Muchas veces hemos hablado de la importancia de fijar nuestra propia agenda. Y que ésta sea una mirada diferente de lo que plantea la agenda de los medios hegemónicos (la tan en boga contraindicación). La necesidad de dejar de lado los cuadernos, los aportantes truchos, y poder mirar que en el barrio se siguen recuperando espacios, que en Catamarca se desarrolla el 15vo Encuentro Nacional de la RNMA, que una Agrupación como la nuestra (insignificante para muchos) logra sacar una Agenda empezando a cambiar la perspectiva del tiempo y cómo nos disponemos a mirarlo y vivirlo... Nuestra agenda, la de quienes militamos comunicando. La agenda de quienes creemos que el futuro se construye paso a paso, en cada pequeña cosa que va ofreciendo nuevas miradas.
Y todas estas cosas que son parte de nuestra agenda, tienen por protagonistas a grupos chicos de compañerxs comprotidxs, que hacen sin una organización verticalista, sino aportando cada cual lo suyo, sin medir tanto quién pone más o menos en términos de cantidad, sino sabiendo que cada cual pone todo lo que puede. Es decir con confianza. Con la confianza de saber que nos podemos equivocar, pero que estaremos dispuestxs a reconocerlo, a cambiarlo, y que sólo así se aprende.
Esto no excluye mantener el ojo en la agenda del enemigo, estar atentxs a la vertiginosidad con que se mueve y avanza hacia un estado de dominación y control. Ver los procesos, no sólo a nivel local o nacional, sino en lo regional y latinoamericano. Compartir estos análisis con quiénes al igual que nosotrxs sostienen vivo el sueño de otro mundo posible. Compartir estrategias, experiencias, saberes, tácticas…
Y hay momentos políticos que permiten andares más relajados y otros que imponen más precisión y efectividad en nuestra construcción, para que no nos arrebaten lo conseguido. Estamos en un momento de esos, en los que cada nuevx compañerx que se suma, hace la diferencia. Momentos en que necesitamos optimizar nuestras prácticas, fortalecer vínculos, enredarnos y sostenernos para que la resistencia no sea pasiva, sino de construcción.
Necesitamos preparar nuestro terreno al momento que se viene, porque vamos a tener que afrontar la dureza de un sistema que no funciona sin represión, explotación y saqueo. Pero que no puede cambiar algo que es tan simple como la realidad, y es que no hay enriquecimiento posible al nivel que se lo proponen para todos y todas. A ese nivel sólo es posible para un puñado. E incluso, ni siquiera es posible para la clase media. En este modelo de sistema, la clase media debe desaparecer para entregar sus bienes a quienes más tienen. La clase media está en la mira del gobierno de nuestro país. Pero no es la clase media quién va a salvar a la clase media. La va a salvar la masividad de ser junto a la clase baja.
Habrá que ver si esta vez, la clase media puede evitar su caída, y comprender que sólo si es masiva por sumar a su clase a quienes hoy están más abajo se vuelve masiva, consciente y revolucionaria.
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