El Bolsón (ANPP).- Compartimos esta nota de opinión firmada por A. Pairone.
Este es Pablo Noceti, el represor.
Es el jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad que el martes comandó personalmente el operativo de represión contra la comunidad mapuche de Cushamen, Chubut, durante el cual la Gendarmería Nacional bajo su mando desapareció a Santiago Maldonado.
Noceti no es un improvisado, ni en el tema ni en la región.
Fue funcionario judicial en Bariloche a mitad de los años noventa, cuando la familia Van Ditmar y otros socios montaron los fraudes inmobiliarios que permitieron el desembarco del británico Joseph Lewis en El Bolsón, y más tarde a Bertger, Benetton, Mindlin, Spadone y otros.
Desde 2015 trabaja en la articulación de un poder represor que permita aniquilar en Río Negro y Chubut el reclamo ancestral mapuche, en obediencia a las grandes empresas apropiadoras de tierras, aquellas que se instalaron durante su paso judicial por la Patagonia. Esas corporaciones criminalizan opositores, inventan atentados y descalifican como "terrorista" a los reclamos de las comunidades.
Después de Bariloche, Noceti fue funcionario judicial en San Isidro, donde anudó intereses con Guillermo Montenegro, ex juez federal y actual candidato bonaerense. También comparten interés por el rugby y el yatching, en ese orden. El ex (¿y actual?) hombre fuerte de la inteligencia local, Jaime Stiuso, supo tener sólida influencia en ese Departamento judicial.
Miembro de la Corporación de Abogados Católicos es un abierto y fervoroso defensor del genocidio de la dictadura. Como socio del estudio "Battaglia, Velasco y Ass", en 2003 defendió sin éxito al Tte Cnel Fabio Iriart, responsable de la represión ilegal en La Pampa; a su segundo, el Cnel Néstor Greppi, y al policía Eduardo Cruz, también represor de El Atlético y El Olimpo. Su estudio, antes, había defendido a Leopoldo Galtieri. También intervino en el juicio por Papel Prensa: trajo en secreto desde Miami al contador Hugo Bogani, quien aseguró que "la venta" de la empresa ocurrió en condiciones "de cordialidad", como "una reunión social".
Noceti no es un caso aislado. Es la verificación de que la represión será de alcance nacional, será creciente y será profunda.
Parece que recién comienza.
Este es Pablo Noceti, el represor.
Es el jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad que el martes comandó personalmente el operativo de represión contra la comunidad mapuche de Cushamen, Chubut, durante el cual la Gendarmería Nacional bajo su mando desapareció a Santiago Maldonado.
Noceti no es un improvisado, ni en el tema ni en la región.
Fue funcionario judicial en Bariloche a mitad de los años noventa, cuando la familia Van Ditmar y otros socios montaron los fraudes inmobiliarios que permitieron el desembarco del británico Joseph Lewis en El Bolsón, y más tarde a Bertger, Benetton, Mindlin, Spadone y otros.
Desde 2015 trabaja en la articulación de un poder represor que permita aniquilar en Río Negro y Chubut el reclamo ancestral mapuche, en obediencia a las grandes empresas apropiadoras de tierras, aquellas que se instalaron durante su paso judicial por la Patagonia. Esas corporaciones criminalizan opositores, inventan atentados y descalifican como "terrorista" a los reclamos de las comunidades.
Después de Bariloche, Noceti fue funcionario judicial en San Isidro, donde anudó intereses con Guillermo Montenegro, ex juez federal y actual candidato bonaerense. También comparten interés por el rugby y el yatching, en ese orden. El ex (¿y actual?) hombre fuerte de la inteligencia local, Jaime Stiuso, supo tener sólida influencia en ese Departamento judicial.
Miembro de la Corporación de Abogados Católicos es un abierto y fervoroso defensor del genocidio de la dictadura. Como socio del estudio "Battaglia, Velasco y Ass", en 2003 defendió sin éxito al Tte Cnel Fabio Iriart, responsable de la represión ilegal en La Pampa; a su segundo, el Cnel Néstor Greppi, y al policía Eduardo Cruz, también represor de El Atlético y El Olimpo. Su estudio, antes, había defendido a Leopoldo Galtieri. También intervino en el juicio por Papel Prensa: trajo en secreto desde Miami al contador Hugo Bogani, quien aseguró que "la venta" de la empresa ocurrió en condiciones "de cordialidad", como "una reunión social".
Noceti no es un caso aislado. Es la verificación de que la represión será de alcance nacional, será creciente y será profunda.
Parece que recién comienza.
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