hicimos, precisamente aquel 20 de mayo y que otra vez desconocieron,
como han desconocidos todas la elecciones que ha ganado el chavismo.
Otra
vez los títeres, otra vez el titiritero extranjero. Esta vez el
vicepresidente gringo y un senador cara de tabla vueltos locos tuitando
un guión que detalla cada paso del nuevo plan golpista, que no es nuevo
porque “se parece igualito” al del 11 de abril pero más descarado. Otra
vez la arrogancia del grandote acosador, pretendiendo doblegar al que
supone más débil… ¿más débil?. Otra vez la legalidad internacional - si
es que eso existe- usada como papel tualé de en el Departamento de
Estado. Esta vez un intento desesperado de un gobierno paralelo, otra
vez los arrastrados que se prestan (se venden) al juego… ya veremos…
Otra
vez, lo que es bueno para la pava no es bueno para el pavo. Lo que en
en los EEUU y en Europa serían delitos graves, en Venezuela son actos
libertarios que deben ser tolerados. Otra vez la doble moral que permite
que el gobierno colombiano, con su reguero de sangre de sus falsos
positivos, sus de líderes sociales exterminados sistemáticamente, hable
de violación de derechos humanos en Venezuela. El doble rasero que
convierte a una bestia como Bolsonaro el adalid de la libertad.
Otra
vez la vergüenza que no tienen y la estupidez que les sobra a esos
venezolanos que ruegan que vengan los gringos y nos arrasen, creyéndose
el cuento que ellos no serán arrasados. Y un caricaturista “decente y
pensante” dibuja La Estatua de la Libertad sosteniendo nuestra bandera,
sin la estrella guayanesa, eso sí.
Otra vez “que bajen los barrios, malditos-negros-de-mierda-con- bozal-de-arepa-que-no-quieren- trabajar-sino-que-les-den- todo-regalado”. Otra vez “soldado, escucha, únete a mi lucha, enchufado-parásito-maricones- putas-toma-tu-puputov- coñuetumadre…” Otra vez, “hermano chavista, tu peo es mi pero, lamebotas-arratrado-a-ver- dónde-te-vas-a-meter”
Otra vez los insultos, la amenazas, el clásico la campaña de odio y
miedo que pretende quebrarnos y que no quiebra nada sino que une y
fortalece más y más.
Otra
vez escribiendo sobre lo que tanto he escrito, otra vez el mismo plan,
otra vez el mismo dolor en el alma, porque esos planes siempre traen
muerte, porque sin muertos no hay show para el mundo. Otra vez mi país
en la mira canalla de los buitres. Otra vez nosotros resistiendo. Otra
vez con la certeza de que por dura y larga que sea esta batalla,
nosotros venceremos.
CAROLA CHÁVEZ