SANTIAGO, RAFAEL, CORPIÑOS, INTI Y AEROPARQUES. UN
SENTIDO COMÚN OTRO.
Si el sentido común se construye con
una mezcla de lo que oímos día a día, entonces, cada vez se vuelve más
importante que nuestros medios de comunicación puedan ser capaces de fijar su
propia agenda. Porque de qué hablan nuestros medios cuando hablan,
dicen… hablan de denuncia, hablan de queja. Y eso es medio inevitable porque el
poder hegemónico sí tiene su propia agenda, y es un sentido común constituido
de posicionamientos de derecha, nacionalistas, racistas, machistas,
patriarcales, capitalistas.
Entonces, entrar en la discusión
sobre si llevar puesto el corpiño en una escuela secundaria es parte de las
pautas no escritas, como puede ser “no matar dentro de la escuela”, es intentar
fijarnos la agenda. Pero hablar sobre la necesidad de revisar nuestras leyes,
las explícitas y las implícitas, hablar sobre la importancia de viralizar un
video de una jovencita parándose frente a un taxista abusador en Tucumán, y
promover que esto se repita, y aunque sea por miedo vayan parando los abusos,
esa, es nuestra agenda.
Hablar del intento de tapar los
murales en nuestra región sobre Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, no es
nuestra agenda. Sí la proliferación de murales y la capacidad de restaurar una
y otra vez el intento de tapar esos ojos que miran tan fuerte, incluso desde un
mural. Que miran a esos asesinos que asesinan cuando matan y cuando quieren
tapar la mirada. A esos, que no se bancan ser mirados por quien sostuvo con
coherencia sus creencias. A quienes no pueden entender que los mire Otoño, pero
también Coco Garrido, y Casimiro Huenelaf, y también las mujeres en libertad,
también los miran Santiago y Rafael. Cada día que pasan frente a alguno de los
tantos murales de nuestra localidad, se les deconstruye un poco ese sentido
común facho. Cada vez que pasan por enfrente, una pregunta les queda sonando en
la cabeza. Esto y, como decía la gente de “Mosaico Urgente” (ver nota en: http://prensadelpueblo.
No es a Rafael solamente es a la recuperación de su ser Mapuche, a su
camino hacia el campo y las raíces, a sus proyectos truncos. Digo porque hay
quienes lo toman con un mural para mártires y es un mural para los que se
siguen atreviendo a luchar contra este sistema aunque te pueda esperar la
muerte en esa lucha”. No
recuperamos sus asesinatos, su muerte, recuperamos su lucha, sus formas de
encarar la vida, viviendo.
Por eso, sobre la movilización del
INTI, queremos decir que más allá de la brutal represión, son una de las más de
quince marchas que se dieron en la Capital Federal en una sola semana. Porque
la gente se levanta frente a un Estado que asesina de hambre, desempleo,
desesperanza y represión. Los turnos para manifestar en el obelisco, hay que
saberlos, porque puede pasar como el martes, donde hubo que esperar un poco a
que terminara la marcha de los 29 institutos que se niegan a ser transformados
por Macri- Larreta, para poder verlo nuevamente colmado de organizaciones como
el Frente Darío Santillán, el FOL, y otros, que salen a la calle a decir que se
están cagando de hambre. Pero en otra esquina, también están los institutos,
otro día de la semana, y también están los y las trabajadoras aeroportuarias en
el aeropuerto, y los y las trabajadoras ceramistas junto a Madres de Plaza de
Mayo en la Legislatura neuquina marcando que ellos son el pueblo. O los y las
docentes de Chubut, y todos los estatales, levantando una provincia que
pretenden volver minera a fuerza de estrangular a los estatales. Pero también
somos pueblo y somos agenda al impedir el paso de los camiones mineros que
llevan los materiales y maquinarias al sur de Mendoza para hacer fracking. Toda
esa información nos permitiría saber que sí tenemos un proyecto como pueblo.
Queremos vivir bien. Queremos vivir sin que por el avaro capricho de unos pocos
maten, repriman y empobrezcan a miles. Somos marcha, organización, mural y
pueblo. Somos las radios organizándonos un Primero de Mayo, somos la
continuidad y complejización de todas esas luchas y proyectos.
Por eso, en vez de reproducir el “sentido
común”, es necesario que sigamos construyendo un sentir común.
Editoriales ANP
