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lunes, 20 de noviembre de 2017

EDITORIAL: ¿QUÉ PODRÍA SER PEOR?

El Bolsón (ANPP).-

(...)Estás llamando a un gato con silbidos
El futuro ya llegó!
Llegó como vos no lo esperabas
Todo un palo, ya lo ves(…)
Todo un Palo (Los Redondos)


¿QUÉ PODRÍA SER PEOR?

¿De dónde sacar la fuerza para contrarrestrar tanta miseria? Una frase conocida de la militancia profesaba que “No está muerto quien pelea”, y quien pelea es quien se levanta todos los días con un motivo grande o chiquito para hacerlo. Un motivo que no es sólo individual sino que se reconoce en les otres. Pero también en reconocernos y ser humanos y humanas sensibles, porque sin esta capacidad humana nos volvemos seres humanos alienados.
Está claro que este gobierno desprecia a la gente. Tenemos la sensación en estos días, de que nada podría ser peor que lo que está sucediendo. Cada día nos despertamos con una mala primicia: reforma laboral para precarizar a l@s trabajador@s y la CGT que se sienta con el gobierno; decreto que anula la ley de salud mental, retrocediendo enormemente en las formas de concebir a los sujetos y la salud; despido de los pocos periodistas que quedan denunciando las atrocidades del gobierno; allanamiento de medios comunitarios, alternativos y populares y detención de militantes. Y a esto hay que sumar toda la lista de lo que viene sucediendo en cuanto a recorte de derechos y medidas autoritarias.

Realmente, es difícil pensar que las cosas podrían estar peor. Una dictadura, disfrazada de democracia. Es decir un gobierno que fue elegido en las urnas, pero que usa ese poder para recortar derechos y para apresar y censurar a quienes piensan diferente, ¿qué tipo de democracia sería?
Haber llegado a este estado de las cosas, responde a que hay una parte de la sociedad muy grande que adhiere al discurso de la derecha, que apunta al individualismo y a odiar al otro, al que piensa distinto. Y el gobierno le habla a esa gente. El famoso término de “la grieta”, inventado e instalado para ahondar aún más en este pensamiento, sentimiento de desprecio hacia lo y los que están del otro lado. No existe tal grieta. Existe quienes tienen el poder y lo usan para someter, y quienes son sometidos, pero en realidad también tienen poder de transformar si se juntan con otros.
Respondiendo a la pregunta con la que iniciábamos esta editorial, la respuesta no es certera, pero claramente está en seguir luchando, denunciando, resistiendo y a la vez construyendo otros proyectos, otros sentidos diferentes al del pensamiento hegemónico. Esos sentidos están creciendo en una parte que no es la que se ve, la que se escucha, pero está. Observemos sino la lucha feminista transformadora de sentidos, lenguajes; hechos que parecen “naturales”. Hay muchos ejemplos, pero ponemos este porque las mujeres vienen luchando por ser sujetas políticas desde el medioevo y fueron silenciadas, quemadas, asesinadas, es decir es una lucha que tiene cientos y cientos de años.
Hoy se nos presenta el desafío de desnaturalizar el neoliberalismo-capitalismo salvaje, que tiene muchísimas más herramientas que las que tenía hace un siglo atrás para sostenerse y transformarse. Nosotres también tenemos muchas más herramientas y un aprendizaje que nos hace reconocernos en las luchas de quienes tuvieron en la historia, esa potencia transformadora. Se trata también de formarnos y difundir desde los medios comunitarios, alternativos y populares esa historia y hacerla propia.