El Bolsón (ANPP).-
(...)Estás llamando a un gato con silbidos
El futuro ya llegó!
Llegó como vos no lo esperabas
Todo un palo, ya lo ves(…)
Todo un Palo (Los Redondos)
¿QUÉ PODRÍA SER PEOR?
¿De
dónde sacar la fuerza para contrarrestrar tanta miseria? Una frase
conocida de la militancia profesaba que “No está muerto quien pelea”, y
quien pelea es quien se levanta todos los días con un motivo grande o
chiquito para hacerlo. Un motivo que no es sólo individual sino que se
reconoce en les otres. Pero también en reconocernos y ser humanos y
humanas sensibles, porque sin esta capacidad humana nos volvemos seres
humanos alienados.
Está
claro que este gobierno desprecia a la gente. Tenemos la sensación en
estos días, de que nada podría ser peor que lo que está sucediendo. Cada
día nos despertamos con una mala primicia: reforma laboral para
precarizar a l@s trabajador@s y
la CGT que se sienta con el gobierno; decreto que anula la ley de salud
mental, retrocediendo enormemente en las formas de concebir a los
sujetos y la salud; despido de los pocos periodistas que quedan
denunciando las atrocidades del gobierno; allanamiento de medios
comunitarios, alternativos y populares y detención de militantes. Y a
esto hay que sumar toda la lista de lo que viene sucediendo en cuanto a
recorte de derechos y medidas autoritarias.
Realmente,
es difícil pensar que las cosas podrían estar peor. Una dictadura,
disfrazada de democracia. Es decir un gobierno que fue elegido en las
urnas, pero que usa ese poder para recortar derechos y para apresar y
censurar a quienes piensan diferente, ¿qué tipo de democracia sería?
Haber
llegado a este estado de las cosas, responde a que hay una parte de la
sociedad muy grande que adhiere al discurso de la derecha, que apunta al
individualismo y a odiar al otro, al que piensa distinto. Y el gobierno
le habla a esa gente. El famoso término de “la grieta”, inventado e
instalado para ahondar aún más en este pensamiento, sentimiento de
desprecio hacia lo y los que están del otro lado. No existe tal grieta.
Existe quienes tienen el poder y lo usan para someter, y quienes son
sometidos, pero en realidad también tienen poder de transformar si se
juntan con otros.
Respondiendo
a la pregunta con la que iniciábamos esta editorial, la respuesta no es
certera, pero claramente está en seguir luchando, denunciando,
resistiendo y a la vez construyendo otros proyectos, otros sentidos
diferentes al del pensamiento hegemónico. Esos sentidos están creciendo
en una parte que no es la que se ve, la que se escucha, pero está.
Observemos sino la lucha feminista transformadora de sentidos,
lenguajes; hechos que parecen “naturales”. Hay muchos ejemplos, pero
ponemos este porque las mujeres vienen luchando por ser sujetas
políticas desde el medioevo y fueron silenciadas, quemadas, asesinadas,
es decir es una lucha que tiene cientos y cientos de años.
Hoy
se nos presenta el desafío de desnaturalizar el
neoliberalismo-capitalismo salvaje, que tiene muchísimas más
herramientas que las que tenía hace un siglo atrás para sostenerse y
transformarse. Nosotres también tenemos muchas más herramientas y un
aprendizaje que nos hace reconocernos en las luchas de quienes tuvieron
en la historia, esa potencia transformadora. Se trata también de
formarnos y difundir desde los medios comunitarios, alternativos y
populares esa historia y hacerla propia.